Los gritos de las mujeres en la puerta del Poder Judicial, en el centro cívico de Paraná, fueron desgarradores. Exclamaron "justicia por Fernando" y la emoción por recordar a sus hijos que también fueron víctimas de la violencia, que se vive en las ciudades argentinas, las llevó hasta las lágrimas. Entre ellas, una ciudadana se sumó porque tiene dos hijos adolescentes y la muerte del joven en Villa Gesell la llevó a protestar, como nunca antes, en la puerta de Tribunales.
Desgarrador pedido de justicia por Fernando en Paraná
Prendieron velas en las escaleras y pegaron afiches con la cara de Fernando porque comparten el dolor de la madre, que miró en los videos como una patota de rugbiers asesinó a su hijo. Entre los gritos, se filtró un pedido de justicia por el Fiscal Nisman y una propuesta para que los 18 de cada mes se reúnan en la puerta de Tribunales frente a la Casa de Gobierno.
Las madres que reclaman celeridad en las causas en donde juzgan a los asesinos de sus hijos se quedaran hasta el final charlando en pequeños grupos. De alguna manera se sintieron acompañadas aunque remarcaban, por lo bajo, que imaginaron una convocatoria mucho mayor.
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Multitudinaria movilización frente a la Plaza del Congreso
Apenas algunos minutos antes de las 18, hora en que se convocó a la marcha, miles de personas ya rodeaban el escenario montado en la Plaza del Congreso. De frente al escenario, costaba mirar hacia adelante. El sol picaba fuerte en los rostros de quienes llegaban a la plaza. A diferencia de la marcha del silencio, que se realizó de manera espontánea en la puerta de la casa del joven de 18 años, esta vez no hubo improvisaciones. Incluso se montó una pantalla, donde se proyectaron tres videos y se colgó una bandera que en letras negras dice: “Justicia”.
La foto con el rostro de Fernando Báez Sosa se multiplicó por las calles y en los allí presentes. También había remeras y banderas que hacían referencia a él. “Dios te tiene en el cielo, nosotros en nuestro corazón”, decía una con letras celestes que cuelga del escenario. “Perpetua para los rugbiers”, exigía otra.
Hacia atrás, a unos metros del escenario, había un espacio vallado para las cámaras de televisión y los padres de los compañeros de colegio de Fernando. La mayoría llevaba puesto un prendedor con la cara del joven. Algunos se abrazaban, conversaban bajito.
Al Congreso llegaron personas de diversos lugares unidos por el dolor de haber perdido un ser querido. Ellos también pidieron justicia, “por Daniel, por Gaby, por Emanuel...”.
Antes del acto, Julieta, la novia de Fernando, habló brevemente con la prensa y agradeció el apoyo y el afecto que recibió. “Necesitamos gente que pida justicia porque si nadie hace nada todo sigue igual”, reflexionó la joven.