Las guardias y consultorios médicos de la provincia viven días de alta demanda. Los profesionales coinciden en que los pacientes vuelven una y otra vez por los mismos síntomas: tos persistente, congestión, dolor de garganta o cansancio. Las infecciones respiratorias, que antes se resolvían en menos de una semana, hoy se prolongan, y la ansiedad lleva a muchos a buscar soluciones rápidas.
Los virus del otoño persisten y extienden las enfermedades
Profesionales advierten que los cuadros respiratorios duran más y que las reinfecciones de virus son frecuentes por estrés y falta de reposo.
Profesionales advierten que los cuadros respiratorios duran más y que las reinfecciones de virus son frecuentes por estrés y falta de reposo.
Los virus del otoño persisten en la primavera.
En hospitales y centros de salud se detecta la circulación simultánea de adenovirus, rinovirus, parainfluenza, gripe A, Covid y virus sincicial respiratorio. Aunque la tendencia general muestra un descenso respecto del invierno, las variaciones térmicas y el aumento de alergias mantienen el nivel de consultas. Los cuadros, además, suelen entrelazarse: una persona puede recuperarse parcialmente de un virus e infectarse con otro en pocos días.
Virus estacionales
“La amplitud térmica afecta las defensas del cuerpo, facilitando la aparición de infecciones”, explicaron médicos consultados por UNO. Además señalaron que en primavera se combinan virus persistentes con alergias respiratorias, lo que prolonga los síntomas.
A eso se suman otros factores. Tras la pandemia, algunos microorganismos se tornaron más resistentes y el uso indebido de antibióticos redujo su eficacia. “La gente no hace reposo, no duerme bien, se alimenta mal. Todo eso impacta en el sistema inmunológico y favorece las reinfecciones”, coinciden los profesionales de la salud.
Destacan además un cambio en los hábitos: “El estrés y las exigencias laborales hacen que las personas sigan con su rutina incluso enfermas. Muchos padres mandan a los chicos a la escuela con mocos o tos porque no tienen con quién dejarlos. Eso sostiene la circulación viral”.
Si bien existen tratamientos paliativos –como broncodilatadores, nebulizaciones o antitusivos–, la mayoría de las virosis tienen un curso propio que no puede acortarse. La automedicación, advirtió, puede complicar el cuadro o encubrir síntomas que requieren atención.
Cuándo consultar
Los síntomas más frecuentes son estornudos, congestión, tos seca, picazón de garganta, cansancio, fiebre leve, dolores musculares y de cabeza. En general duran entre tres y cinco días, pero la tos puede extenderse hasta dos semanas o más.
Se recomienda consultar al médico si los síntomas empeoran en lugar de mejorar o si aparece dificultad respiratoria. También hay que estar atentos en los niños: fiebre alta, respiración rápida, hundimiento del pecho o coloración azulada son signos de alarma que requieren atención urgente.
En personas con asma, EPOC o enfermedades de base, cumplir con los tratamientos indicados y mantener las vacunas actualizadas es clave para evitar complicaciones. En tanto, las consultas con alergistas también aumentaron, ya que el polen, el viento y el polvo potencian las reacciones alérgicas y agravan los cuadros respiratorios leves.
Aumento de la tos convulsa
Otro motivo de alerta es el incremento de casos de tos convulsa o coqueluche, una enfermedad bacteriana que provocó brotes en distintas provincias. En Rosario y Entre Ríos, los servicios de salud mantienen una vigilancia constante.
Esta afección puede ser grave en menores de cinco años, sobre todo en bebés. Los síntomas comienzan con un resfrío común y tos leve, pero pueden evolucionar a ataques de tos intensa, vómitos y dificultad para respirar. Los especialistas insisten en la vacunación: durante el primer año de vida, en la niñez y en el embarazo.
“Las embarazadas deben recibir la vacuna para protegerse y proteger al bebé. Es fundamental garantizar esa inmunización”, subrayaron desde el área de Epidemiología provincial.
Prevención y hábitos
Más allá de la circulación viral, los médicos remarcan que el cuidado personal sigue siendo la herramienta más efectiva. Evitar los cambios bruscos de temperatura, ventilar los ambientes, mantener una buena higiene de manos, hidratarse, comer bien y descansar el tiempo necesario son prácticas básicas que ayudan a reforzar las defensas.
También recomiendan no compartir utensilios ni mate, usar barbijo si hay síntomas respiratorios y no enviar a los chicos enfermos a la escuela. “El virus se propaga fácilmente en lugares cerrados. Un pequeño cuidado individual puede evitar muchas complicaciones colectivas”, resumió Ferrari.
El rol del sistema de salud
Ante la gran cantidad de consultas, los equipos médicos priorizan la evaluación clínica para determinar si el paciente puede continuar su recuperación en casa o si requiere atención en una posta respiratoria. En esos espacios se realizan internaciones abreviadas de hasta seis horas con oxigenoterapia y broncodilatadores, lo que permite descomprimir hospitales y atender de manera más eficiente.
Los profesionales destacan que la mayoría de los cuadros se resuelven sin internación, pero advierten que consultar a tiempo es clave para evitar complicaciones. “Lo importante es no llegar cuando el cuadro ya está avanzado”, insistieron desde los centros de salud.
Cómo prevenir los contagios y cuidar la respiración
Los especialistas insisten en que la prevención es la herramienta más efectiva para reducir los cuadros respiratorios que afectan a niños y adultos durante la primavera y el otoño.
a clave, señalan, es mantener hábitos saludables que fortalezcan el sistema inmunológico y disminuyan las posibilidades de contagio.
Entre las medidas más importantes se destacan lavarse las manos varias veces al día con agua y jabón, especialmente después de toser, estornudar o estar en contacto con personas enfermas. También se recomienda ventilar todos los ambientes del hogar, la escuela y el trabajo para renovar el aire y evitar la acumulación de virus.
Otro aspecto fundamental es protegerse de los cambios bruscos de temperatura. Las variaciones térmicas -comunes en esta época del año- debilitan las defensas y facilitan la aparición de infecciones respiratorias. Usar ropa adecuada y abrigarse al salir por la mañana o la noche ayuda a prevenir los resfríos.
La hidratación constante, el descanso suficiente y una alimentación equilibrada son pilares esenciales para mantener un sistema inmune fuerte. Los médicos aconsejan incluir frutas, verduras y cereales integrales, además de evitar el tabaco y el consumo excesivo de alcohol.
Asimismo, es fundamental cumplir con el calendario de vacunación. Las dosis contra la gripe, la tos convulsa y el Covid continúan disponibles en todos los centros de salud. En embarazadas, niños y adultos mayores, la inmunización resulta clave para reducir riesgos.
Por último, recomiendan no automedicarse. Ante la presencia de síntomas como fiebre persistente, dificultad respiratoria o tos prolongada, se debe consultar al médico para recibir diagnóstico y tratamiento adecuado. La atención temprana permite evitar complicaciones y proteger la salud de toda la comunidad.

















