La pandemia por el coronavirus modificó la vida de todos. Los cambios a los cuales tuvimos que adaptarnos fueron necesarios para combatir el Covid-19. En mayor o menor medida hubo que adaptarse en diferentes ámbitos, desde lo laboral hasta la higiene personal para evitar el contagio. Una de las situaciones comunes fue tener que realizar trámites on line para evitar asistir a lugares donde habitualmente se aglomeraba mucha gente. La computadora o el celular pasó a ser un elemento vital para muchas personas. También en las escuelas, donde durante mucho tiempo los chicos tuvieron clases en la casa al no poder asistir a los establecimientos escolares. Los clubes también lo aplicaron. Los deportistas entrenaron desde sus hogares con agotadoras sesiones de Zoom, que para muchos fue más estresante que recreativo. Con el paso del tiempo, al mejorar la situación sanitaria, todo empezó a volver a la “normalidad” y los establecimientos públicos volvieron a recibir a las personas. Claro que en muchos casos, el sistema on line siguió funcionando. Este es el caso del Hospital de la Baxada, uno de los centros que más gente recibe y recibió para vacunarse contra el coronavirus. Claro que a la hora de realizar un trámite, como pedir turnos con un especialista, se debe hacer de manera virtual. La regla aplica para todos, incluso para los jubilados. Los abuelos y abuelas tienen que pactar un encuentro con el doctor de manera digital y no hay otro camino. Por lo menos así lo explican en la mesa de entrada.
Turnos on line: jubilados afuera del sistema
Por Mauro Meyer
Foto: UNO/Liliana Bonarrigo
“Tiene que sacar el turno de manera on line”, es la indicación permanente que se les da a los pobres “viejos”. Y no se acepta un pero como respuesta. Ese pero puede tener una razón más que entendible, como el hecho de no tener acceso a una computadora o a un celular con una tecnología acorde para tener acceso a Internet. Cuando un jubilado presenta una explicación razonable sobre las dificultades que puede tener, desde el otro lado del mostrador se retruca: “Pero seguro tiene algún familiar o un vecino que lo pueda ayudar”.
Está claro que hay muchos que tienen algún pariente predispuesto a dar una mano y realizar el trámite. Después debe esperar la confirmación por mail del turno y listo, ya puede hacerse atender. Pero hay otro porcentaje de la población de la tercera edad que no tiene a nadie y que dedica un buen tiempo de su día en asistir personalmente al hospital para poder irse con un “papelito” que le indique día, hora del turno y nombre del especialista que lo atenderá.
Además, las personas que están en situación de calle o vulnerabilidad también deben recurrir a la tecnología como lo pide con insistencia la persona que está a cargo de la atención al público en el Hospital de la Baxada.
La palabra empatía es algo que debería aplicarse en casos como este, ponerse en el lugar del otro y comprender que realizar un trámite on line se transforma en algo imposible para los jubilados. Es en ese momento donde se debe aplicar el sentido común y entender la realidad por la cual atraviesan algunas personas. No tienen porqué mentir al decir que nadie les puede dar una mano para conseguir la tan anhelada cita con el “tordo”.
Otro de los contratiempos con los cuales se encuentran los jubilados a PAMI son las derivaciones médicas que deben conseguir para poder realizarse diferentes estudios. Cada análisis debe contar con el correspondiente pedido del médico, más allá de que todos tengan el mismo fin, como por ejemplo acceder a unos audífonos. Esto puede tardar meses, ya que hay que seguir pasos burocráticos y que muchas veces terminan cansando. Y acá volvemos al tema que motivó esta columna. Cuando se consigue la orden médica, adivine ¿cómo hay que conseguir el turno? Sí, acertó, de manera on line.
En la actualidad, muchos jubilados se encuentran fuera del sistema por una modalidad que persigue modernizar la estructura sanitaria. Se profundizó en la pandemia y resultó beneficioso para varias personas. Pero resulta todo un contratiempo para los “viejitos” que no tienen algún familiar o vecino que puedan ayudarlos con la compu o el celu, como lo indican en el Hospital de la Baxada.