A menudo los padres no esperan mucho de los hijos menores y ponen sus esperanzas en sus vástagos mayores. A esto se le suma que durante toda su infancia y parte de la adolescencia son un blanco fácil de las bromas y travesuras de sus hermanos mayores. Sin duda, esto terminará moldeando su personalidad y su forma de reaccionar ante las situaciones.
Las cinco ventajas de ser el hermano menor
Sin embargo, investigaciones recientes demuestran que los hermanos menores en realidad no son la oveja negra de la familia y pueden tener mucho éxito, un éxito que podría estar determinado en gran medida por las situaciones familiares con las que ha tenido que lidiar durante su infancia.
1. Tienen un espíritu más aventurero
A diferencia de los primogénitos, quienes normalmente asumen el rol de líder frente a sus hermanos, los más pequeños se ven obligados a encontrar su propio papel, primero en el seno de la familia y más tarde en la vida.
Lo interesante es que para encontrar su lugar y hacer valer sus talentos, los hermanos más pequeños se ven obligados a experimentar y salir de su zona de confort desde muy temprano. Por eso, es probable que se conviertan en personas más abiertas a las nuevas experiencias, dispuestas a asumir retos y a explorar.
2. Son más simpáticos
Eddie Murphy, Stephen Colbert, Jennifer Lawrence y Tina Fey tienen dos cosas en común: son los hermanos más pequeños de la familia y son muy simpáticos. Sin embargo, no se trata de una coincidencia.
Un estudio realizado en el Reino Unido desveló que los hermanos menores suelen considerarse más divertidos mientras que los mayores se ven a sí mismos como más serios. Una teoría apunta a que esa capacidad para hacer reír a los demás se debe a que los hermanos más pequeños necesitaban llamar la atención de los padres y los demás miembros de la familia, y es probable que aprendieran a hacerlo a base de simpatía.
3. Suelen sentirse más relajados
Los hermanos menores suelen abrazar un estilo de vida más relajado y lidian mejor con el estrés, lo cual se debe, al menos en parte, a que los padres han adoptado con ellos un estilo educativo mucho más relajado, muestran una actitud laissez-faire que no tuvieron con el primer hijo.
De hecho, los padres suelen comportarse de forma sobreprotectora con los hijos mayores y les sobrecargan de responsabilidades mientras que asumen un estilo más permisivo con los hijos menores. Esto hace que los pequeños se sientan más libres y puedan asumir la vida desde una perspectiva más relajada.
4. Son excelentes en las relaciones interpersonales
Los primogénitos suelen ser más asertivos, pero los hermanos más pequeños suelen ser más sociables y amantes de la diversión. Una vez más, esta característica se la deben al hecho de que se vieron obligados a encontrar su papel en la familia, a que han tenido que aprender a gestionar por sí solos diferentes situaciones y hasta se han visto obligados a "manipular" un poco a sus padres.
Por eso, los hermanos más pequeños suelen ser muy buenos haciendo amigos y hacen gala de una excelente Inteligencia Interpersonal. De hecho, también tienen un don especial para lograr poner a las personas de su parte, lo cual no es extraño ya que en las peleas con sus hermanos probablemente tuvieron que luchar mucho para convencer a sus padres de que la culpa no era suya.
5. Son más creativos
Como norma, los hermanos mayores suelen tener un cociente intelectual ligeramente superior, pero sus hermanos más pequeños tienen la ventaja creativa. Los últimos que han llegado a la familia a menudo evitan los caminos que ya han recorrido los hermanos mayores, por lo que necesitan desplegar toda su creatividad.
Los más pequeños desarrollan nuevos intereses y conocimientos que no se miden en las pruebas de inteligencia convencionales. Por eso, se ha apreciado que los hijos más pequeños prefieren profesiones más creativas, como el diseño, la arquitectura, la escritura o el arte, mientras que los mayores optan por profesiones más convencionales.