En Paraná los accidentes de tránsito se multiplican por la falta de conciencia y de la responsabilidad que conlleva conducir un vehículo en la vía pública. Es preocupante observar a diario —soy conductor de un motovehículo, por eso aporto mi testimonio— las decenas de motos y automóviles que cruzan los semáforos en rojos, sin importar si es de día o de noche. Esa misma infracción es cometida por los ciclistas, quienes creen conducirse en un vehículo de menor porte los evade de cumplir con las normas viales.
Paraná: la cultura del que me importa
Manejar con exceso de velocidad también es una falta muy común en las calles de la ciudad. Tampoco se respetan las prioridades en los cruces de las esquinas, el uso del celular es causal de accidentes mientras se maneja y es una problemática todavía sin solución el consumo de alcohol al volante.
Son elementos que ilustran de alguna manera las condiciones del tránsito y todo lo que hacemos para que se vuelva más hostil y peligroso. Es sensato pensar que las personas que conducen y tienen carné, no están realmente capacitadas para manejar y hacerlo sin ser un riesgo para terceros. Así lo demuestran las conductas temerarias que a diario se observan en la calle, donde prevalecen la imprudencia, la inconciencia y en algunos casos un total desprecio por la vida.
Es increíble lo que está pasando en Paraná y puedo dar fe de ello. Debido a que ya no se respetan los semáforos en rojo en algunas esquinas se está dando una situación inédita. Cuando el semáforo en verde habilita el paso en alguna de las arterias, esos conductores avanzan pero con extremada precaución, observando una y otra vez las arterias adyacentes para asegurarse que un tercer vehículo no esté pasando en rojo.
Por eso resulta tan importante fortalecer la educación y la prevención en una comunidad que a veces hasta parece haber naturalizado el desapego por las normas y la cultura del que me importa.
Mejorar el ordenamiento vial implica cumplir con derechos y obligaciones por parte de todos los que participan en el sistema de tránsito. Un importante rol es el que tienen los peatones en colaborar para prevenir accidentes y hacer que la vía pública sea más segura. La falta de educación vial subyace en pequeñas acciones que pueden desencadenar en una tragedia: el cruce de las calles de los peatones por mitad de cuadra. Es una maniobra imprudente y muy común en Paraná, porque en realidad el cruce de una calle se debe realizar por una esquina, tal como la establece la Ley Nacional de Tránsito. Desobedecer es la norma y así se van perdiendo vidas: en mayo de este año una mujer que cruzaba avenida Ramírez con sus dos nietos fue atropellada por un auto y falleció pese a los esfuerzos por salvarla en el hospital San Martín. Uno de los nietos tuvo que ser atendido por lesiones, aunque luego de varios días pudo recuperarse.
Contribuir a un tránsito más seguro es responsabilidad de todos, pero también de las autoridades políticas.
El resultado de las políticas implementadas para garantizar una mejor movilidad urbana tienen relación directa con la adhesión de la comunidad. Sin el acompañamiento social es imposible proyectar medidas tendientes a lograr un verdadero cambio, por eso se insiste en que fortalecer la educación y la sensibilización es clave en cualquier política.
También es innegable que para afianzar una nueva cultura vial es necesario ccontar con calles y avenidas que permitan una circulación segura y ágil. Estamos de acuerdo en que la Municipalidad de Paraná está ejecutando obras tendientes a mejorar la movilidad urbana en avenidas que son objeto de una verdadera transformación, pero lo cierto es que sigue habiendo cuentas pendientes. Muchas calles siguen estando deterioradas y con baches, algunas con faltas de iluminación, una situación que deriva en accidentes de tránsito que podrían haberse evitado.
El lanzamiento de la campaña de bien público Nos Respetamos es un acierto, aunque vale decir que el cambio empieza por cada uno, aceptando que hacer un tránsito más seguro es responsabilidad de todos.