Este viernes 5 de setiembre se conmemora el Día Internacional de la Mujer Indígena en memoria de Bartolina Sisa, luchadora por los derechos de los pueblos ancestrales, asesinada en 1782 bajo tortura.
Día de la Mujer Indígena por las Bartolinas, Gregorias y Micaelas
El 5 de Setiembre se conmemora el Día Internacional de la Mujer Indígena en memoria de Bartolina Sisa, luchadora por los derechos de los pueblos ancestrales.
Día de la Mujer Indígena por las Bartolinas, Gregorias y Micaelas.
Bartolina fue colgada un 5 de Setiembre de 1782. Las partes de su cuerpo despedazado, clavadas en picas para exhibición y miedo. El mismo día, el conquistador mató a Gregoria Apaza, su cuñada. Ambas guerreras principales en la sublevación de Tupac Katari, Julián Apaza, compañero de Bartolina y hermano de Gregoria. Poco antes había muerto también por suplicio Micaela Bastidas, la compañera de Tupac Amaru.
Tres jóvenes mujeres valientes, mártires de la revolución: Bartolina, Gregoria, Micaela; víctimas, como tantas, de las arbitrariedades coloniales, y semillas principales de la independencia que cuajó pocas décadas después.
Micaela Bastidas murió el 18 de mayo de 1781. Luego de torturarla, los verdugos advirtieron que no podían fracturarle el cuello con el torno, entonces la mataron con patadas en la panza.
Su marido, José Gabriel Condorcanqui, fue obligado a mirar la tortura de Micaela y de su hijo Hipólito. Luego fue mandado a descuartizar vivo, pero como los caballos no pudieron, alguien se apiadó y le cortó la cabeza.
La revolución continuó bajo el liderazgo de Diego Cristóbal Túpac Amaru. Luego de algunos mees de negociación, fue detenido en febrero de 1783 por presunta conspiración. Antes de ahorcarlo lo torturaron con una tenaza al rojo vivo.
Para ubicarnos en tiempos de la revolución, vale recordar que en Entre Ríos Tomás de Rocamora fundó Gualeguay, Concepción del Uruguay y Gualeguaychú en 1783. Dos siglos antes, el cacique mapuche Caupolicán fue condenado a morir bajo suplicio, empalado. Violencia para infundir el miedo, para el escarmiento, y resistencias contra el despotismo.
El racismo y su heredero, el supremacismo, no han muerto en la Argentina. Desde distintos organismos y organizaciones, incluso de trabajadores, se continúa alabando el nombre de uno de los mayores racistas, Domingo Sarmiento, que en su momento escribió: “¿Lograremos exterminar a los indios? Por los salvajes de América siento una invencible repugnancia sin poderlo remediar. Esa calaña no son más que unos indios asquerosos a quienes mandaría colgar ahora si reapareciesen. Lautaro y Caupolicán son unos indios piojosos, porque así son todos. Incapaces de progreso. Su exterminio es providencial y útil, sublime y grande. Se los debe exterminar sin ni siquiera perdonar al pequeño, que tiene ya el odio instintivo al hombre civilizado”.
La horca
La antropóloga Camila Parodi resumió la vida y la muerte de Bartolina. “Nacida en la comunidad de Q’ara Qhatu, el 12 de agosto de 1750 se dedicó desde niña al comercio de hoja de coca y de tejidos junto a sus padres. Al comenzar a realizar viajes comerciales por los pueblos andinos de joven, comienza a tomar conciencia de las injusticias que las autoridades españolas cometían sobre la población indígena. Así Bartolina se casará con Tupaq Katari y junto con otros líderes indígenas como Tupaq Amaru II, Micaela Bastidas y los hermanos Katari encabezaran el levantamiento aymara- quechua entre los años 1780 y 1783 siendo el movimiento precursor de la independencia americana”.
“Ella jugará un rol muy importante, destacado por su coraje y estrategia en todas las acciones de guerra, llegando al punto de que el mismo Tupaq Katari consulte con ella previamente sus acciones. Y asumirá con gran convicción el puesto de comandanta político-militar en la lucha por la emancipación de las comunidades. Esta insurgencia se replegará por las comunidades indígenas con la pretensión de poner fin a tantos años de opresión, esclavitud y muertes”.
“En mayo de 1781 el ejército aymara- quechua pretenderá la toma de la ciudad de La Paz. Será rodeada por meses y estará muy cercana a la victoria. Pero las tropas españolas pedirán refuerzos y harán correr rumores de que la resistencia indígena fue derrotada, ofreciendo a su vez indultos a quienes entreguen a sus líderes. Es en ese contexto que Bartolina será entregada por sus mismos compañeros cuando se dirigían al campamento de Pampajasi el 2 de Julio de 1781. Tupaq Katari intentará liberarla, pero en ese accionar será apresado, condenado y descuartizado públicamente en presencia de su compañera el 14 de noviembre de 1781, habían decidido dejarla viva hasta ese entonces para que esta pudiera servir de ‘carnada’ de Tupaq”.
“Una vez asesinado Tupaq Katari, se condenará a Bartolina junto a su cuñada Gregoria Apaza, otra gran heroína aymara bajo la siguiente sentencia colonial: “A Bartolina Sisa, mujer del feroz Julián Apaza o Tupaj Catari, en pena ordinaria de suplicio, que sea sacada del Cuartel a la Plaza Mayor atada a la cola de un caballo, con una soga al cuello y plumas, un aspa afianzada sobre un bastón de palo en la mano y conducida por la voz del pregonero a la horca hasta que muera, y después se clave su cabeza y manos en picotas con el rótulo correspondiente, para el escarmiento público en los lugares de Cruzpata, Alto de San Pedro, y Pampajasi donde estaba acampada y presidía sus juntas sediciosas; y después de días se conduzca la cabeza a los pueblos de Ayo-ayo y Sapahagui en la Provincia de Sica-sica, con orden para que se quemen después de un tiempo y se arrojen las cenizas al aire, donde estime convenir”.
“Bartolina y Gregoria serán torturadas y violadas. Ella en particular será exhibida desnuda sobre un burro en la plaza hoy llamada ‘Murillo’ para luego ser ahorcada y descuartizada. Su cabeza fue exhibida en Jayujayu- Marka y sus extremidades fueron enviadas a Tinta- Marka, una comunidad situada en la actual República del Perú y a distintos lugares de los ayllus y caminos donde estuvo presente la lucha de liberación aymara, con el fin de que ‘indios escarmienten’. Sin embargo, desde ese entonces el espíritu insurrecto de Bartolina Sisa que tanto quisieron ocultar, se hace presente en las luchas por la emancipación de nuestros pueblos por parte de todas las mujeres indígenas”.
Protesta
Hace diez años, en 2015, se realizó la primera marcha de mujeres originarias por el Buen Vivir, en la Argentina. Allí participaron, entre muchas, la mapuche Moira Millán, con la compañía de Nora Cortiñas, Osvaldo Bayer, ambos fallecidos años después.
En 2021, mujeres indígenas de la Argentina caminaron miles de kilómetros para denunciar en Buenos Aires el “terricidio”.
La protesta fue lanzada por el Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir, un espacio “antipatriarcal, anticapitalista y anticolonialista que lucha contra el racismo”.