No se trata de una nueva problemática, sino que lleva años de arrastre. La tracción a sangre en Concordia es un motivo de queja permanente y el humor de la gente en las redes sociales se modifica cuando suceden hechos, como el accidente que tuvo un carro con jóvenes a bordo como protagonistas y que resultaron heridos. Debido a las lesiones del caballo debieron sacrificarlo.
Piden mayor rigurosidad con la tracción a sangre en Concordia
Una vez más las quejas se hacen oír con respecto a la responsabilidad de las autoridades, como también de la implementación del programa integral Tracción a Sangre (TAS) en la ciudad. Desde el municipio insisten en la implementación de la sustitución de carro y caballo, formación y capacitación de usuarios TAS, registro de adoptantes y entregas, seguimiento de animales en establecimientos rurales, entre otras.
Destacan el trabajo en conjunto entre la Unidad de Desarrollo Ambiental y Administración del Parque del Abasto (Udaapa), la Dirección de Tránsito, teléfono 105, Dirección de Seguridad Ciudadana, estacionamiento medido y Veterinaria municipal, entre otras áreas. Al momento de recibir una denuncia sobre la presencia de animales sueltos, se procede a verificar esta situación por medio de los inspectores, se retiene el caballo y se convoca al Transporte de Equinos Municipal La Arreada.
Por su parte, desde las ONG Conciencia Animal manifestaron que se deben reducir los factores de riesgo respecto de los accidentes, como el de esta semana que terminó con la vida del caballo. El proteccionista Horacio Froy indicó en LT 15 Radio del Litoral que la tracción a sangre es un factor muy alto en la accidentología cotidiana. “Hay una falta de compromiso político, falta decisión política más fuerte”, planteó.
Recordó: “El proyecto de ordenanza para erradicar los carros de la ciudad se inició en 2012, cuando recibimos la propuesta de llevar adelante un proyecto que lo considerábamos en ese momento y ahora también. Era único, para eliminar este problema. Obviamente que iba a llevar tiempo, pero si nos ponemos a mirar después de ocho años no es demasiado lo que se ha avanzado, a pesar de que se pone algún énfasis se realizan algunos actos que llevan adelante la posibilidad de terminar con esto”.
Froy indicó: “La ordenanza original jamás fue puesta en marcha, se la inició con modificaciones, que entiendo que no han favorecido. Se hizo demasiado hincapié en el reemplazo por los motocarros, lo cual no es suficiente, es apenas una muestra de lo que se puede hacer. Son demasiadas las familias que están dependiendo de si sale el carro a la calle o no. Para eso hay que ir modificando las costumbres de esas personas para ganarse el sustento diario, lo cual no es fácil, pero tampoco imposible. Hay que ir preparando a esas personas, sobre todo a los más pequeños, para que no vayan pensando que en el futuro van a estar arriba de un carro como única manera de ganarse su pan diario. Hay que tratar de ir corrigiendo actividades, ofreciéndole oficios que sean rentables rápidamente, como la Escuela de Oficios que se implementó en el Regimiento”.
Al mismo tiempo el proteccionista hizo una breve reseña sobre dos resoluciones tomadas en los últimos 20 años y reflexionó: “Cuando en 2000 propusimos la ordenanza que prohibía los circos con animales, fue el hijo de un intendente y un concejal que se pusieron de acuerdo con la comunidad para llevar adelante esto. La comunidad estuvo de acuerdo y la ordenanza se aprobó. Fue un avance. Hace un par de años, cuando se propone la ordenanza de prohibición total de pirotecnia, fueron dos concejales que se pusieron la mochila al hombro y con el apoyo de la comunidad la sacaron adelante. En el caso de los carros, la comunidad también lo quiere, no hay nadie que pueda estar en desacuerdo con que salga un carro de las calles de Concordia. Desde el municipio no se está dando la importancia al trabajo comunitario y las organizaciones civiles, que sin fines de lucro trabajan para mejorar la situación de estas personas, que están siendo marginadas por estar arriba de un carro”.
Por último manifestó que los cambios hay que ir llevándolos a cabo parcialmente hasta lograr en su conjunto el reemplazo definitivo. “Consideramos que debía haber cuatro o cinco años en que esto llegara al fin de todos. Han pasado ocho años, el tiempo está excedido en la posibilidad de haber tenido éxito”, finalizó.