En una cruda declaración, Mabel Zapata, hermana de Soledad Zapata -acusada de omisión por la muerte de sus hijos Hugo y Gustavo- remarcó las limitaciones que por su analfabetismo tuvo la madre de los pequeños a la hora de pedir ayuda. El testimonio se enmarca en el juicio que se lleva adelante en Concordia por el doble infanticidio ocurrido en febrero de 2012 en esa localidad entrerriana.
La tía de los hermanitos Zapata reveló detalles estremecedores
En ese sentido dijo: “Mi hermana no sabe leer, ni escribir. Tampoco maneja un celular. Para llegar a un lugar se guía por señas” y dijo entre lágrimas que cuando eran niñas, “ella dejó la escuela para cuidarnos y darnos de comer. Abandonó la escuela para encargarse de nosotros”.
Mabel Zapata declaró que antes de estar en pareja con Javier Álvarez, “ella no tenía las cicatricez, ni golpes que hoy tiene” y subrayó que mientras Álvarez golpeaba a sus hijos “ella intentaba ayudarlos, pero no pudo porque él la desvanecía de los golpes que le daba”, según reproduce el sitio Diario Río Uruguay.
La tía de las víctimas subrayó que las posibilidades de pedir ayuda de la mujer se vieron completamente cortadas inclusive porque Álvarez desarmaba el único celular disponible para la comunicación. “El escondía las partes por distintos lados de la casa para que ella no pida ayuda”, testimonió la hermana.
En referencia al cuidado de sus sobrinos, la mujer dijo que Soledad Zapata “les compraba lo que los nenes necesitaran” y reveló que fue el propio Álvarez el que en diciembre de 2011 “me llamó e insistió 2 o 3 veces para que le lleve los nenes a vivir con ellos” – cuando aún se encontraban la tenencia de la abuela materna-.
Con respecto al vínculo entre las hermanas luego de los trágicos hechos manifestó: “La voy a ver seguido a la Comisaría (del Menor y la Familia) donde está detenida y ella vive preguntando por los nenes que están vivos”, añadiendo que también consulta, “si le llevamos flores al cementerios a los otros dos y se pregunta por las fechas de sus cumpleaños, porque no conoce los meses”.
Con respecto a la ocupación de su hermana antes de arribar a la casa del barrio “80 viviendas”, Zapata fue contundente afirmando que, “ella (la madre de los niños) trabajaba en la calle prostituyéndose para llevarle el pan a los nenes”. Y recordó “por eso ellos estaban con mi mamá y los iba a ver siempre”.
Del testimonio de la hermana en la sala del tribunal que lleva adelante el juicio pudo escucharse además: “Soledad dice que gritaba pidiendo ayuda, pero nadie la ayudaba” y amplió afirmando que “tiene incluso una bala en una pierna por un disparo que le hizo él”. Detallando otra metodología de tortura a las que ya se sabía que padecían a diario Zapata y sus hijos.
Asimismo, la tía de las víctimas subrayó que las posibilidades de pedir ayuda de la mujer se vieron completamente cortadas inclusive porque Álvarez desarmaba el único celular disponible para la comunicación. “El escondía las partes por distintos lados de la casa para que ella no pida ayuda”, testimonió la hermana.