Los gimnasios en la ciudad de Paraná llevan más de 100 días sin abrir sus puertas y el golpe económico es realmente altísimo. Ya son entre 12 y 15 los salones que debieron cerrar sus puertas en la capital entrerriana y hay muchos que se van a seguir derrumbando porque es imposible mantener los costos, por ejemplo de alquiler, sin trabajar. Ese es el dato, aproximado, que manejan desde la Cámara de Gimnasios, creada hace poco tiempo.
Ahora el auxilio es económico
Por Andrés Martino
En su momento, cuando la pandemia viral de Covid-19 no tenía casos confirmados en esta ciudad, los propietarios marchaban para pedir a gritos la reapertura con los protocolos que fueron entregados debidamente en tiempo y forma a las autoridades. En ese momento se logró abrir comercios, bares y restaurantes, pero los gimnasios no. ¿El motivo? Se desconoce.
No hay que ser especialista en la salud para darse cuenta que uno cuando va al gimnasio, además de sentirse pleno, trabaja todo lo relacionado con la salud y el sistema inmunológico se fortalece, lo ideal para darle batalla a un virus como este. “A nosotros nos gusta que la gente vea que somos agentes de salud, que no solo vean que el cliente viene a divertirse”, es la frase que repiten a diario cada uno de los dueños en cada protesta que han efectuado sin obtener respuesta alguna.
Quienes acuden a los gimnasios, además de estar en forma física, lo hacen para rehabilitarse por distintas dolencias, como en cadera, columna o rodillas. Atacan algún estado de depresión o problemas de obesidad o cardíacos, entre otros. Para estas labores tan importantes los propietarios de los gimnasios están en estrecho contacto con los kinesiólogos. cardiólogos y nutricionistas. Además cada centro cuenta con una decena de profesores que necesitan ganar dinero para poder afrontar la vida diaria.
Ahora, como la capital de Entre Ríos acumula 144 casos positivos de Covid 19 (hasta ayer), la protesta cambió de rumbo y le apuntan al aspecto económico fundamentalmente. Los dueños quieren la reapertura, claro está, pero no ahora y en este momento particular que atraviesa Paraná. Lo que se reclama en cada caravana o marcha es un subsidio, una ayuda económica o una exención de impuestos.
En definitiva algo que colabore con un sustento económico ya que no pueden abrir sus puertas. Piden además una Ley de Emergencia, que hasta el momento no está hecha. No es nuevo decir que muchos gimnasios tuvieron que pagar igualmente factura de la luz a pesar de no haber trabajado. Y en algunos casos no hubo medición sino solo un estimativo de consumo que fue directo al bolsillo alicaído de ese rubro.
Hoy habrá otra caravana que arranca en la Plaza de las Colectividades a las 11. De ahí suben hasta la Municipalidad y realizan un bocinazo para continuar el viaje de la protesta hasta la Casa de Gobierno y efectuar el mismo acto.
¿Los escucharán esta vez? ¿Conseguirán algún tipo de respuesta? Ojalá que sí porque la situación es angustiante y si siguen especulando cuando actúen ya será demasiado tarde para varios hombres y mujeres que viven de su trabajo.