Arrancó la campaña “todos somos millonarios” que intentará conquistar el apoyo de esa clase media que se deja llevar de las narices por las grandes corporaciones periodísticas, que ahora se oponen al proyecto de Ley de Aporte Extraordinario que impacta por única vez en las cuentas bancarias de los supermillonarios argentinos. Si bien el tema de la Reforma Judicial lo eclipsa, en los últimos días varios medios de comunicación comenzaron a mostrar los dientes hablando de “confiscación”, “persecución” y otras yerbas que tratan de victimizar a un grupo de 12.000 personas a las cuales lamentablemente no pertenezco. Ya las redes sociales: WhatsApp, Twitter y Facebook comenzaron a cumplir su rol de indignar a la chusma que copia y reenvía sin chistar o postea lo que leyó sin ni siquiera sospechar si es verdad.
"Todos somos millonarios"
Por Marcelo Medina
El proyecto de ley dice que deberán pagar este “aporte” único quienes al 31 de diciembre de 2019 declararon una riqueza superior a los 200 millones de pesos. Comenzaría con una alícuota del 2% que se incrementaría a partir de que el patrimonio sea mayor, con un máximo del 3,5% que pagarían aquellos que tengan declarados 3.000 millones o más de pesos. Además lo recaudado se destinará a buenos fines: un 25% para programas de exploración, desarrollo y producción de gas natural; un 20% a comprar equipamientos de salud para atender la pandemia; un 20% a apoyar a pymes con subsidios y créditos; un 20% para financiar un relanzamiento del plan Progresar destinado a jóvenes estudiantes; y un 15% para urbanizar barrios populares (en donde trabajarán los vecinos y vecinas de cada barrio). Los opositores al proyecto, en especial personajes de Juntos por el Cambio y radicales que jamás dudaron en quitarnos algo a los trabajadores o en apoyar los aumentos de los servicios públicos, dicen que el dinero no va a llegar a destino. Bueno, es su trabajo lograr que esos fondos sean bien utilizados y si no hacer lo que mejor hacen: denunciar.
Ayer el empresario Martín Cabrales, embistió contra la idea y propuso que le bajen el sueldo a los trabajadores del Estado. Lo hizo en AM 750. “Si van a pedir un aporte a los empresarios podrían pedirles también a los estatales bajarse el sueldo”. El pedido del empresario no tiene ni siquiera sentido. Pero demuestra un poco el pensamiento de un sector del empresariado nacional. Obvio que Argentina se merece una reforma impositiva que deje de asfixiar a los que dan empleo y a los que menos tienen, pero cuidando los derechos de los que trabajamos.
La campaña para conquistar a la clase media con eslóganes fáciles y pegadizos ya largó. Personas que no llegan a fin de mes con su sueldo replican en sus redes mensajes rechazando el impuesto. Y lo peor es que no caen en la cuenta de que durante cuatro años hubo una transferencia directa de recursos desde los sectores medios hacia los más concentrados. Y también lo doloroso es que aquellos empresarios que se dicen nacionales y populares y se han enriquecidos no salen a apoyar el proyecto que no los hace perder plata, solo ganar un poquito menos.