Con la edición del libro "La Canción del Mundo Entrerriano" y la más reciente juntada en Concepción del Uruguay, donde brilló el Chango Spasiuk en una charla y un show memorables, el Movimiento De Costa a Costa celebra sus 10 años de vida y sus 20 encuentros haciendo escuela.
De Costa a Costa hace escuela y sus ensambles sirven de guía
Integración. Músicos de distintas latitudes reunidos para compartir conocimientos y prácticas.
El misionero conmovió a los entrerrianos con sus palabras y su arte en “La Histórica”.
Los méritos de este fogón artístico con cabeceras en Paraná y Concepción del Uruguay fueron reconocidos por el acordeonista y compositor con cuna en Apóstoles, Misiones, ovacionado por miles en La Histórica, en una presentación sin fisuras en el Parque de la Costa. Spasiuk fue escuchado con admiración por jóvenes de la música, en una rueda con foco en el arte, el crecimiento personal, la búsqueda de la paz interior, el estudio profundo de las culturas regionales, por encima de famas y demás reconocimientos.
Spasiuk hizo votos por la reproducción en distintas regiones del país de las juntadas y los ensambles, tan propios ya de los entrerrianos. Y subrayó la importancia de valorar los puntos de unidad de las culturas y de los géneros musicales.
Puntas de la madeja
La Canción del Mundo Entrerriano es el nuevo libro de Guille Lugrín, en el marco del Movimiento De Costa a Costa. Fue presentado en Paraná en un acto de hondo sentido cultural, en la Biblioteca Provincial, con una ponencia del autor sobre la intersección de diversas culturas en nuestro territorio, sus géneros musicales, sus instrumentos diversos; y actuaciones de José Bulos en el piano y Maru Figueroa en la guitarra, además del propio Lugrín en la interpretación de temas de nuestro cancionero.
Luego llegó a Concepción del Uruguay, y quienes participaron de la reunión resaltaron su condición artística y también didáctica, porque permite visualizar en pocos minutos todo un panorama cultural que involucra melodías, poesías, intérpretes, temas, paisajes, actitudes: una cosmovisión, en fin, con sus influencias desde y hacia los cuatro puntos cardinales.
“Para el Chango Spasiuk, resulta inconducente discernir si la identidad musical entrerriana está en Linares Cardozo, Los Hermanos Cuestas, Víctor Velázquez o Abelardo Dimotta, por caso, porque está en todos ellos, todo eso es identidad entrerriana”, resumió a nuestro pedido el profesor Norberto María Fiorotto, conocido por su participación en el Grupo de Reflexión Ambiental Mingaché. Estuvo en los ensambles y calificó de “maravilloso” el encuentro en Concepción.
Horizontalidad
“Una de las cosas que destaco –apuntó–, y que tiene que ver con nuestro estilo, es la horizontalidad. Ellos la llaman grupalidad. Un grupo en el cual hay músicos de excelencia que trabajan de igual a igual con los gurises que recién están empezando. El mismo que da la conferencia o que pisó el escenario de Cosquín ahora te acerca un plato de comida cuando vos estás sentado a la mesa. O se preocupa por si tenés la silla, si tenés dónde dormir. Es una organización ejemplar”.
También puso de relieve la actitud de las chicas y los muchachos participantes para la investigación, las ganas de fomentar las manifestaciones de la cultura, de enterarse de las novedades, de aprender, de difundir la música esencialmente entrerriana. “Hay mucho conceptual en lo que dicen y en lo que ejecutan, con el centro puesto en el cancionero de nuestro territorio”.
El compositor Atahualpa Puchulu nos recordó que participaron cien artistas de distintos puntos de la Argentina y de países vecinos, se realizaron diversos ensambles y se escucharon las palabras no sólo de Spasiuk sino también de los comunicadores Blanca Rébori y Juan Pedro Zubieta, ambos de dilatada trayectoria en la difusión de nuestra cultura artística, ella en Buenos Aires, él en Corrientes. Además, actuaron los Spiazzi, la Orquesta De Costa a Costa, los medios locales dieron difusión a los grupos ocasionales formados con fines de intercambio y como clases prácticas, y se presentaron artesanos y emprendedores de la región, todo con entrada libre y gratuita.
La misma dedicación y el cariño puestos por los organizadores fueron la marca de la reunión con centro en Spasiuk. A pedir de boca, entonces, la reunión número 20 del Movimiento de Costa a Costa que se sostiene desde este lema: Soberanía cultural para la autodeterminación de los pueblos, en sintonía con el legado artiguista de soberanía particular de los pueblos.
Las premisas
Estas son algunas de las premisas consensuadas por los artistas de diversas localidades de Entre Ríos, en el Movimiento: “Adentrarnos en el paisaje del folclore entrerriano y los géneros más característicos: el Estilo, la Milonga, el Chamamé, la Chamarrita y el Tanguito Montielero. Reconocer y difundir a los pioneros del cancionero entrerriano:
Linares Cardozo, Abelardo Dimotta, Pancho Casís, Julio Luján, Víctor Velázquez, Carlos Santa María, Zurdo Martínez, Jorge Méndez, Edmundo Pérez, Hugo Duraczek, Walter Heinze, Ricardo Zandomeni, Aníbal Sampayo (sí, el oriental más entrerriano) y tantos más”.
El abecé del Movimiento sigue: “Cantar a nuestros poetas como Marcelino Román, Polo Martínez, Aldo Muñoz, Adolfo Cosso, Juan Carlos Alsina, Ricardo Maldonado, Omar Morel, Roberto Benetuce, Claudio Martínez Paiva, Daniel Elías… Retomar el mejor camino de la tradición, el de escuchar a los maestros y las maestras y el legado del pasado para proyectarnos al futuro con raíz y vuelo creativo. Conocer nuestra literatura, nuestra naturaleza y nuestra historia, pensando nuestro espacio geográfico de manera crítica y analítica, para imaginar nuestra canción y el futuro”.
Y bien, en esta línea, los discos de artistas del movimiento, las presentaciones en los escenarios, las peñas radiales, los libros con letras y partituras, y La Canción del Mundo Entrerriano, que a lo largo de 440 páginas rescata voces actuales como la de María Silva, payadoras como Liliana Salvat, dúos de compositores clásicos como Alcibíades Larrosa y Walter Ocampo, o de cantores como Los Hermanos Benítez Ríos, y así artistas de la guitarra, el acordeón, el bandoneón, el piano, y de géneros compartidos por comunidades de la región. No por nada, en la presentación de la obra seguramente habrá un estilo de José Ramón Maciel Varela, un chamamé de Dimotta, una chamarrita de Linares, o unas referencias de Marcia Müller al tanguito montielero, para romper el hielo.