Covid. “El planteo de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) marca, sobre todo, la importancia de que los chicos vuelvan (a clases) lo antes posible, teniendo en cuenta la importancia de la escuela no solo por el conocimiento, sino por lo emocional, cultural, social, por sus pautas, porque es un lugar seguro para que estén, les da herramientas a los chicos, y accesos a una buena alimentación, o para hacer actividad física”, dijo a UNO la titular de la filial Río Paraná de la SAP, Silvia Canle. “Durante esta pandemia, los chicos fueron puestos a un costado por el hecho de que se enferman menos, ya que casos pediátricos representan menos del 10% del total –menores de 18 años–, y mientras todo está en evaluación, se ve que no son grandes transmisores del virus, sobre todo los menores de 10 años. Los que transmiten son los pacientes asintomáticos”, graficó. De todos modos, aclaró que en una escuela, asisten los adultos, siendo docentes o no docentes.
El Covid y los niños: miedos, trastornos de ansiedad, de sueño y de alimentación
El informe de la SAP a nivel nacional, que abarca medio centenar de páginas, resulta un aporte para sus asociados, para las autoridades y para la comunidad, pensando hacia el 2021.
Para la profesional local, es fundamentar revincular a los chicos con la escuela: “Muchos perdieron la continuidad, a todos les resultó difícil mantener la escolaridad. Todo debe ser planificado y dado a conocer para capacitar al personal docente, no docente, chicos y familias”.
En el marco de la necesidad de hacer un regreso seguro para toda la comunidad educativa, el SAP alentó a trabajar entre todos los sectores para que no sea una decisión aislada, sino una labor conjunto entre las áreas de Salud y Educación, con todos los actores que ellas involucran.
Se trata de un documento pensado, dijo Canle, en función de un ciclo lectivo 2021 “porque pensar en volver en marzo como siempre, es imposible”.
A mediados de este año, tal como había difundido UNO, los pediatras habían alertado acerca de una fuerte baja en el cumplimiento del calendario de vacunación.
Al respecto, Canle indicó que “fue mejorando” aunque de acuerdo con un trabajo presentado justamente días atrás, en el marco de las Jornadas de Pediatría del Litoral, se estima que un 30% de chicos que deberían haber sido vacunados, “no se vacunaron o no se vacunaron a tiempo. Entre los factores evaluados figuran el miedo o el desconocimiento. Los vacunatorios son seguros”, aportó la profesional. Justamente, la vacuna de mayor descenso fue la correspondiente al Ingreso escolar, que incluye la triple viral, triple bacteriana y la polio.
Respecto al estado de los niños y las consecuencias de la pandemia del Covid-19, señaló que se advierten en las consultas, trastornos de sueños, de alimentación (“hay un aumento de peso con problema que ello ya es en lo regional”, acotó). También trastornos de ansiedad. “Relatan miedos, como de contagiar a los abuelos, o que les pase algo a sus seres queridos; miedo a salir a las calles. Hay también un abandono de la escuela importante”, graficó. En ese sentido, señaló que se debe elaborar un plan, que abarque todas las variables a tener en cuenta.
“Si todo se cumple, se puede bloquear el contacto y hacer un seguimiento. Es para minimizar el riesgo de contagio”, indicó y repasó acerca del contexto a tener en cuenta: “Lo principal es cómo es la situación epidemiológica particular en cada provincia, y departamento, determinado por los casos nuevos cada 15 días, si hay una curva en ascenso o es una situación amesetada, y también otras variables, como el porcentaje de camas ocupadas de Terapias leves e intensivas”.
Le siguen la realidad de cada escuela: las condiciones para garantizar la distancia social, el lavado de manos, y se establece el uso de barbijo. Se debe determinar en cada establecimiento educativo, qué posibilidades hay para facilitar todos los elementos de limpieza para todos los equipos, para aquellos de Educación Fìsica, la limpieza de pisos, alcohol en gel, higiene de los sanitarios, y mediar por el tamaño de la institución y los chicos que concurren.
“Hay que elaborar un plan y también qué pasa si aparece un caso. Casos va a haber, por ello el conocimiento de los protocolos en cada comunidad, cómo actuar ante la presencia de casos, si habrá un corte total o parcial, planificar trabajos en burbujas y grupos, distintos horarios de ingreso y salida, actividades al aire libre”, entre otros puntos.
Si bien se trata de una situación pensada para el ciclo lectivo 2021, para este año “la realidad epidemiológica de departamentos o pueblos se puede pensar no para todos los niveles, sino para el último año de cada ciclo”, referenció, tal como se intenta encarar por las autoridades nacionales, para estas últimas semanas.
De todos modos, pensando hacia adelante, Canle marcó la necesidad de adaptar la infraestructura de las escuelas, a las condiciones sanitarias. “No podemos esperar la vacuna para que empiecen las clases”, señaló.
Enfoque del documento
En su documento, que puede leerse en www.sap.org.ar, la SAP, consideró que la vuelta a las escuelas en la modalidad presencial es imprescindible” para cuidar la salud de los niños, niñas y adolescentes (NNyA).
“Desde la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) hemos observado con preocupación el impacto que la misma (pandemia) ha tenido en niñas, niños y adolescentes (NNyA) y su escolarización” y sostiene que “es indiscutible que la escuela es fundamental para el desarrollo y el bienestar de las NNyA, no solo para la adquisición de conocimientos sino también para el fortalecimiento de aspectos emocionales y sociales, el cuidado de aspectos nutricionales, de la salud y la realización de la actividad física.
“La escuela es también un sitio seguro para los NNyA mientras sus padres trabajan, contribuyendo así a la actividad económica de la sociedad y es claramente una herramienta de equidad social indispensable particularmente para los grupos sociales más vulnerables”.
Y agrega la disparidad social y la brecha educativa que implicó el aislamiento. “Muchos adolescentes son incapaces de completar su tarea escolar por falta de dispositivos o de conectividad, lo cual hace que los modelos de aprendizaje virtual resulten de difícil implementación, dando lugar a la aparición de una brecha tecnológica entre niñas, niños y adolescentes muy difíciles de resolver” y menciona el caso de los niños con discapacidades, “claramente desfavorecidos con el cierre de las escuelas ya que es allí donde se les brinda en forma integral las necesidades de aprendizaje, estimulación, rehabilitación y socialización que ellos requieren”.
En cuanto al regreso a las aulas, menciona las experiencias a nivel internacional, con una variedad de enfoques, como China, Dinamarca, Noruega, Singapur y Taiwán, que exigieron controles de temperatura al ingresar a la escuela. Detalla que se ha reducido el tamaño de los grupos de estudiantes, aumenta la distancia física entre ellos, se ha escalonado la asistencia, las horas de inicio y finalización, y crearon turnos alternos.