En Argentina, sólo el 58,4% de las viviendas utilizan principalmente gas de red o electricidad para cocinar. Esto significa que el resto (41,6%) utiliza gas en garrafa, que es más caro y se suele terminar en el momento menos indicado, o bien todavía cocina a leña, como en el siglo XIX. Por otro lado, el 62,2% de las casas tiene desagüe del inodoro del baño a la red pública, es decir, cloaca. El resto (37,8%) tiene pozo o vuelca los fluidos directamente a algún arroyo o algún otro lugar del espacio público. El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) publicó esta semana estos indicadores obtenidos del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2022 (Censo 2022). Se trata de las “condiciones habitacionales de las viviendas particulares ocupadas” en todo el país. El informe permite conocer cómo viven los argentinos y las argentinas y cuáles son los servicios con que cuentan y con los que no. En ese sentido, queda claro que las cloacas y el gas de red son los que menos expandidos están. Además, hay datos sobre el material de los pisos, la utilización de agua de red pública, el acceso a las tecnologías de la información y la comunicación y si quienes residen en los inmuebles censados son o no propietarios.
Censo 2022: una fotografía de la desigualdad
Por Alfredo Hoffman
Dice el Indec en la introducción del informe que habitar una casa adecuada es un derecho humano reconocido internacionalmente por las Naciones Unidas. “El acceso a una vivienda digna es el punto de partida para el desarrollo de las personas”, asegura. Los números divulgados comprueban que tal desarrollo está garantizado para quienes viven en los barrios porteños más exclusivos y son un sueño imposible para buena parte de la gente, como quienes viven en los departamentos de Islas del Ibicuy y Feliciano, en Entre Ríos.
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Los siguientes son algunos ejemplos de la desigualdad que existe entre la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el resto del país. Mientras en CABA el 99,2% de las viviendas tiene cloacas, ninguna provincia supera el 90% excepto Tierra del Fuego (91,6%). En Entre Ríos cuenta con el servicio el 80,4%. En el otro extremo están Chaco con 34,3%, Santiago del Estero con 28,7% y Misiones con 26,6%. Gas de red o electricidad para cocinar hay en CABA en un 94% y Santa Cruz en un 95,6%. Pero hay provincias que prácticamente no tienen, como Formosa (3%), Corrientes (4,5%), Chaco (4,6%) y Misiones (5,4%). Aunque no en tales niveles extremos, Entre Ríos tiene un nivel bajo: 33,2%.
Buenos Aires tiene los niveles más altos en casi todos los rubros: Pisos con revestimiento (97,6%), Agua por cañería dentro de la vivienda (98,7%), Agua para beber y cocinar por red pública (98,2%), Dos o más baños (36,7%), Baño con inodoro con arrastre de agua (98,6%), Internet (90,6) y Computadora, tablet, etc (81,3%).
Los datos del Censo 2022 también permiten conocer las condiciones de las viviendas en cada departamento de Entre Ríos. Dos de ellos presentan en general los peores indicadores: Feliciano e Islas del Ibicuy. En efecto, en Feliciano solamente el 69,7% tiene pisos con revestimiento y en Islas el gas de red o electricidad para cocinar es insignificante: 2,5%, por mencionar solamente algunos números.
Esta fotografía de la desigualdad adquiere niveles de obscenidad cuando se compara, por ejemplo, los sectores más privilegiados de Buenos Aires con esos dos departamentos entrerrianos. En la Comuna 13 –Núñez, Belgrano y Colegiales– tienen piso el 98,8% de las viviendas; en Islas el 82,5% y en Feliciano –como se mencionó– el 69,7%. Agua para beber y cocinar por red pública tiene el 99%, contra el 68,4% en Islas. Baño o letrina, 99,6% contra 87% en Feliciano. Dos o más baños, 47,7% contra 14% en Feliciano. Cloacas, 99,7% contra 39,2% en Islas. Gas de red o electricidad para cocinar, 99,3% contra 7,6% en Feliciano y –como ya se dijo– 2,5% en Islas. En definitiva, nada que ya no se conozca o al menos se intuya, aunque el informe del Indec en base al Censo viene a darle carácter de verdad científica a este problema estructural argentino.