Se podría decir que la vida sana está de moda, aunque la palabra "moda" no termina de describir el cambio radical que ha sufrido nuestra idea de bienestar en los últimos años. Cada vez más gente se preocupa por practicar hábitos saludables y las marcas lo vieron antes que nadie. "Bajo en sodio", "reducido en calorías", casi todos los alimentos procesados tienen al menos una leyenda de este tipo.
La verdad del turrón ¿alimento o golosina?
Por Paula Eder
16 de agosto 2017 · 11:52hs
En lo personal, de todos los hábitos saludables que intenté en mi vida solo pude incorporar uno: comer turrón. Pero no soy solo yo: el turrón vive una especie de "boom" de ventas que yo necesitaba entender.
Es llamativo, a lo largo de los años no ha sufrido modificaciones ni se ha relanzado al mercado, ni siquiera han cambiado el color de su envoltorio. Sin embargo el producto está más vigente que nunca; las ventas aumentaron en los últimos años un 100% según explicó a Clarín Miguel Dillón, gerente de marketing de Arcor, empresa líder en el rubro.
En diálogo con UNO, la licenciada en Nutrición Anneris Cornejo (MP 15.673), fue tajante : "El turrón es una golosina, no un alimento". Y ahí puede estar la clave, en los últimos tiempos al turrón se lo ha dejado de considerar golosina para considerarlo un alimento, como una berenjena o un bife de hígado. "¿Vos viste la definición de alimento?", antes de que yo conteste que no, dispara: "Alimento es una sustancia nutritiva. Y el turrón no tiene nada que nutra, solo azúcar y harina algo de proteína mínima". En la etiqueta está bastante claro: jarabe de glucosa, harina blanca, azúcar, aceite, entre otros impronunciables.
"El principal ingrediente son hidratos. No tiene vitaminas, ni minerales. Se usa como colación a veces porque es práctico", continúa la especialista. Con un valor que ronda los 5 y 7 pesos, es el más elegido por empleados de comercio en Paraná, según aseguran desde un kiosco ubicado a metros de la peatonal.
Algo fundamental sería la porción: "Es controlada, y su textura obliga a una masticación lenta, eso da saciedad". Pero además indicó que tampoco brinda la sensación de saciedad que puede dar un alimento.
"La recomendación de los profesionales de la nutrición fue de gran influencia para su crecimiento", afirma Dillón.
Es su relativamente bajo valor calórico y su precio accesible los que hicieron que los profesionales recomendaran esta golosina como colación. Sin embargo, el marketing y alguna distorsión quizás inconsciente de los consumidores con ganas de comer sin culpas instalaron la idea de que comer un turrón es tan sano como comer una mandarina recién sacada del árbol.
"El turrón es un gusto que uno se puede dar", finaliza la profesional y me parte el alma también, ya no veo un turrón, sino dos obleas húmedas con caramelo en el medio. Más frutas y verduras, menos procesados, me voy repitiendo en voz baja. No importa cuán verde sea su envoltorio, todo lo que se acerque a lo artesanal y, consecuentemente, se aleje de lo industrial, será siempre la opción más sana.