El párroco de la iglesia Nuestra Señora de Valle de Concordia, Marcelo Dalmazo, conocido por intervenir en casos de “sanación interior”, como a él le gusta definir a las situaciones por las que atraviesan personas que presentan “cambios de voz o manifestaciones de fuerza extraordinaria”, brindó su opinión acerca del tema luego de la polémica generada por la imagen que muestra al Papa Francisco realizando una supuesto exorcismo en el Vaticano.
Un sacerdote de Concordia contó cómo es el método para alejar “perturbaciones espirituales”
A propósito del debate que despertó el accionar del Sumo Pontífice en Roma, Dalmazo recuerda una de sus participaciones en un caso de estas características. Estaba involucrada una mujer mayor de edad, con signos de poseer un espíritu maligno, desaforada y con comportamientos anormales. En aquella oportunidad el cura la atendió en el interior de su iglesia.
En todo momento, el religioso rechazó el concepto de exorcismo para identificar este tipo de casos, y prefirió el término “perturbación espiritual”.
“Generalmente estos casos no se dan a conocer, se dan más silenciosamente, pero cuando se enteran los vecinos lo dan a conocer a los medios”, explicó en diálogo con UNO.
Al ser consultado por el caso de la mujer en estado de posesión diabólica, ocurrido en octubre de 2011, Dalmazo recordó que su intervención “fue corta”. Acto seguido comentó que “nuestra participación suele ser de una o dos horas”.
“Si fuera necesaria nuestra intervención en un exorcismo tendríamos que pedir la autorización de un obispo”, aclaró en la continuidad de su alocución.
El padre recordó que la última vez que solicitaron su ayuda “estuvo involucrada una chica de Federación, donde además intervino el padre Daniel Petelín”.
“Nos buscan porque somos carismáticos, tenemos experiencias,o hemos participado en este tipo de situaciones, además nos ayudamos entre nosotros”, puntualizó.
Párrafo seguido describió las características de una persona presuntamente en estado de posesión diabólica. Al respecto manifestó que “en algunos casos se destaca el tema de la fuerza extraordinaria de la persona, un notorio cambio de voz, y hasta alguna veces gritos. Además se pone de manifiesto con perturbaciones y alucinaciones. Las personas afectadas no quieren entrar al templo”.
Se dan casos de personas que van al médico, pero en última instancia recurren a los curas o a pastores evangélicos.
Ante el pedido desesperado de familiares, que recurren a un religioso como última alternativa, Dalmazo reveló la forma en que se lleva a cabo una liebración. Para el sacerdote el primer paso es “realizar la oración de San Miguel, que es una oración de liberación, para rechazar esa presencia: en realidad se trata de una necesidad de la persona de sanación interior, que ha vivido hechos muy dolorosos. Y por eso necesita de alguna herida del pasado que lo está hiriendo”.
“El exorcismo es el último escalón de todos”, precisó.