Antonella Gieco es docente-investigadora de la Facultad de Ingeniería Química (FIQ) de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y hace pocos días recibió el Premio Aranda Ordaza 2019 a la mejor tesis de estadística de Latinoamérica. El tema de su tesis de doctorado en Matemática fue “Dimensión Efectiva en Escenarios de Alta Dimensionalidad”; fue dirigida por la doctora Liliana Forzani y codirigida por el doctor Carlos Tolmasky.
Antonella Gieco y su premiado razonamiento
Esta distinción es otorgada por la Sociedad Latinoamericana de Probabilidad y Estadística Matemática (SLAPEM) y patrocinada por la Sociedad Bernoulli. En esta oportunidad se presentaron 20 tesis en estadística y 6 tesis en probabilidad. El comité, coordinado por Pablo Ferrai, seleccionó dos tesis para el premio en estadística. Una de ellas fue la de Antonella. En diálogo con UNO contó porqué se inclinó por esta ciencia que aunque no parezca está en cada detalle de la vida cotidiana.
—Sos oriunda de Viale y estudiaste en Santa Fe. ¿Cómo fue el proceso de definición de la carrera? ¿Siempre te gustaron las matemáticas o se fue dando?
—En realidad, cuando terminé la secundaria comencé a estudiar abogacía. Hice un año y medio. Me iba bien, pero fue durante el segundo cuatrimestre del 2° año -cursando la materia “Economía Política”-, cuando el profesor dibujaba en el pizarrón funciones de oferta y demanda, cuando me empecé a dar cuenta que me gustaban más ese tipo de cosas, con más papel y lápiz que textos para leer! Fue así como al año siguiente decidí empezar a estudiar el Profesorado en Matemática, de la Universidad Autónoma de Entre Ríos. Y así empezó mi carrera dentro de la matemática. Me recibí de profesora en 2005 y tuve la suerte de empezar a trabajar enseguida en una materia del profesorado (Matemática Discreta). Y digo tuve la suerte, porque fue gracias a los profesores de esa materia (Juan Carlos Canavelli, Stella Vaira y Liliana Taborda), quienes me incentivaron a hacerlo, que decidí continuar mis estudios en Santa Fe. Primero fueron 4 años de la Licenciatura en Matemática Aplicada, y luego siguieron los 5 años del doctorado en Matemática.
—¿Cómo fue esa época de estudiante?
—Cuando empecé con la licenciatura (2010) pude entrar a trabajar en la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional del Litoral, así que me mudé a Santa Fe, pues tenía allí tanto el trabajo como el estudio. Al principio no fue fácil, pues entre las horas de docencia y las de cursado tenía todo el día, todos los días súper ocupados. Pero a medida que fue pasando el tiempo me fui acostumbrando. Y la verdad es que me gustaba mucho lo que estudiaba, con lo cual todo esfuerzo valía realmente la pena.
—¿Te costó o te adaptaste rápido?
—Dado que mi comienzo dentro de la matemática no fue apenas salí del secundario, ya tenía una visión más clara de lo que quería y lo que me gustaba. Por eso no me costó adaptarme. Además, algo que valoro siempre de la licenciatura, es la calidad humana (además de la profesional, que por supuesto también es excelente) de todos sus docentes. La verdad es que la relación docente-alumno, seguramente favorecida por el hecho de que en general en las materias hay pocos alumnos, llega a ser tan personalizada que uno se siente muy bien.
—Adrián Paenza en su libro "Matemáticas estás ahí" se pregunta ¿por qué la matemática, algo tan divertido, tiene tan mala prensa? ¿Cuál es tu visión?
—Lo que la gente llama “matemática” es lo que se enseña en la escuela, y poca gente tiene una idea más completa de lo que es la matemática y de qué hace un matemático, que en general tiene poco que ver con lo que se enseña en la escuela. De hecho, mi incentivo inicial para seguir estudiando y con la investigación es que me gustaban las matemáticas y no eso que podía enseñar en el secundario.
—La matemática es más que nada estadísticas, ¿dónde ves la matemática en tu vida?
—La matemática está más cerca de nosotros de lo que nos damos cuenta. No solo en la verdulería o el supermercado. Cada vez que hacemos una búsqueda o una compra en internet, que aceptamos una sugerencia de Netflix o de Spotify o alguna plataforma similar, estamos usando tecnologías que se originan en conceptos matemáticos.
—En 2014 fuiste distinguida por ser mejor promedio en la UNL con 9.78. ¿Buscás siempre ser la mejor?
—No es algo que busque ni desee. Creo que soy exigente conmigo misma y me esfuerzo siempre por dar lo mejor que puedo en lo que hago.
—Pasaron 5 años y fuiste nuevamente reconocida. ¿Qué significó la distinción? ¿Te la esperabas?
—Creo fundamentalmente que haber recibido esta distinción es en estímulo para el trabajo que venimos realizando. Cuando uno se encuentra en el proceso de elaboración de la tesis es común pasar por momentos difíciles, de mucho estrés, de frustración que a veces te hacen reevaluar la decisión de continuar con la carrera científica. Estos premios son un estímulo para seguir intentándolo.
—Tu tesis fue en el marco de un doctorado ¿cuál es tu objetivo en la profesión? Sos docente, investigadora. ¿Qué falta?
—En realidad, actualmente además de docente, soy becaria posdoctoral de Conicet y espero, a continuación, poder continuar con la carrera de investigador.
—¿Cuánto tiempo le dedicás a la investigación?
—Al ser beneficiaria de una beca posdoctoral (como también lo fui durante el doctorado), puedo dedicarme full time a la investigación. Complemento con unas pocas horas de docencia para mantener el contacto con las aulas pues es algo que me gusta mucho también.
—¿Qué rol ocupan los docentes que te dirigieron en tus trabajos?
—El rol de los directores fue fundamental, ellos fueron los que me guiaron en el trabajo y me acompañaron durante todo el proceso. Cada vez que surgía alguna duda o me trababa en lo que hasta haciendo, charlarlo y discutirlo con ellos, era una manera de encontrar la solución y así poder seguir avanzando.
—¿Cómo incentivarías a un estudiante a seguir una carrera relacionada con la matemática? ¿Qué le dirías para captar su atención?
—Sinceramente no lo sé. A lo mejor la respuesta rápida y fácil que se escucha comúnmente es que se deben presentar los conceptos a partir de problemas o situaciones cercanas al alumno y que despierten así su interés. ¡Hay tantos ejemplos de la vida diaria que unos puede abordar desde la matemática! Pero debemos ser conscientes que hay un programa que cumplir en un tiempo limitado. Además, me parece igualmente importante desarrollar la capacidad de abstracción, y la matemática es fundamental para ello. Por otro lado, para tener un alumno motivado necesitamos primero tener un docente motivado. Y la verdad es que la profesión docente está actualmente muy desvalorizada, muy menospreciada.
Para entender
En aplicaciones que involucran datos en alta dimensión, frecuentemente unas pocas variables contienen la mayor parte de la información relevante. Resulta así de gran importancia identificar cuál es la dimensión adecuada para considerar en el análisis. En escenarios de alta dimensión, sin embargo, los estadísticos usuales ya no pueden aplicarse y la teoría estadística tradicional no resulta adecuada ni tampoco fácil de adaptar. El trabajo de la docente-investigadora de FIQ se inscribe en esta problemática: “Creo fundamentalmente que el tema al que refiere esta tesis es de relevancia actual en la era del big data. Además, el enfoque utilizado integra elementos clásicos de la estadística matemática vistos desde un punto de vista novedoso con ideas matemáticas más recientes como las correspondientes a la teoría de matrices aleatorias”, explicó Antonella en el sitio de la facultad.
AntoxAnto
Antonella tiene 37 años, está casada, tiene una hija de 19 meses y otra en camino.
—¿Cómo es un día tuyo?
—Uno haciendo investigación tiene que aprender a convivir con las frustraciones porque no todos los días se obtienen buenos resultados. Es un ejercicio de perseverancia y paciencia. Los resultados nunca se obtienen en forma inmediata, sino que son el fruto de mucho trabajo.