La bajante del río Paraná, cuya tendencia no parece que vaya a modificarse en las próximas semanas, volvió a marcar ayer un nuevo piso histórico: frente al Puerto Nuevo registró una altura de 1,21 metros, el nivel más bajo del año en la capital provincial.
El río tocó su piso más bajo del año y no prevén que cambie pronto su tendencia
Se trata de la medición más baja de esta década, y la cuarta en los últimos 25 años, detrás de los 1,10 metros en el año 2009, 1,16 metros en el 2000, y 1,19 metros en 2001.
La situación imperante desde el proceso de retroceso de caudales de agua a partir de agosto, no tendrá modificaciones sensibles en las próximas semanas, de acuerdo con los pronósticos del Instituto Nacional del Agua (INA).
El organismo describió en su último informe que los cauces superiores del Paraná –en territorio brasilero y argentino– y de sus afluentes –como el Iguazú– presentan caudales inferiores a los normales, y no se avizoran precipitaciones importantes que reviertan rápidamente la tendencia.
La situación ha generado diversos inconvenientes, tanto en la navegación comercial y recreativa, como en las localidades costeras, para la potabilización del agua. De hecho, Paraná sufrió serios inconvenientes semanas atrás, y en la jornada de ayer, el gobierno municipal debió realizar nuevos trabajos en la zona de Toma Nueva, para garantizar la provisión del suministro para la producción de agua potable.
La profunda bajante comenzó a registrarse en octubre, con marcas oscilantes entre 1,30 y 1,40 metros. Posteriormente hubo una transitoria recuperación de caudales al promediar noviembre, con alturas cercanas o superiores a 1,70 metros. Pero en los últimos días, nuevamente se agudizó la tendencia hasta llegar al piso más bajo del año.
Ayer, el ingeniero hídrico del Centro Regional Litoral del Instituto Nacional del Agua (INA) Jorge Collins, en diálogo con UNO Santa Fe reveló que “seguramente habrá una tendencia descendiente, aunque podrán generarse algunos repuntes por efectos de las lluvias que se pudieran dar en forma local”.
Sin embargo, advirtió que “hasta que no se produzcan lluvias importante en la zona de aporte”, la situación se mantendría. Y precisó: “No hay lluvias en la zona de Brasil, que es el principal componente de la formación de los caudales en el río Paraná. Si tuviéramos lluvias estaríamos en otra condición. Por lo tanto tenemos esta situación que nos preocupa”, destacó Collins.
Bajantes y crecidas son una constante y forman parte de la naturaleza, claro está, y así lo indican quienes viven en la costa.
Sin embargo, los repetidos represamientos en sus distintos tramos, han alterado significativamente sus comportamientos. Entonces uno allí empieza a dudar si es la naturaleza o el manejo del agua, el motivo de las variaciones.
El fenómeno de construcción de represas comenzó a gestarse desde los 70 en adelante.
Coincide con ello, que desde allí nunca más hubo registros negativos o bajo cero. Antes, tal como documentó UNO tiempo atrás, esa situación se dio frente al Puerto Nuevo de Paraná en los años 1933, 1935, 1941, 1942, 1943, 1944, 1971 y 1973. El registro histórico más bajo que posee la Dirección de Vías Navegables, a los que accedió UNO es de -1,40 metros, el 3 de noviembre de 1944.