El Equipo Argentino de Antropología Forense estaba finalizando este miércoles al mediodía los trabajos en terreno en el marco de la causa por la desaparición de la familia Gill, sin resultados positivos. Así lo confirmó a UNO el juez de Garantías de Nogoyá, Gustavo Acosta.
No hallan rastros de familia Gill en las nuevas excavaciones
"Excavamos en tres pozos y lo único que encontramos son bolsas de residuos con 30 pañales usados", manifestó Acosta, quien afirmó que estos trabajos están "prácticamente agotados".
Las excavaciones se reanudaron este martes en una zona cercana al campo La Candelaria, en Crucesitas Séptima, Departamento Nogoyá, a raíz de un nuevo testimonio que surgió en la causa y que motivó que se retomaran los trabajos de los antropólogos forenses que se habían realizado el año pasado en otro sector de los terrenos de la estancia.
Ahora las tareas estuvieron focalizadas en una zona conocida como La Tapera, que está ubicada frente a la estancia donde trabajaba la familia Gill. "Allí hay un cuarto de manzana de bosque cerrado, donde se excavó en tres pozos y sólo encontramos ayer pañales usados", detalló el juez. Los especialistas del EAAF retomaron este miércoles por la mañana los trabajos, pero tampoco obtuvieron resultados positivos.
El dato
Acosta indicó que en el transcurso de la investigación se dio con una persona que aportó un dato nuevo que motivó las nuevas excavaciones, las cuales se iniciaron este martes, tal como informó UNO más temprano.
Se trata de un baqueano, cazador y pescador de la zona, quien contó que le llamó la atención las modificaciones que hubo en los pozos de agua de ese lugar conocido como La Tapera.
Sin embargo, nuevamente no encontraron rastros de la familia Gill ni elementos que sean útiles a la causa. "Al menos el trabajo en esta zona quedaría prácticamente agotado", dijo Acosta.
Los seis integrantes de la familia Gill, fueron vistos por última vez el 13 de enero de 2002 en el velatorio de un conocido de la familia, a 30 kilómetros de la estancia. La familia estaba integrada por Rubén "Mencho" Gill, de 55 años; su esposa Norma Margarita Gallegos, de 26, y sus hijos María Ofelia de 12, Osvaldo José de 9, Sofía Margarita de 6 y Carlos Daniel de 2.
Los familiares de los Gill siempre creyeron que el dueño del campo, Alfonso Goette, tuvo mucho que ver en la desaparición. Por eso es que se insiste en buscarlos muertos dentro del establecimiento rural ubicado en el norte del departamento Nogoyá o en sus inmediaciones.
En junio 2016 el dueño de la estancia, de 70 años falleció en un accidente de tránsito, y con posterioridad se acercó la versión por parte de un contratista rural de apellido Nanni que derivó en dos excavaciones: una en el monte y otra en un arroyo.