El seleccionado argentino protagonizó la primera gran sorpresa de la Copa del Mundo Qatar 2022. El 22 de noviembre ingresó al campo de juego del Lusail Iconic Stadium con la chapa de candidato. A los 10 minutos Lionel Messi infló la red al capitalizar un penal que el árbitro esloveno, Slavko Vincic, sancionó a instancia del VAR. La Scaloneta dominó territorialmente la etapa inicial. Empujó el balón al fondo del arco en cuatro ocasiones. Sin embargo ese período finalizó con la mínima expresión. Tres conquistas fueron invalidadas a instancia de la tecnología por posición adelantada de Messi y de Lautaro Martínez.
Qatar 2022: las cábalas se respetan
Por Matías Larraule
En el complemento Arabia revirtió el marcador en una ráfaga de 8 minutos. El desenlace fue el inesperado. Los Halcones Verdes cortaron el andar de los campeones de América, quienes tropezaron después de 36 partidos, quedando a un juego de igualar la marca de Italia, una de las grandes ausencias de la cita ecuménica.
El resultado negativo impactó en el humor del hincha. El pesimismo se potenció. Los fantasmas de la eliminación en primera ronda en Corea-Japón 2002 merodeó por distintos rincones del país.
Esta realidad impulsó a modificar hábitos. Estas costumbres son rituales que se respetan a rajatabla. Si el encuentro ante Arabia Saudita fue observado en tal lugar y con determinado grupo de gente, no se reitera. No es momento de desafiar a la suerte porque otro paso en falso esfumaba el sueño Albiceleste. Las cábalas del juego inicial no fueron efectivas. Los devotos de estas acciones buscamos nuevas estrategias. Ámbitos diferentes para observar el juego. Nuevas conductas previas. Y si era necesario, mirar el partido con alguien con quien tenemos escasa conexión.
En lo personal modifiqué el ritual. Al juego ante México lo vi en otro ámbito. También cambié la señal de televisión. No porque me gustaba más el relato o el comentario de tal periodista. No quería desafiar al destino. Y la suerte estuvo de nuestro lado. Victoria por 2 a 0. Desahogo. Esperanza.
A partir de ahí en la previa del siguiente juego respeté cada paso realizado. Al igual que antes del choque ante los aztecas me aislé durante un largo período de la previa del juego. Encendí el monitor un cuarto de hora antes del inicio cotejo. Mientras se escuchaban de fondo las estrofas del Himno Nacional preparé el mate para luego encerrarme a ver el encuentro. Una ducha en el entretiempo para ubicarme, 15 minutos, frente a la pantalla LED.
Estos hábitos fueron rituales en cada juego. Todo estaba saliendo como lo deseaba y no había motivos para modificarlos. Pero hubo un instante en el cual el temor me dominó. Una señal que percibí de que algo malo iba a suceder. En el desenlace del encuentro ante Países Bajos uno de los perros que conviven conmigo se ubicó en un lugar diferente. Segundos después los europeos igualaron el juego. Tras esa maniobra el canino buscó otro espacio.
Esa situación fue un mensaje que percibí. Las cábalas se respetan a rajatabla. No impedirá que Messi se supere constantemente, que el Dibu Martínez transmita la seguridad habitual, ni apagará el compromiso de los restantes 24 soldados de la Scaloneta.
Argentina fue claro campeón en México 86. Carlos Bilardo, el conductor de ese equipo, no dejó ningún detalle librado al azar. Estuvo atento hasta en los festejos de los jugadores después de cada gol anotado. Pero también estuvo pendiente de hábitos previos de cada juego. Repitió la lista de canciones que acompañó a la delegación desde la concentración hasta el estadio. Si el conductor iba muy rápido le pedía que manejara más despacio para asegurarse de que la música elegida sonara en el ómnibus. También digitó quién ingresaba primero y quién saltaba en último lugar al campo de juego. “No son cábalas, son costumbres”, aclaró el doctor en reiteradas ocasiones. “No sea cosa que la pelota pegue en el palo y se vaya afuera”, subrayó.
En lo personal tengo diferencias con el Narigón. A la vez coincido en un montón de aspectos. Uno de ellos es la manera de vivir la pasión popular. El fútbol es cultura, es pasión. Por eso apelamos a toda clase de estrategias. Las cábalas se respetan. Ayer, hoy y siempre.