Habitualmente en septiembre comienza la “temporada alta” en los rubros vinculados a las fiestas de casamientos, 15 años, bautismos y algún otro evento similar, ya que es la época en que empieza a aflojar el frío y el tiempo se torna más propicio para reunirse a celebrar. Uno de las demandas principales se centra en los servicios gastronómicos, que forman parte de un sector que se vio fuertemente afectado por la pandemia, ya que no pudieron trabajar durante un tiempo, y posteriormente la inflación los obligó a modificar la dinámica de reservas previas, reduciendo los plazos en que se otorgaban los presupuestos, para poder subsistir sin perder ante las disparadas de precios. Y si bien tuvieron un repunte el año pasado, ahora afrontan una notable merma de trabajo debido a la recesión.
Los servicios para fiestas advierten la merma de trabajo por la crisis
La recesión afecta al rubro en el inicio de la temporada de mayor actividad. “La gente busca lo más económico para sus fiestas”, afirman en el sector
Sobre este tema, Juan Carlos Ortega se dedica a esta actividad desde hace casi 30 años y actual presidente de la Asociación Civil Cámara de Eventos y Afines de Entre Ríos, contó a UNO: “Consultas hay varias, pero la gente busca mucho precios. Se inclina más que nada por lo más económico, o sea, lo más barato que pueda. Se terminaron las grandes fiestas: hoy organizan como mucho una reunión para 50 o 60 personas, cuando antes hacían un fiestón de entre 100 y 300 invitados”.
Presupuestos
En su caso, según indicó, brindan presupuesto sólo con dos meses de anticipación, cuando históricamente era de un año, pero actualmente nos e puede. “Son dos meses, y con una seña, por supuesto. Por ahí si pasamos precio para el año que viene, aclaramos siempre es reajustable, según valor del INDEC”. A su vez, señaló: “En los salones hay una diferencia abismal entre otros y otros, y van desde los 400.000 pesos hasta los 2 millones. Y nosotros arrancamos con una tarjeta de 35.000 pesos en adelante”.
Los insumos siguen aumentando
Con respecto a los precios de los insumos, aseguró que siguen subiendo, pese a que se afirma que la inflación registra una tendencia a la baja, y sostuvo: “La verdad es que nosotros no vemos que se hayan frenado los aumentos de los insumos. Volvió a subir la nafta y los precios en general de las góndolas no se condicen con los valores del INDEC que publica la Nación. La carne subió un entre un 8% y un 10% la semana pasada; los precios de las gaseosas también se incrementaron, y las de primeras marcas en lo que va del año ya registran el octavo aumento, vienen subiendo bastante y aparte ahora viene la temporada en que empiezan a escasear algunas marcas y presentaciones: por ejemplo, no hay ahora de litro en envase de vidrio y entonces te venden la descartable, que sale más cara”.
“Después la cerveza y el vino también siguen subiendo, al igual que el hielo, que ahora se incrementó una enormidad por el aumento de la luz. Las verduras están carísimas también: la papa es una locura, la cebolla ni hablar, al igual que el tomate. El migón vale entre 12.000 y 13.000 pesos si es un buen pan de miga; y los fiambres también están carísimos: un queso en barra está alrededor de 12.000 pesos; por ahí hay más baratos, pero no es la misma calidad”, añadió.
Por otra parte, aseguró que un lunch es más costoso que una cena o un almuerzo, y precisó: “Por eso suelen optar por un menú con primero y segundo plato, el postre, que ahora es una cassata o un almendrado, que sale menos, así podemos ir abaratando los costos. Y en la barra, por ejemplo, antes tenían variedad de tragos, y ahora solamente piden lo básico, que es Fernet, Gancia, y algunos te agregan un daikiri”.
Fiestas más reducidas
También mencionó que lo que más se celebra hoy en día son los cumpleaños de 15: “Casamientos hay muy pocos, y hacen algo muy sencillo, al mediodía. A veces a la torta la hace algún familiar, y es más que nada algo simbólico y listo. Tampoco se suelen hacer fiestas de fin de año en empresas, que antes preguntaban”, dijo y subrayó: “Nosotros veníamos mejorando, y el año pasado fue grandemente bueno. Pero en noviembre se empezó a sentir una merma y en diciembre se paró todo con la devaluación”.
Por último, lamentó que ni la gestión del gobierno provincial anterior ni la actual los hayan recibido, pese a solicitar audiencias: “Nosotros estamos ahogados con los valores de los servicios como luz y gas, y sentimos que no nos tienen en cuenta, siendo que somos generadores de fuentes de trabajo”.