La Sala de Procedimientos Constitucionales y Penal del Superior Tribunal de Justicia (STJ) rechazó un recurso extraordinario federal que había interpuesto la defensa de Javier Broggi, el exfuncionario condenado a 14 años de prisión efectiva por el delito de corrupción de menores agravada. Desde que se declaró su culpabilidad, Broggi se mantuvo en libertad, pero al haberse agotado la vía recursiva en la Provincia la querella solicitó mediante un escrito al máximo tribunal que cumpla la sentencia en una unidad carcelaria. De igual manera, el condenado podría recurrir en queja ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el caso de considerar de que existiera “una arbitrariedad” en la desestimación resuelta por el STJ. “Tiene que empezar a cumplir la condena, porque ya pasaron casi tres años desde que se dictó la condena”, advirtió a UNO la querellante Estela Esnaola.
El STJ rechazó un recurso de Broggi y pedirán que cumpla su condena en prisión
Gentileza. Concordia 105 Digital
La respuesta del STJ ante el planteo para que Broggi cumpla la pena tras las rejas puede llevar varios días. Otra de las posibilidades es que el expediente sea remitido al Tribunal de Juicio y Apelaciones de Gualeguaychú para que sea en esa instancia donde se ordene la detención. “No lo van a hacer en forma inmediata, por ahí se pueden tomar de una a dos semanas”, arriesgó Esnaola.
En el caso hipotético de que la Justicia disponga la detención de Broggi, por cuestiones de jurisdicción debería cumplir la condena en la unidad penal Nº 2 General Francisco Ramírez de Gualeguaychú. “También podría ser la de Potreros”, deslizó la letrada. Con la mención se refiere a la unidad penal N°9 Granja Penal El Potrero, ubicada en las afueras de la Capital nacional del carnaval.
Broggi recluido en Gualeguay
Después de haber sido declarado culpable del abuso de un número no determinado de menores, de entre 6 y 13 años, Javier Broggi se recluyó en el anonimato, y en la actualidad se habría radicado en la ciudad de Gualeguay.
“Sabemos que está en Gualeguay y nada más. En un momento supimos que había surgido un sondeo por parte de algunos vecinos de esa ciudad para saber si salía de la casa, si salía acompañado. No era un seguimiento, pero se trataba de un sondeo para ver si se relacionaba con menores de edad”, comentó Esnaola. Más allá del rechazo que genera su presencia, Broggi tiene la obligación de presentarse todas las semanas en los Tribunales locales para declarar su residencia.
La decisión del máximo tribunal se conoció el miércoles, pero recién un día después la abogada se lo comunicó a las víctimas y sus familiares. Era lógico que después de tanta espera la sensación fuera de regocijo. “Ellos estaban muy contentos, estaban muy ansiosos esperando este momento. Aunque todavía lo tenemos como la novedad, aún falta que Broggi vaya preso. Eso es lo último que falta para que puedan decir que cumplieron con haber hecho la denuncia, someterlo a proceso y que vaya detenido como se merece. Los familiares tienen un alivio enorme por el sufrimiento que le ha causado a sus hijos, a sus hermanos, es decir a todo el entorno familiar. Es lo que debía ser desde un principio, lo que sucede es que se dilata el cumplimiento de la pena. Pasó demasiado tiempo, en este tipo de delitos y de personas puede seguir cometiéndolo: porque es un delito de peligro, podría haber más víctimas de Broggi”, aseguró.
Una conducta perversa
El caso Broggi causó asombro en Urdinarrain, pero solo en aquellos desprevenidos que desconocían el modus operandi de un hombre que había logrado cierto status social en la comunidad. En la localidad se lo conocía como un vecino respetable, de una intachable conducta como funcionario en la Municipalidad y por haberse desempeñado como secretario del Colegio Nacional de Concepción del Uruguay. Los familiares de las víctimas –en el momento del hecho tenían entre 6 y 13 años– describieron claramente cómo habían convivido y compartido con Broggi desde lugares de estudio, vacaciones y hasta festejaron cumpleaños, ya que pertenecían a un grupo de amigos en común. Los primeros testimonios se conocieron en 2008, y tiempo después la Justicia lo condenó.