La pandemia de coronavirus sigue regulando los hábitos de vida y así lo seguirá siendo por mucho tiempo. La irrupción del virus modificó la cotidianeidad y el vínculo con el entorno social. El aislamiento estricto del comienzo de la cuarentena para contener la propagación de los contagios afectó no solo la forma de vida, sino también el funcionamiento del sistema productivo y económico. El campo laboral debió adaptarse a las restricciones sanitarias, y quizás el mayor desafío del sistema haya sido operar con un modelo basado en la virtualidad. Pero no todas las empresas ni el sector público se valieron del teletrabajo como una regla a lo largo de la pandemia. La experiencia de la administración pública provincial es un ejemplo válido para entender las diferentes variables e imprevistos que se fueron presentando durante la emergencia sanitaria. Al principio de la pandemia se dispuso la asistencia a las oficinas públicas únicamente del personal esencial, aunque esta situación varió radicalmente ese año con el avance de la campaña de vacunación destinada a garantizar la inmunidad de la población.
Presencialidad: advierten déficit edilicio en el Estado
Con menor circulación del virus, sumado a la protección que brindan las diferentes vacunas en el caso de contraer la enfermedad, las oficinas estatales están volviendo a un escenario que se asemeja a la normalidad. En el decreto Nº 2.142, que prorroga lo dispuesto en el Nº 1.775, se dispuso que hasta el 31 de agosto la presencialidad será con un aforo máximo del 70%. La normativa establece que se debe promover la conformación de burbujas sanitarias y la rotación de las mismas. La resolución exceptúa a los agentes del Ministerio de Salud, del Consejo Provincial del Niño, el Adolescente y la Familia (Copnaf), Policía, Servicio Penitenciario, de la Subsecretaría de Políticas Alimentarias, y otros organismos descentralizados, que deben concurrir normalmente a sus lugares de trabajo sin la implementación de burbujas.
De la misma forma se autorizó –el término administrativo es ‘dispensa’– al personal mayor de 60 años o con factores de riesgo a no prestar servicio en forma presencial. Otra de las excepciones contenidas en el decreto –con vigencia hasta el 31 de octubre– alcanza al personal del Ministerio de Salud de 60 años o mayores y quienes posean factores de riesgo. Cabe aclarar que en la administración pública provincial está contemplada la dispensa, pero también la Resolución Conjunta Nº 421 suscripta por el Ministerio de Salud de la Nación y el Ministerio de Trabajo y Empleo y Seguridad Social, “autoriza a convocar al personal que haya sido vacunado contra el Covid-19”.
Más trabajo presencial
El escenario favorable en términos epidemiológicos permitió que se recupere gradualmente el funcionamiento de varias reparticiones estatales, tanto centralizadas como descentralizadas. Pero en la práctica esta situación depende de la organización de cada repartición, la cantidad de empleados y las condiciones edilicias. UNO intentó determinar además la cantidad de trabajadores que todavía no han vuelto a la presencialidad, pero lo cierto es que se carece de relevamientos oficiales en relación a este tema.
Cuestionan la normativa
Los gremios estatales realizaron una valoración de las resoluciones administrativas, y en principio se esgrimieron algunos reparos hacia la normativa porque carece de una uniformidad de criterios. La Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN) consideró que “la normativa no es contundente porque hay un artículo (el 4) que pone en vigencia la resolución –Nº 421– conjunta del Ministerio de Trabajo de la Nación y el Ministerio de Salud de la Nación, que establece que se podrá convocar al personal que tiene aplicada una dosis de la vacuna o en el caso de Salud, las dos dosis”. El testimonio pertenece a Carina Domínguez, secretaria gremial del sindicato, quien además cuestionó que la normativa “genera cierta confusión en algunos ministerios, como el de Gobierno, donde se sacó una resolución que ordena el regreso a sus lugares de trabajo a los agentes de riesgo. En otros ámbitos no ha sido de la misma manera y queda a discrecionalidad de las áreas de Recursos Humanos o de los funcionarios que deben autorizar o no cada situación en particular”.
La dirigente observó que en la etapa de aislamiento estricto hubo solo algunos organismos que decidieron implementar la modalidad del trabajo virtual. El teletrabajo –dijo Domínguez– se llevó a cabo en la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader), en el Registro de la Propiedad y en áreas que se relacionan con cuestiones informáticas. De todas formas, sostuvo que en ningún momento el trabajo a distancia se generalizó en el ámbito de la administración pública. Según Domínguez, el problema radica en que los sistemas informáticos de la administración pública “no están adaptados para trabajar en forma virtual”. De la misma manera deslizó que por algunas tareas requieren de un trabajo en equipo, por lo cual la distancia física se convierte en un escollo.
Aforo y distanciamiento
Tanto UPCN como la Asociación de Trabajadores del Estado(ATE) coincidieron en que el incremento de personal trabajando en forma presencial expuso falencias en el aspecto edilicio de las oficinas públicas. “Hay mucha preocupación porque en varias oficinas que funcionan en Paraná la parte edilicia no está preparada para que haya el distanciamiento que se requiere con respecto a la pandemia”, enfatizó la referente gremial.
Contrariamente a lo que sostiene el decreto provincial, desde ATE aseguran que “desaparecieron las burbujas”. y advirtió que el problema surge por la diversidad de criterios en los diferentes organismos. “En algunos lugares producto del hacinamiento, ya que en algunas oficinas donde debería haber cinco hay 10, más en ámbitos administrativos. Lamentablemente se ha incrementado tanto el trabajo y en algunos organismos los superiores no lo van contemplando. Pero cuando se establezca que todo deba empezar a regresar a la normalidad, no sé cómo se va a dar esta situación”, reflejó el secretario gremial de ATE, Pedro Zuchuat.
Explicó que hay varios ejemplos para graficar el déficit edilicio que atenta contra la chance de garantizar el distanciamiento, las medidas de higiene y la ventilación de espacios compartidos. “En la Secretaría de Trabajo los compañeros están divididos por un biombo, pero esto no es de ahora ni comenzó en esta gestión. Y no es que quiera defender la gestión. En la ATER están unos al lado de otro, en el municipio pasa lo mismo, o en el Ministerio de Salud”, detalló.