Durante la jornada de ayer se cumplieron 56 años del último paso por las calles de la capital provincial, de los tranvías eléctricos. Y como si quisieran resistirse a ese olvido, cada vez que se repara una calle en el casco céntrico, quedan al descubierto los viejos rieles.
El pasado que se resiste a permanecer oculto debajo del asfalto
A 56 años del último paso de los tranvías
21 de julio 2018 · 10:22hs
El caso en estos días es calle Italia, cuya calzada fue raspada y fresada para ser repavimentada. La aparición de esos elementos históricos son tan recurrentes, ante la necesidad de arreglos viales permanentes, por la escasa durabilidad de los trabajos o la alta degradación de la calzada.
El 20 de julio de 1962, los tranvías ya de color crema –al comienzo eran verdes– dejaron de transitar por Paraná. Desde entonces, el transporte público masivo quedó al dominio de los colectivos.
En la década del 20, la capital provincial fue una de las primeras ciudades en el país en contar con este sistema, con modernos coches eléctricos. En mayo de 1921 se habilitó el servicio, que convivió casi una década con los tranvías a caballo, que circularon desde los tiempos del general Justo José de Urquiza.
Los vehículos eran de los más modernos del mundo: tenían una capacidad para 28 personas; sistemas de aire para abrir las puertas y bajar estribos para subir los pasajeros, solo cuando el coche estaba detenido. Eran muy livianos ya que apenas superaban los 8.000 kilogramos, y una longitud de casi 10 metros.
A través de diversas líneas, unían diversos puntos urbanos como el Puerto Nuevo, cementerio municipal, estación del ferrocarril Urquiza, Matadero municipal; plaza 1° de Mayo, Casa de Gobierno, Hospital San Martín, entre otros sectores estratégicos.