El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) dará a conocer el jueves de la próxima semana el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de diciembre. No obstante, consultoras privadas adelantaron que se estima una inflación muy por encima del 20% y algunas incluso afirman que rondará el 30%, tras la devaluación del tipo de cambio y la liberación de precios durante el último mes del 2023. Asimismo, calculan que la inflación interanual será superior al 200% y marcará récord en más de tres décadas. Si bien los incrementos se registran en general en la mayoría de los rubros, el de los alimentos fue uno de los que se destacó por las constantes subas, en un contexto en el que los salarios y otro tipo de ingresos quedaron relegados.
Alimentos: alertan que sigue la escalada de aumentos
Por Vanesa Erbes
En este marco, la consultora Equilibra afirmó que treparon casi un 34%, golpeando fuertemente el bolsillo de los consumidores. En el caso de la Canasta Básica de Alimentos que mide mensualmente Consumidores Libres, se encareció 30,49% en diciembre respecto al mes previo; y el costo de la lista de 21 productos aumentó 253,75% en el acumulado anual.
También advierten que para el primer trimestre de 2024 se prevé una inflación mensual promedio del 20%, y desde los primeros días de esta semana ya se vienen notando nuevas subas de precios en la góndolas. Consultada sobre el tema, Laura Kobrinsky, presidenta del Centro de Autoservicios y Supermercados de Concordia (CASCO), comentó a UNO que en estos últimos días “aumentó en general todo”, y precisó: “Es una locura, no hay un tipo de producto que se destaque por haber aumentado más, sino que todo se ha incrementado de manera pareja. Ya no nos animamos ni a dar un diagnóstico ni a hacer un pronóstico de lo que va a pasar, porque es todo incierto. Después del aumentazo de diciembre pensamos que no iba a haber tantos incrementos en enero, pero nos equivocamos”.
En este marco, la dirigente opinó: “Creo que es el consumo es el que va a tener que pegar un parate, para que el proveedor entienda que esto tiene un límite”.
Asimismo, observó que se registra una baja en el consumo y expresó: “Venimos con el impulso de diciembre todavía, que fue mejor por las Fiestas, pero ahora creo que se viene un freno obligado en el consumo, porque la realidad es que no hay poder adquisitivo que pueda soportar estos enormes aumentos que hemos tenido. Estamos viendo a ver qué pasa, pero por ahora el panorama es complicado. Y es importante que no haya abusos de parte de los formadores de precios”.
Kobrinsky se refirió además a las subas de los combustibles, que impactan en los fletes y por ende, en el valor de la mercadería de venta al público y precisó: “Todo repercute, y además la logística se compone del combustible, pero también de mantenimiento del vehículo, del chofer que lo maneja. Entonces, no es solamente la suba del gasoil lo que incide en los precios”.
Por otro lado, anheló que las subas de precios se estabilicen: “Los cambios de precios de los mayoristas estuvieron viniendo con bastante frecuencia, pero creo que ahora se va a estabilizar y estimo que los incrementos se van a aplicar una vez por mes”.
Por su parte, Mario Sarli, integrante del Centro de Almaceneros de Paraná y propietario de una despensa en la zona sur de la ciudad, sostuvo: “Es grave la situación. Llegaron listas de precios nuevos esta semana. Aumentaron las cervezas y gaseosas de primeras marcas más de un 10%. Y después la mercadería en general sigue subiendo. Y eso se suma a todos los incrementos que hubo en diciembre. Las ventas están estancadas, hablo con los colegas y nadie vende nada, pero aún así no paran de subir las cosas”.
En este orden, Sarli contó que una primera marca de lácteos remarcó ayer sus precios un 12% pese a registrar una marcada caída en la demanda. “Un yogur frutado de 190 gramos de esa marca está casi 2.000 pesos, y es muy difícil venderlo a ese precio”, afirmó.
También comentó que se agudizó la merma en las ventas en lo que va de esta semana y comparó: “Históricamente, diciembre, enero y febrero eran los meses con índices más altos de venta que uno tenía, porque así como había mucha gente que se iba, había gente que venía y compartían cosas. Ahora eso no pasa porque no se ven tantas reuniones como había antes, que se juntaba la familia y demás. Todo está caro, un billete de 1.000 pesos ya no alcanza para nada, y aunque baje alguna cosa, tampoco hay consumo. Por ejemplo, pasa con la carne, que está casi a un 30% menos y ni aunque haya bajado se vende; el kilo de asado hoy está 6.300, el de pulpa a 6.500, o sea que han bajado más de 2.000 pesos los cortes. Bajó el cerdo también, lo único que no bajó fue el pollo”.
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El integrante del Centro de Almaceneros refirió que en otro tipo de productos también se notan fuertes subas: “Los desodorantes de ambiente, los repelentes y muchas cosas de limpieza y perfumería han subido en un alto porcentaje. Es increíble que algo que antes se vendía a 700 pesos hoy cueste 3.500. Se espera que siga aumentando todo”, lamentó.
Hugo Steiner, propietario de un autoservicio de calle Selva de Montiel en la capital entrerriana, coincidió: “Ha aumentado todo. Lo único que más o menos se ha mantenido hasta ahora es la yerba, o el azúcar, pero ya venían con subas el año pasado. En lo demás, es una barbaridad cómo se han incrementado los precios de las cosas”.
Ante esta incertidumbre, el comerciante concluyó: “La gente compra menos, lleva menos de lo justo. Acá en este negocio hace muchos años que estamos, y realmente una situación como esta no la he vivido anteriormente, ni en el 2001, que también estuvo muy delicado todo. He sido presidente del Centro de Almaceneros, y puedo asegurar que esto que pasa ahora no ha igualado a nada. Es realmente alarmante”.