Desde que se declaró la pandemia por el coronavirus y en Argentina se comenzaron tomar las primeras medidas de prevención, las academias, institutos y escuelas de danzas debieron cerrar sus puertas una semana antes de que se decretara a nivel nacional el aislamiento social y obligatorio.
Academias de danzas apuestan a las clases virtuales para subsistir
Si bien procuraron adaptarse a la opción de dictar clases virtuales, el número de alumnos cayó drásticamente. “En este momento estamos trabajando vía online y la cantidad de alumnas que teníamos se redujo un montón, alrededor de un 50%. Somos una academia barrial y tenemos que ajustarnos a los pedidos de los papás, y con el tema de que a muchos se les ha reducido el trabajo o directamente se quedaron sin empleo, también bajamos un poco la cuota”, contó a UNO Laura, una de las titulares de una academia de danza clásica que funciona en calle Hernandarias en Paraná, con una sede en el Centro Cultural de Colonia Avellaneda.
A su vez, manifestó: “Tenemos muchos gastos fijos, además del alquiler, la luz y otros impuestos. Los únicos costos que pudimos reducir es el seguro médico, porque al no venir las nenas no se abona, y sacamos el dispenser de agua para ahorrar en eso”.
“Con las clases virtuales pagamos el alquiler y repartimos el resto entre las dos profesoras que somos. Está todo realmente muy duro, es mucho el gasto que tenemos”, aseguró, y contó que con muchas de sus pares están conectadas a través de las redes sociales, impulsando el Movimiento Paranaense de Danzas, pero hasta ahora no han logrado ningún tipo de ayuda que les dé un alivio económico en esta difícil situación: “Lo que se hizo fue una colecta de alimentos para quienes están en una situación más vulnerable”, indicó.
Marianela González, directora de Sumar Laboratorio de Danza, situado en calle Gualeguaychú, señaló que también tuvieron que adaptarse a las clases virtuales en muy poco tiempo. “Desde lo personal, me vengo actualizando bastante y, si bien no es un modo que me guste porque la virtualidad es complicada para la danza ya que necesitás ver al alumno para corregirlo, me quedé toda la noche sin dormir probando las distintas plataformas cuando anunciaron que se suspendían las clases en las escuelas”, dijo, y refirió: “Los docentes me dieron una mano para decidir entre las opciones que había y estamos trabajando con una plataforma privada, para que no se vea a los niños y garantizar un montón de situaciones”.
Marianela coincidió en que no han tenido ningún tipo de ayuda estatal para paliar la situación tan compleja que atraviesan. “Somos un estudio grande, teníamos 350 alumnos en danza jazz contemporánea, hip hop y muchos otros ritmos, y con las clases virtuales menos de la mitad siguió. Las clases son en vivo o grabadas y quedan disponibles para hacerlas en otro horario, pero hay personas a las que no les gusta la virtualidad, la conectividad a Internet por ahí es complicada, y el número de alumnos va bajando. Ahora tenemos menos de la mitad”, sostuvo.
A la vez, confió que decidieron reducir los valores de las cuotas mensuales y manifestó: “Nos queríamos solidarizar con la situación de muchas familias que están en la misma que nosotros y no puede trabajar”.
Asimismo, explicó: “No tenemos exención de ninguna tasa, ningún reconocimiento de algún tipo. Este mes no sé si llego a pagar el alquiler y a abonar el aguinaldo. Llevamos alrededor de 120 días sin poder abrir. Hay quienes tienen otro trabajo y otros no; en mi caso, me dedico exclusivamente a esto y el problema es cómo subsistimos estos meses, porque el alumnado deja. Y en Paraná siempre hubo un agujero en la cultura y somos un sector olvidado”.
Patricia Beccaria acompaña a su hija Virginia en el trabajo que realiza en su academia de danzas árabes y también contó que con las academias cerradas se siguió con clases online, pero solo con las alumnas que estaban dispuestas a esta modalidad. “Es muy difícil corregir posturas de columna, de pies, que es muy importante eso en la danza, y vía online se complica. Pero es la única forma que han tenido hasta ahora las academias de seguir para poder pagar aunque sea el alquiler, porque sino la otra es cerrar. Las chicas de las demás escuelas estuvieron hablando y están en la misma situación”, indicó.
Natividad Aldana es profesora de folclore en San Benito y está cargo del grupo Presagios de mi Tierra. En su caso prefirió interrumpir las clases de su academia en el mismo momento en que se suspendieron las clases en las escuelas, el 16 de marzo. Si bien sigue teniendo comunicación vía Zoom para no cortar el vínculo con sus alumnos, lo hace de modo no remunerado. “En mi caso también soy docente en una escuela y tengo otro ingreso, pero estando dentro del movimiento de danzas sé que en Paraná particularmente hay muchos compañeros que realmente están pasando momentos complicados”, remarcó.
Natividad expresó que dentro en Entre Ríos hay muchas instituciones que viven de esta actividad, y sus referentes tienen sus escuelas o academias cerradas desde marzo. A pesar de que algunas intentaron tramitar algún subsidio, no han podido acceder a ninguna ayuda. “Es una situación difícil porque esos espacios siguen abonando alquileres, impuestos y demás, y no están generando ingresos para poder cubrirlos”, expresó.
Por su parte, Claudia García, bailarina, profesora de folclore y comunicadora provisoria del Movimiento Federal de Danza por Entre Ríos, explicó que además de seguir luchando por una ley para el sector, en este contexto se reconfiguraron las acciones “para ayudar de diferentes manera a los colegas que vienen sin laburar hace un montón de tiempo”, y comentó: “Logramos que nos sienten en la mesa de diálogo de Cultura de la Provincia y que habiliten las academias para que puedan trabajar quienes están vinculados con salas de ensayo, institutos y demás. Pero esta habilitación queda determinada por la circulación del virus que hay en cada localidad, y con el aumento de casos en Paraná y otras ciudades, muchas no todos pudieron abrir”.
No obstante, destacó que hasta ayer eran varias las ciudades que pudieron volver a trabajar de manera presencial, con un protocolo que el movimiento presentó al Ministerio de Salud y fue aprobado. Entre estas localidades se cuentan Viale, Gualeguychú, Nogoyá, Cerrito, La Paz, Santa Elena, Villa Elisa, Concepción del Uruguay, Victoria, y se había habilitado Crespo pero se está evaluando qué hacer, tras la aparición del primer caso de Covid-19. “Se está peleando por poder volver a abrir en todas las ciudades, ya que el espacio virtual de las clases puede ser una herramienta para algunos casos, pero no algo normal, porque se necesita corregir posturas, hay un gran trabajo con el cuerpo que no se puede hacer de otra manera que no sea presencial: no se puede enseñar a bailar litoral, chamarrita, chamamé o tango de a uno. Se pueden dar técnicas, pero no enseñar a bailar”.
En base a los datos que van recabando en la provincia, Claudia alertó que en algunas academias de danza que tenían 100 alumnos, siguieron solo 15, y aseguró que en la actualidad “el 35% de las escuelas se fundió y directamente cerró”.
Por último, refirió: “Lo que se está haciendo en cada una de las localidades es cruzar datos para pedir ayuda alimentaria para los profesores que estaban en extrema vulnerabilidad. Se logró solo eso, pero ninguna ayuda monetaria para el sector”.