Por quinta vez consecutiva la ciudad de Paraná volvió a movilizarse para que cesen los femicidios, la forma más atroz en que se expresa la violencia contra las mujeres. Esa fue la principal consigna, entre muchas, que se visibilizaron en el marco del Ni Una Menos que se repitió en cientos de las principales plazas del país. La manifestación volvió a estar atravesada por la exigencia para que se sancione la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (ILE), ya que no solo se observaron los clásicos pañuelos verdes, sino que la demanda se reivindicó en la cabeza de la marcha: “Ni una menos por aborto inseguro. La deuda es con nosotras”.
Ni una Menos: Paraná marchó para que cesen los femicidios y la violencia machista
Como ocurrió en anteriores ediciones, la convocatoria estuvo a cargo de la Asamblea Participativa de Mujeres, Lesbianas, Travestis y Trans de Paraná junto a organizaciones sociales, políticas, sindicales y estudiantiles.
La marea feminista integró a los colectivos disidentes para poner en foco la situación de vulnerabilidad de los travestis y la falta de avance en materia de políticas públicas para el sector. En ese marco se recordó el travesticidio social de Jésica Benavides.
En el recorrido hacia Casa de Gobierno se cuestionó el rol del Poder Judicial, la Iglesia y los gobiernos provinciales, nacionales y municipales. Si bien el Ni Una Menos es considerado el comienzo de una transformación cultural en la sociedad, las mujeres lamentaron que el índice de muertes producto de la violencia machista siga en ascenso.
“En los últimos cuatro años se registraron 1.193 femicidios y en el primer cuatrimestre de este año esa cifra aumentó a uno cada 24 horas, de acuerdo con datos presentados en el Congreso Nacional por el Observatorio de Violencias de Género “Ahora sí que nos ven”. En 2019 hubo 133 asesinatos de mujeres y 30 travesticidios en Argentina”, se reflejó en el documento consensuado.
Además se escucharon severas críticas al poder político por el limitado presupuesto que se destina a la erradicación y prevención de la violencia de género en el país. En esa línea se repudió el alto nivel de endeudamiento que agrava la precariedad del colectivo.
“No habrá ni una menos con jueces y fiscales sin perspectiva de género, que además dilatan el tratamiento y las respuestas en cada caso denunciado de violencia patriarcal y machista”, se alertó en el escrito.
En esta ocasión la movilización se reunió en círculo alrededor de la explanada de Casa de Gobierno, donde confluyeron todas las columnas que marcharon desde la Plaza 1° de Mayo. “No habrá ni una menos si la Policía sigue desestimando las denuncias de cientos de mujeres, lesbianas, travestis y trans y no respeta los protocolos de actuación frente a un caso de violencia de género o frente a la desaparición de las mujeres”, denunciaron.
A medida que se iba apagando el día se continuó con la lectura de la declaración, en la voz de militantes de todas las edades. “No habrá ni una menos sin políticas integrales que contengan a las víctimas de violencia y les permitan seguir con sus vidas y tener un proyecto vital con acceso al trabajo, a la capacitación, a la salud y a la vivienda. No habrá ni una menos mientras se sigan negando las licencias por violencia de género”, enfatizaron.
En otro pasaje del acto se responsabilizó al Estado municipal por falta de presupuesto para políticas de género: “No habrá ni una menos sin que el presupuesto municipal para políticas de género dé cuenta de las necesidades de las mujeres paranaenses y si las trabajadoras del Estado provincial y municipal que atienden las situaciones de violencia de género siguen precarizadas, sin reconocimiento de su trabajo y sus derechos laborales. No pagar en tiempo y forma y otorgar contratos basura es violencia laboral, económica, institucional, simbólica y de género”.
Otro de los reclamos estuvo dirigido al incumplimiento de la ley de Educación Sexual Integral (ESI) con perspectiva de género y disidente. En otro de los puntos se exigió por la ley de Parto Respetado, así como también que se ejecuten las pensiones por discapacidad y que cese la violencia que padecen las personas con diversidad funcional por partes de las instituciones y de las familias.
“No habrá ni una menos si la pobreza está feminizada. La brecha salarial en Argentina es del 27% pero se ensancha al 35% en los trabajos más precarios. La flexibilización laboral condena nuestras vidas, porque se ven recortados nuestros derechos como los de tener licencia por maternidad o tener una jubilación digna”, expresaron.
La actividad se cerró con el tradicional grito que retumbó fuerte en la plaza Mansilla: “Vivas y libres nos queremos”.