Dina Puntín/ De la Redacción de Diario UNO
La maestra que pasó a ser la heroína de sus alumnos
El 6 de setiembre se cumple un mes de la explosión en Rosario por un escape de gas que dejó un saldo de 21 muertos, varios heridos, un edificio derrumbado y dos inhabitables. El lado positivo de la tragedia fue el reconocimiento al trabajo de los bomberos voluntarios. Especialmente el de los rescatistas y sus perros adiestrados que fueron los encargados de encontrar a los desaparecidos. Entre ellos estuvo la joven docente diamantina, Antonella Villa Sian que el miércoles 11 de setiembre celebrará un Día del Maestro pleno de reconocimiento y satisfacciones. “Nuestra heroína”, como describió la directora de la escuela Nº2 Manuel Alberti y la “seño bombero” como le dicen sus alumnos de 4º grado A.
UNO viajó a Diamante y compartió la jornada laboral de Antonella que dejó el anonimato para expresar su mensaje de solidaridad y trabajo en equipo.
—¿Cuánto tiempo hace que estás en bomberos y por qué?
—Hace tres años que estoy en la brigada canina. Habíamos comprado un perro para la casa y lo empezamos a entrenar, cuando lo hacíamos jugar con la pelota vimos que tenía condiciones. Investigamos sobre la raza golden retriever y nos decidimos. Cuando se formó la brigada en el cuartel primero ingresó mi novio Matías Albornoz y un año más tarde yo con Nur.
—¿Por qué Nur?
—Cuando la compré ya tenía ese nombre y me gustó, después averigüé que es un nombre árabe que significa luz.
—¿Siempre te gustaron los animales?
—Creo que una condición para este trabajo de rescate con perros es que te gusten los animales. Tiene que haber una química, se produce un vínculo con el animal. Él también se acostumbra. Es algo muy lindo.
—Es un trabajo voluntario.
—Sí. Pertenezco al Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Paraná, que es totalmente ad honorem. Todo lo que sean insumos para la brigada canina, vestimenta, alimento para los perros sale de nuestros bolsillos.
—¿Cómo compatibilizás el trabajo de maestra y de bombero? ¿Qué tiempo le dedicás?
—En bomberos no cumplo horarios. Tiempo para relajarme no tengo pero igual lo disfruto mucho. Mis alumnos me preguntan cómo es y a mí me gusta hacerles saber lo importante que es el trabajo en equipo. El compañerismo, el disfrute que uno siente de ayudar al otro sin recibir nada a cambio. Ellos hoy en día están muy inmersos en la violencia, todo el tiempo se escuchan hechos delictivos, así que le transmito mi mensaje de solidaridad y a ellos los alegra mucho.
—¿Matías Albornoz es tu novio y también comparte tu trabajo voluntario?
—Sí, está en el aeropuerto de Paraná, en la Administración Nacional es bombero aeroportuario. Él es bombero desde los 9 años, primero en Diamante, después estudió en Buenos Aires, se recibió y cuando se formó la brigada en Paraná se unió a ellos y un año más tarde entré yo.
—¿Cuántas veces viajás a Paraná?
—Depende el tiempo, me voy acomodando. Dos o tres veces por semana. Sí o sí los sábados vamos, nos juntamos todos y cada uno practica en lo suyo. Está la brigada de rescate con cuerdas, la brigada de rescate urbano, la brigada de rescate con perros.
—¿Vos le comunicás a la escuela que en caso de un siniestro vos tenés que faltar y cumplir con tu otra vocación?
—Es complicado. Uno no quiere faltar a sus responsabilidades pero a veces hay que decidir. Cuando pasó lo de Rosario, los chicos viajaron el martes y yo me quedé en Diamante pero mi cabeza estaba con ellos. El miércoles viví una situación difícil y el jueves dije «no puedo más, tengo que ir». Por suerte acá el equipo directivo me supo entender.
—¿Fue la primera vez que tuviste que vivir esa encrucijada?
—Hemos tenido otros operativos en los que por ahí nos podemos acomodar. Van primeros los chicos que no están trabajando y después nos sumamos el fin de semana. Esta vez era algo muy grande y se necesitaba la actuación rápida de perros. Era importante que hubiera un equipo de perros para localizar a las víctimas.
—¿Nur solo te responde a vos?
—Sí, es un vínculo. Matías tiene su perro, yo tengo a Nur, Luna responde a Tomás Vallejos y Roberto Abib con su ovejero.
—¿Qué sentiste cuando llegaste a Rosario y viste ese panorama tan desolador, triste?
—Terrible. Uno lo ve por televisión y no toma dimensión. Cuando llegué allá fue muy fuerte. Incluso vemos las fotos del después y no podemos creer que estuvimos ahí y fuimos protagonistas. Uno va a colaborar y pierde noción del tiempo, del día, lo único que quiere hacer es ayudar y mostrar todo por lo que nos estuvimos preparando. La vida de nosotros corrió peligro todo el tiempo por derrumbe, incluso dos bomberos estuvieron heridos por caída de escombros.
—¿Cómo trabaja Nur? ¿Tiene que oler algo previo o no?
—No. En este caso no porque son perros de búsqueda y rescate. El perro que tiene que oler prendas por ahí es el de rastro específico que busca una persona determinada. En esta oportunidad los perros trabajan sueltos, se los larga en la escombrera o zona de monte y buscan un olor determinado.
—¿Nur te marcó algo?
—Al ser perros de detección de personas vivas, ellos hacen marcaciones indirectas. Al no ser personas vivas nosotros tenemos que estar muy atentos a sus reacciones. Por eso es tan importante el vínculo. Ellos tiran señales que solo nosotros podemos ver. Mueve la cola, o se pone nerviosa y una vez que pasaban perros de vivos que hacían marcaciones indirectas, pasábamos perros de cadáver que marcaban.
—Qué situación complicada. Sobre todo porque ustedes siempre buscaban vida.
—Sí. Todo el tiempo. Hasta último momento no perdíamos las esperanzas. Más en el caso de Santiago Laguía (última víctima encontrada) que su mamá andaba entre nosotros buscándolo, hacían todas las noches cadena de oración, nos estimulaba, era mucha presión.
—Ella se mostró muy agradecida.
—Sí, estaba siempre esperando noticias. Nosotros queríamos encontrarlo. Cuando empezamos a sacar escombros nos dábamos cuenta que era imposible que estuviera vivo, pero queríamos encontrarlo por esa mamá.
—¿Te tocó ver cadáveres?
—Sí. Porque el colapso que se hizo fue en plano. Un colapso que se derrumbó totalmente entonces no quedan posibilidades de triángulos de vida donde la persona puede seguir respirando, como es el caso de los terremotos. Esto fue devastador.
—¿Tuviste contención después de vivir esos días tan intensos y tristes?
—Sí, nosotros tenemos contención psicológica. Uno igual se va preparando antes de emprender este trabajo.
—¿Podés endurecerte ante tanto dolor o se te caen los lagrimones?
—Al final es imposible contenerse. El lunes cuando terminaron las tareas de búsqueda me aflojé. Ahí dije «terminó» y me aflojé y me saqué la presión, esa presión de que no se encontraran algunos cuerpos. Pero se pudo y terminamos todos bien. A pesar del saldo tan triste fue un trabajo exitoso para los rescatistas.
—Se destacó mucho la solidaridad entre los bomberos de distintas localidades
—Había fuerzas oficiales, policía federal, voluntarios y se hizo un trabajo en equipo y a la vista están los resultados.
—¿Cómo volvés después a la vida diaria?
—Uno pierde el sentido del tiempo, de lo que pasa afuera. Nosotros llamábamos a nuestros familiares sólo para decir estamos todos bien y nada más. Luego volver y ver la repercusión que tuvo fue movilizante.
—De ser anónimos se transformaron en héroes.
—Sí. Es algo que también nos da satisfacción por el trabajo que venimos realizando. Hace muchos años que nos preparamos con los perros.
—Rosario es un antes y después para los bomberos voluntarios.
—Desde ya. Se vieron los frutos en otro nivel. Porque nosotros hemos participado en otros operativos pero que no tuvieron la trascendencia de esta tragedia. Un ejemplo fue nuestro trabajo en Alcaraz para buscar al pequeño Nicolás Godoy (fue hallado sin vida en el año 2010), también lo encontramos nosotros. Es una lástima que pasen estas cosas, pero nosotros nos preparamos para eso. Es un antes y después para los bomberos, en especial los voluntarios, la brigada. Son muchas horas dedicándole, hay días que te frustrás, no querés seguir más porque hay días que el perro no tiene ganas, entonces intentás al otro día. En mi caso, Nur que hoy tiene 5 años, fue mamá a los 2 años y eso implicó que 4 meses estuviera parada, volver arrancar, a empezar es un trabajo que implica perseverancia, mucha constancia.
—¿Hijos no tenés?
—No tendría tiempo (se ríe).
—¿Cuánto hace que sos docente?
—Tres años.
—Ah, lo mismo que de bombero. De verdad que son profesiones paralelas.
—Sí (se ríe). Las dos cosas me llenan. Igual hago deportes también. Cuando tengo un tiempo juego al vóley en Ferro. Tengo una agenda atariada.
—¿Cuántos años tenés?
—24.
—Sos muy joven. Da la sensación que vivís muy rápido.
—Los otros días hablábamos con un maestro que por ahí nos tocó madurar de golpe porque en la brigada todos somos muy jóvenes. Por ahí le das importancia a otras cosas que antes no entendías. Después de Rosario nos unimos más. Te dejan de importar diferencia y nos ponemos codo a codo. Este era mi objetivo. Mostrar el trabajo silencioso que estábamos haciendo. Nosotros lo hacíamos igual porque amamos esto, pero la gente no sabía ni que existíamos. Ahora valora nuestro tiempo y dedicación al adiestrar un animal, no es una locura es un servicio. Por ejemplo, gracias a la brigada canina ahora una ordenanza estableció que se de un peso obligatorio en el impuesto y eso es un aporte importantísimo para bomberos voluntarios. Está bueno que se reconozca el trabajo voluntario, nosotros hasta a Córdoba viajábamos para instruirnos sábado y domingo, volvíamos a la madrugada y a la hora estábamos en nuestros lugares de trabajo, es mucho sacrificio.
—¿Qué te dicen tus alumnos?
—Ellos quieren que traiga a Nur a la escuela. Igual muchos ya la conocen. Quiero agradecer a la comunidad de la escuela Nº2 Manuel Alberti me han apoyado un montón. También a las familias de todos nosotros que nos dieron fuerza para seguir.
Satisfacción
El 9 de agosto llegó a la Redacción de Diario UNO el siguiente mail que fue el disparador de la posterior nota: “La Comunidad Educativa de la escuela Nº2 Manuel Alberti de Diamante, quiere expresar un reconocimiento supremo a la docente de la institución, Antonella Villa, quien junto a Matías Albornoz, está participando en las tareas de búsqueda como rescatista en la tragedia de Rosario. Realmente la institución quiere destacar la entrega de estos jóvenes diamantinos que se ponen al servicio del prójimo incondicionalmente y siente un especial orgullo por la seño de 4º grado A, Antonella Villa”.
Deporte y familia
Lunes, miércoles y viernes Antonella Villa Sian hace deportes. “Por ahí suspendo una práctica y me voy al cuartel. Los jueves tengo guardia fija por la tarde y hasta la noche. Los sábados dedico todo el día a la brigada”, señala.
Su familia se compone por papá, mamá y tres hermanos varones. “Soy la única mujer. El más grande es enfermero, otro policía y el más chico está en la prefectura”, señaló.
Hace ocho años que está de novia con Matías Albornoz. “Mi lugar en el mundo es mi casa, soy muy familiera. Me gusta reunirme con las otras docentes”.