Al ritmo de Ángel Correa, el Atlético de Madrid se impuso ante Girona por 2-1, por la fecha 8 de La Liga, y sumó así tres puntos que lo devolvieron transitoriamente a los puestos de clasificación a la Champions League.
Doblete de Correa para la victoria del Atlético de Madrid
Entre Ángel Correa -el doble goleador de la victoria-, Antoine Griezmann -el asistidor del primer tanto en el minuto 4-, el grosero error de Juan Carlos, el arquero del Girona que regaló el 2-0, y dos grandes atajadas de Jan Oblak escondieron detrás de un triunfo gris (2-1) todos los problemas y las preocupaciones que desprende el Colchonero, un ganador cuyo rendimiento sigue bajo una duda nítida, atemorizado hasta el final por el 2-1 de Riquelme y en una crisis evidente de juego, cuando asoman desafíos definitivos e inmediatos para su futuro.
La diferencia fue una individualidad de Griezmann. En el minuto 5, entre la soledad, el tiempo y el espacio que le concedió el repliegue del Girona, el francés levantó la cabeza en un esquina del área, divisó a Correa al otro lado, la pisó para pararla y tomar impulso y la puso en el sitio justo en el momento exacto para el remate del atacante de la Selección Argentina, mucho más astuto que su marcador (1-0).
En el inicio del segundo tiempo, el arquero del Girona le regaló el segundo al Atlético. Aleix García dio la pelota hacia atrás, sin ninguna aparente amenaza para Juan Carlos, quien la transformó en una ocasión del Colchonero porque simplemente intentó salir jugando. Su pase lo interceptó Correa. No es casualidad. No hay nadie con más fe en ese tipo de acciones que el delantero argentino. El regalo lo transformó en el 2-0.
Ya sí se sintió ganador el Atlético, hasta que un chico de la casa cedido en el Girona, Rodrigo Riquelme, que pensó que se iba a la ducha instantes antes por un error en el dorsal del que se anunció el cambio, soltó un derechazo que rebotó en Giménez y que terminó en gol. No lo celebró.
La amenaza siguió latente hasta el final para el Atlético, que ganó con el susto en el cuerpo, con el trallazo de Aleix García que Oblak tocó lo justo contra el palo para sostener a un equipo que se tambalea (luego exigió otra magnífica intervención de Oblak en el minuto 84).
El próximo miércoles aguarda el Brujas. Si hay o no vida en la Champions League depende en buena parte -no en toda- de si es capaz de vencer al conjunto belga. También dictará si hay o no 'caso Joao Félix', de nuevo suplente, por tercer encuentro consecutivo, cuando más lo debería necesitar el equipo rojiblanco.