“Se alquila”, “Nos trasladamos”, “Liquidación por cierre”, se multiplican los carteles en peatonal San Martín de Paraná y sobre todo en las semipeatonales. Las causas son múltiples: la disminución de ventas por la recesión y la inflación, altos costos de los alquileres y aumentos de servicios como la energía eléctrica y las cargas impositivas, entre otras, a lo que se suma la tendencia creciente de ventas online que permiten a los emprendedores comercializar productos sin un local comercial para abaratar costos. El comercio, de diferentes maneras, resiste a la recesión.
El comercio resiste la recesión: traslados a la periferia y empleados de media jornada
El alto costo de los alquileres, aumentos en los servicios y bajas ventas plantean un escenario difícil para el comercio en Paraná
Por Valeria Girard
Alquilar hoy un local de 50 metros cuadrados en peatonal tiene un costo estimado de entre $250.000 y $300.000. “Eso, como barato”, aclara a UNO Miguel de la inmobiliaria Macbeth. En cuadras céntricas como Monte Caseros, Alem o Andrés Pazos, la cifra baja considerablemente, entre un 25 y un 30%: “Un local, por ejemplo, de calle Monte Caseros, entre Gualeguaychú y Alem, cuesta $160.000. El costo es menor si están ubicados por fuera de peatonal y semipeatonal”, especificó. En tanto, un local de grandes dimensiones cuesta hoy entre $600.000 y un millón de pesos.
“En los tiempos que corren, todo sube y es una lamentable realidad la cantidad de locales comerciales vacíos, en alquiler. En Paraná, la mayoría de los habitantes son trabajadores asalariados y la recomposición salarial es exigua respecto de los valores de lo cotidiano. Quien optó por emprender un negocio lo hizo por fuera de lo que es el radio céntrico. Entre los motivos, también hay que decirlo, está la falta de estacionamiento y la comodidad de la venta por showroom; vos podes vender en un garaje y si hacés una buena movida a través de las redes sociales, podés organizarte muy bien”, indicó.
Para el vendedor inmobiliario, la oferta en el microcentro no se puede destinar a cualquier cliente y tiene que ver con las particularidades no sólo del mercado, sino también de los tiempos que corren. “Están aquellos que en algún momento pudieron convertirse en propietarios de un local y ya no tienen el gasto mensual del alquiler, o bien las grandes cadenas, pero éstas últimas incluso están instalando sucursales por fuera del microcentro”.
Mario Marcilla, secretario de Asuntos Gremiales del Sindicato de Empleados de Comercio (SEC) habló sobre la recesión en la actividad comercial, tanto de la capital entrerriana, como en zonas aledañas. En declaraciones a medios locales, ratificó que se empiezan a ver locales por cerrar o ya cerrados y muchos de éstos son de cuentrapropistas. No habla de cierres masivos en Paraná, pero sí considera que los cierres de locales no son privativos de la capital de provincia, también ocurren en la zona metropolitana de Colonia Avellaneda, San Benito y Oro Verde.
El gremialista apuntó que las zonas más buscadas para alquilar son Avenida de las Américas, Miguel David, avenidas Jorge Newbery y Zanni, también Almafuerte y Don Bosco, porque son transitadas y más económicas que en el microcentro.
Una fuerte caída del consumo, pocas expectativas de mejora en el corto plazo y dificultades para las negociaciones que extienden los plazos de los inmuebles ociosos, son las claves para entender el fenómeno.
Baja del consumo
El fenómeno de las persianas bajas y carteles de alquiler se repite en muchos lugares del país y la realidad es que los comercios cierran porque no pueden afrontar las subas. Indumentaria y gastronomía son los rubros más afectados por las bajas ventas y los aumentos.
Un estudio de la consultora Scentia, reveló que el consumo cayó un 17,2% interanual en agosto. El porcentaje promedia la baja en los dos canales principales de ventas: los supermercados, que registraron un desplome del 17,9%; y los autoservicios, que sufrieron una baja del 16,5%. Según advierten referentes de ambos sectores, se trata del descenso más pronunciado en los últimos años. Ni las ofertas ni los descuentos lograron mejorar la perspectiva, y aunque los precios en general están estables, no se consigue reactivar la demanda.
Los números son preocupantes, especialmente si se considera que en agosto de 2023 los supermercados habían crecido un 14,1%, mientras que los autoservicios se contrajeron un 3,2%. En este contexto, los comerciantes observan que la crisis se evidencia porque los consumidores compran menos y además optan por llevar productos de menor calidad.
Al respecto, Héctor González Paván, secretario del Centro de Almaceneros de Concepción del Uruguay y vocal primero de la Confederación General de Almaceneros de la Argentina, días atrás señaló a UNO que era notable la caída del consumo y la elección de las segundas marcas: “No tenemos, tal vez, esas inflaciones abismales pero se puede observar que la gente no tiene dinero. Se ve mucho el pago con tarjeta de crédito para sacar alimentos, cuando antes se ocupaba para comprar una bicicleta”.
Entre los rubros más afectados por la escasez de ventas está también el de indumentaria, con una caída de entre un 15 y un 25%.
En el rubro comercio “la gente está resistiendo”
El representante del Sindicato de Comercio también habló de precarización laboral, porque ante la necesidad, los trabajadores aceptan condiciones laborales y salariales por debajo de los convenios, por temor a ser despedidos. “Se avizora un panorama negro. No se ve que en el corto o mediano plazo haya una mejoría”, consideró Marcilla.
Con la apreciación coincidió el secretario general del SEC, Daniel Ruberto: “Las grandes superficies comerciales, que se manejan con una plantilla de trabajadores estables y con personal que se contratan por determinado tiempo, en temporada, han realizado despidos pero en los pequeños comercios, que tienen entre uno y tres empleados, por ejemplo, lo que hay es reducción de jornada laboral. Pagan sólo una parte en blanco y el trabajador no denuncia, porque entiende que la situación es apremiante y entonces piensan: antes de caerme al precipicio doy medio pasito atrás”, ejemplificó a UNO.
El entrevistado habló sobre la conducta de los consumidores. Los primeros en bajar el nivel de ventas fueron los rubros de indumentaria, calzado y lo relacionado con el esparcimiento, ahora -dijo- ya se sumó un rubro tan sensible como es el de los alimentos.
“Seguramente estaremos frente a nuevos despidos a nivel local. Es difícil de sostener la situación. Lo primero en paralizarse fue la obra pública y el trabajador de la obra pública es un gran consumidor. Lo único que va viento en popa en el país es la explotación de gas, petróleo y la minería, lo demás está en recesión. El achique que se realizará a las provincias también repercutirá en los sueldos de los estatales, en obras, en lo jubilatorio y en obras sociales. La gente hoy está resistiendo. El futuro es incierto”, concluyó Ruberto.