Mauro Meyer/Ovación
Ávalos: "Un triunfo cambiaría mucho"
En el fútbol se dice que los delanteros viven del gol. Quizás es una frase hecha, pero los futbolistas que tienen la misión de marcar en la red contraria saben que es así. Cuando la sequía se hace presente, la preocupación también. Por eso, Gabriel Ávalos se sacó el sábado ante Gimnasia en La Plata un gran peso de encima.El paraguayo convirtió el agónico empate de Patronato y volvió a inflar la red después de 15 fechas. Su última conquista había sido el 18 de agosto del año pasado en el triunfo ante Huracán. Antes de eso, había vivido una jornada histórica en el estadio Monumental después de sus tres tantos a River, además de volver a marcar luego ante Atlético Tucumán.
Para el oriundo de Hohenau, un pueblo rural de Paraguay, la falta de gol ya se estaba transformando en una molestia. “Ya me incomodaba el hecho de no marcar, porque el sector de la cancha que yo ocupo es donde se definen las jugadas. Lo que uno quiere es convertir. Quizás antes hacía un trabajo sucio que me dejaba afuera del área. Participaba más en la asistencia que en marcar. Pero ya me estaba preocupando”, afirmó en el diálogo que mantuvo con Ovación.
—De todas formas, con Mario Sciacqua saliste un poco de tu hábitat natural.
—Sí, era algo que no me molestaba, pero me generaba muchas dudas. De todas formas, siempre estuve a disposición y di la cara por el equipo. Está claro que un nueve por allí no desea correr tanto y estar en la zona de definición. Pero el equipo necesitaba de todos.
—¿Lo hablaste a esto cuando llegó Gustavo Álvarez?
—Sí, se lo dije, lo hablamos. Le expresé que soy delantero y me gusta jugar de 9, que es mi posición natural. Si él me necesitaba en otro lado, no me iba a negar, pero sabe que quiero estar en el área. Ahora volví a marcar. Estoy contento por eso y espero que vengan más goles, que es lo que uno necesita.
—¿Cambió la forma de jugar de un técnico a otro?
—Sí, bastante. Gustavo es un técnico que le gusta más el juego con la pelota al piso, no ser tan directos. El grupo se adaptó y espero que partido a partido vayamos mejorando. —En los tres partidos de este año se vieron quizás dos caras de Patronato.
¿Cuál fue el mejor momento del equipo?
—De los tres partidos que hemos tenido, el de Banfield se asemeja más a lo que pretendemos. Contra Arsenal el primer tiempo fue para el olvido y con Gimnasia estuvimos también desconcentrados y eso nos costó mucho. Creo que necesitamos una victoria y eso lo sabemos todos. No hemos podido ganar, pero creo que los puntos que sumamos pueden servir.
—¿Cuánto cambiaría si logran los tres puntos ante Unión el viernes?
—Un triunfo cambia mucho, sobre todo en lo mental. No nos alcanza para salir del fondo, pero va a servir para trabajar con otro ánimo. Si bien no hemos perdido, es diferente ganar que empatar. También en el puntaje, más allá de que no modifique mucho la tabla.
—Hoy la clave está en encontrar el equilibrio, la regularidad que todo equipo necesita.
—Sin dudas. El año pasado teníamos una flaqueza en la ofensiva, nos costaba marcar, más allá de que generábamos situaciones. Pero en defensa éramos muy fuertes. Hoy en día tenemos algunos desaciertos cuando nos atacan y a eso lo tenemos que revertir. Cada uno de nosotros está para defender y eso lo sabemos.
—Me imagino que la racha de 14 partidos sin ganar debe molestar mucho. ¿Cómo toma esto el plantel?
—Como grupo estamos muy bien, más allá de no poder ganar. Siempre nos juntamos a hablar de lo que nos falta, porque el