La devaluación de casi el 22% que dispuso el Banco Central el lunes 15, tras las sorpresivas PASO en las que Javier Milei resultó el más votado, fue una nueva estocada a los salarios de los trabajadores. Son tiempos difíciles para sonreír. La decisión de pulverizar el peso de forma tan brusca en un sólo día fue un guiño oficial para convencer al Fondo Monetario Internacional (FMI) de que haga un nuevo desembolso millonario que permita timonear el barco hasta las generales de octubre.
La sonrisa de Georgieva
Por Gonzalo Núñez
“Nunca suelto el timón en medio de una tormenta”, dijo Sergio Massa, ministro de Economía y candidato a presidente de Unión por la Patria en una entrevista del miércoles en TN.
A la par, se supo que en los próximos días Massa viajará a Washington para reunirse con Kristalina Ivanova Georgieva, titular del organismo financiero internacional. De ese encuentro espera volver con US$ 8.000 millones que disipen los nubarrones del descalabro económico y traiga algo de paz en la Casa Rosada. Si se concreta, el candidato repetirá la foto de abril con Georgieva, durante la cuarta revisión del acuerdo con el país. Ahora volverá e intentará sacarle una sonrisa de convencimiento por endurecer el ajuste.
En el medio de la incertidumbre, el candidato más votado en las PASO, el economista liberal Milei, afirmó que si llega a la Casa Rosada aplicará un ajuste más profundo del que pide el FMI. Es el famoso plan "motosierra" con el cual pretende, entre otras cosas, eliminar los ministerios de Ambiente y Desarrollo Sostenible; el de Ciencia, Tecnología e Innovación; el de Cultura; de Desarrollo Social; de Desarrollo Territorial y Hábitat; de Educación; de las Mujeres, Géneros y Diversidad; de Salud; de Trabajo, Empleo y Seguridad Social; de Transporte; de Turismo y Deportes.
Los que se salvarían, serían Defensa, Justicia, Economía, Relaciones Exteriores, Infraestructura, Seguridad e Interior.
“El Fondo Monetario Internacional no debería tener problemas con el programa que nosotros hemos planteado, básicamente porque nosotros proponemos un ajuste fiscal mucho más profundo que el que ellos plantean”, aseguró el lunes 14, tras las PASO en el que recibió un 30% de los votos. Claramente, su norte es achicar el Estado a su mínima expresión. Resulta llamativo que alguien pueda mantener la sonrisa al escuchar sus propósitos. Lo cierto es que seguramente esa y otras declaraciones dibujan una amplia mueca entusiasta en el rostro de Georgieva.
Mientras todos buscan el visto bueno del organismo multilateral de crédito, los trabajadores miran -miramos- azorados el panorama: los precios de los productos suben y los salarios caen ante la mirada apacible de las principales centrales obreras. El sacudón económico parece no conmover lo suficiente a la dirigencia gremial. En términos políticos también subyace una idea que explica la parálisis: efectuar algún tipo de acción con este cuadro de situación sólo beneficiaría a la derecha. ¿Hay que desensillar hasta que aclare?
La situación vivida esta semana la graficó a UNO Mario Sarli, del Centro de Almaceneros de Paraná: "El martes 15 tuve que remarcar el precio de la carne tres veces. Arranqué a la mañana con un precio que me pasaron el lunes a la noche, a media mañana me pasaron otro y para la tarde me mandaron otro. Hace muchísimos años que no nos pasaba esto".
De este lado de la vereda, en Entre Ríos algunos sindicatos comenzaron a plantear por lo bajo la necesidad de apertura de las paritarias para reacomodar los golpeados salarios. De momento se conoció que uno de ellos fue la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE). “Ante la remarcación de precios que se precipitó luego de las elecciones del domingo pasado, desde ATE exigimos la urgente convocatoria a paritaria y el pago de un bono salarial de forma urgente”, expresaron el miércoles 16.
A renglón seguido, señalaron: “Si bien hasta la última paritaria el acuerdo supera la inflación, las remarcaciones de los últimos días produce un deterioro en los ingresos de los trabajadores, en esta escalada nuevamente los salarios pierden poder de compra".
Mientras se espera alguna convocatoria oficial, hay una expresión de deseo latente: que algún día la sonrisa sea de los trabajadores.