En coincidencia con el incremento de los precios en naftas y gasoil durante el fin de semana, se instrumentó un ajuste similar en el valor del metro cúbico del Gas Natural Comprimido (GNC).
Subió el GNC y en Paraná el metro cúbico roza los 90 pesos
En la capital provincial, el precio ya roza los 90 pesos: escaló de los 83.50 pesos que estaba a fin de septiembre, a los 89,90 pesos en promedio, en las distintas estaciones de la capital provincial. Se trata de un incremento del orden del 7,6%.
A diferencia de los combustibles líquidos, el precio del GNC se fue modificando progresivamente, cada mes: en enero estaba 55.40 pesos el metro cúbico en Paraná. En nueve meses acumuló un incremento del 41%.
Sin embargo, la modificación del cuadro tarifario poco favorece en la rentabilidad de las estaciones de servicio, en un sector que se encuentra prácticamente paralizado en los últimos años. Ello se observa tanto en la falta de ampliación de bocas de expendio, como en las conversiones de automóviles.
“Estamos transcurriendo una crisis sin antecedentes históricos. Y este proceso va a terminar con cierre de cientos de pymes, no solo expendedores de combustibles, sino de distintos sectores”, dijo a UNO el empresario Alejandro Di Palma, al ampliar la reflexión sobre el contexto político y económico que atraviesa el país.
Acerca del sector, aseveró: “Estamos viendo un Gobierno que siguió la misma lógica del anterior, y que busca hacer desaparecer el gas”.
La aseveración se refleja en las estadísticas oficiales del sector. En materia de conversión, la cifra de automóviles que pasaron de nafta a GNC en lo que va del año, es de las más bajas de la serie histórica medida durante los últimos 20 años.
En total, durante 2022 se convirtieron 1.539 vehículos en la provincia, solo por encima de los 1.329 del primer año de la pandemia (2020), y del 2017, cuando el anterior gobierno nacional determinó un “sinceramiento de tarifas” que llevó a un incremento superior al 100% en pocos meses.
“En una familia común, pasar a GNC es una inversión importantísima, muy evaluada. Hoy no hay crédito para afrontar ese gasto, y además se invierte sin certezas”, planteó Di Palma. “Estamos asistiendo, más allá de los hidrocarburos, a una transferencia de ingresos descomunal de la sociedad y de las pymes, a un conjunto de grandes empresas”.
En el caso particular de las estaciones del combustible gaseoso, sostuvo que “estamos reclamando una agenda de razonabilidad, y que tenga que ver con la problemática real.. La manipulación de precios llegó para quedarse, y puede ser atendible. Pero para nosotros no tiene sentido que suban los precios de combustibles, porque la demanda no es inflexible, es flexible. Es decir, hay un aumento y el cliente carga menos; por eso, creemos que pretender resolver un problema de rentabilidad con aumento del precio de combustibles es rídiculo”, indicó.
Hace un tiempo se modificó la modalidad de determinar precios, y se acopló al valor del litro de la nafta Súper. “Indexaron el GNC a la Súper; antes dependía del cuadro tarifario. Tenía un amparo, ya que cada modificación exigía una audiencia pública. Te tratan como una industria, y no lo sos, porque tu cliente es la sociedad, y el que carga gas es el más pobre”, disparó.
En ese sentido, reclamó que en realidad, lo necesario es modificar el margen de ganancias del sector, de modo de asegurar la continuidad de las pymes del sector, que se rigen por una comisión pre-establecidad.
Así como la baja de las conversiones, hay otros indicios que reflejan la crisis del sector.
Por ejemplo, desde hace varios años se mantiene estable el número de rodados habilitados para transitar con GNC, en el país y en la provincia: en Entre Ríos, al mes de septiembre, son 42.982. El número sufre leves variaciones mensuales, desde hace varios años.
Otro dato son las estaciones: hay aproximadamente 45 en la provincia, con muy pocas nuevas bocas de expendio en los últimos años.
“En Entre Ríos no se dio un fenómeno, que ocurrió en la mayoría del país: la desaparición de las pqeueñas pymes de los pueblos, que por ahora siguen estando. Ocurre que la operatoria comercial lleva a que se definan ventas mínimas con números que son imposibles de sostener en lugares alejados, para salir derecho. Por eso van a terminar cerrando estaciones en los pueblos”, dijo, al referirse tanto al GNC como a los combustibles líquidos.
Plan Nacional de Transporte
Por último, opinó sobre el proyecto anunciado por el gobierno nacional, la semana pasada. El Plan Nacional de Transporte Sostenible entró en vigencia tras su publicación en el Boletín Oficial de la Nación, tiene como objetivo impulsar la transición y eficiencia energética en este sector para alcanzar una movilidad sostenible, inteligente y resiliente que aumente la capacidad de adaptación al cambio climático.
Así, se prevé la transformación del 10% de los modos de cargas y pasajeros con movilidad a gas natural comprimido y energía eléctrica para el transporte pesado, que iniciará a partir del próximo año.
Di Palma se mostró pesimista sobre el proyecto, atento a la incertidumbre que acostumbra a atravesar el sector: “No hay gas para nadie, o cuando tenés el gasoducto, no podés sacar el suministro. Son problemas cíclicos en el país”, señaló.













