Patronato le permitió a Faustino Dettler cumplir uno de sus grandes sueños: debutar en Primera División. El sueño se transformó en realidad el 30 de marzo de 2019. Saltó desde el banco de suplentes al campo de juego en reemplazo de Jacobo Mansilla en la visita del Santo a Godoy Cruz de Mendoza. Al minuto tuvo su bautismo en la red al anotar el empate parcial. El pibe que comenzó a dar sus primeros pasos en el Rojinegro a los 5 años proyectó despedirse de la entidad dentro de la cancha. Sin embargo su salida se produjo a raíz de la falta de oportunidades. El mediocampista ofensivo entendió que buscar nuevo destino era lo mejor para su carrera.
Faustino Dettler cerró un ciclo para alcanzar una meta
Por Matías Larraule
“Estuve desde los 5 años en Patronato. Fue un proceso de toda mi vida en el club y fue muy lindo. Me quería ir jugando, explotando y dándole más alegría a los hinchas. Lamentablemente el último tiempo no tuve oportunidades. Siempre busqué lo mejor para mi carrera y para el club. Estar en Patronato y no jugar no servía a nadie. Buscamos una solución. No sé si volveré en algún momento, pero siempre estará la muestra de agradecimiento con el club que me dio la oportunidad dar mis primeros pasos en el fútbol”, relató Dettler en diálogo con Ovación.
Faustino cerró una puerta para iniciar un nuevo ciclo en su carrera. A inicios de 2022 acordó su incorporación en el OF Ierapetra, equipo que compite en la Super League 2 de Grecia, y donde comparte plantel con 13 compatriotas más.
—¿Cómo es vivir en Ierapetra?
—Es un pueblito, hacés cinco cuadras para un lado y ya te estás yendo de la ciudad. Es muy chiquita y nos manejamos tranquilamente caminando.
—¿Esa característica ayudó a la adaptación?
—Cuando llegué el equipo estaba en Atenas, que es una ciudad imponente. Al principio me dio un poco de miedo. Después al llegar a Ierapetra se me hizo más fácil para poder manejarme con tranquilidad y en soledad. Hoy si quiero ir al súper, voy, puedo ir caminando a entrenar. Los primeros días estuvieron buenos estar en una ciudad chica. Ahora cuando viajamos a jugar a Atenas es otra cosa y da gusto. Aprovechamos esos días de concentración para recorrer y conocer.
—¿Cómo te manejás con el idioma?
—El griego es muy difícil. Aprendí las palabras básicas como “buen día, hola”, pero nada más. Se maneja mucho el inglés. Es como su segunda lengua. Tengo una base mínima de inglés. Estoy tratando de perfeccionarlo para desenvolverme mejor. De todos modos al ser un equipo con muchos argentinos estamos constantemente juntos.
—¿Hay una delegación nacional importante?
—Somos 14 argentinos. A veces hay siete, ocho entre los titulares. Es como estar en la cancha en Argentina.
—La viveza criolla no falta...
—El kirikocho está presente. Insultamos al árbitro y no nos entiende. Hay muchas cosas que podemos hacer que si la hiciéramos en Argentina se arma una pelea. En cambio acá no pasa nada porque no nos entienden.
—¿Cómo te está yendo desde lo deportivo?
—Muy bien. Me costó el primer mes la adaptación. Cuando llegué el equipo estaba en plena competencia y yo venía de realizar una semana de pretemporada en Patronato. Me costó agarrar ritmo unas semanas, pero me fui poniendo bien y los últimos cinco partidos los jugué de titular. Ya hice un gol.
—¿Cambió muy rápido tu escenario?
—Vine a eso. En diciembre buscaba irme de Patronato para sumar minutos y jugar. Surgió esta posibilidad, que era un lindo desafío. Por suerte me estoy sintiendo muy bien. Estoy jugando en una posición nueva, de lateral. Me estoy sintiendo bien. Siempre fui ofensivo. Acá me putean un poco porque voy mucho para adelante.
—¿Te dan libertad o te recalcan que lo primero es la marca?
—Al técnico le gusta que los laterales se proyecten. Obviamente lo primero es la marca, pero siempre y cuando pueda, subo. Me proyecto, que es lo que más me gusta y en lo que más puedo sacar una diferencia.
¿Cambiaste el chip o fue más las ganas por jugar lo que te llevó a realizar el esfuerzo?
—Cuando llegué a Grecia me dijeron sobre la chance de jugar de lateral sabiendo, que no era mi puesto natural. Cuando tenés ganas de jugar hacés lo que sea necesario. Además es una posición donde muchos volantes pasaron a jugar de lateral y lo pueden hacer sin problemas. La marca fue algo que me dio intriga, pero no he pasado muchos sobresaltos.
—¿Qué objetivos se planteó el equipo?
—Es un proyecto a largo plazo y este torneo la idea es mantener la categoría. Estamos bien encaminados. En los próximos torneos comenzaremos a pensar en pelear los puestos de arriba
—¿Y la meta personal?
—Seguir sumando minutos y crecer. Jugar en Europa era un sueño, pero uno siempre quiere más. Sé que estoy para dar un paso y espero dar más pasos hacia adelante. Mi idea es seguir jugando en Europa, en el país donde se dé la oportunidad.