“En terrazas, balcones y patios de Buenos Aires, cuando no sobre las aceras, casi nunca falta una parrilla en la que organizar asados junto a familiares y amigos. Argentina es uno de los países más carnívoros del mundo. En 2018 el consumo per cápita fue de 115,8 kilos de carne entre vaca, cerdo y pollo frente a los 46,1 kilos que comió en promedio cada español. Sin embargo, la dieta vegetariana y vegana también está en auge en este país sudamericano, al igual que los movimientos a favor de los derechos de los animales”. Así nos ve el diario español El País a los argentinos. El medio gráfico europeo dedicó espacio a dar cuenta de la acción de grupos militantes veganos en la Rural, justo cuando se realizaba una exhibición en el patio central de la entidad. Que un medio de prensa de otro continente se ocupe del suceso alcanza para determinar el alcance de la movida promocional. Estén a favor o en contar del reclamo, está claro el éxito de la iniciativa. Se habla del tema en todos lados. Ni las originales y generalmente bien producidas promociones para crear conciencia de Greenpeace tienen el impacto que lograron los jóvenes que se oponen al consumo de frutos animales del campo. Es más, que los hayan expulsado de la pista al estilo gaucho le dio un tono a la queja que mereció la atención de los canales de televisión porteños en sus mejores espacios.
Magistral movida promocional
América fue quizá el que mejor expuso el tema al polemizar en estudios con protagonistas del campo y el veganismo.
Magdalena Ascon, una de las 40 activistas de la ONG Voicot que saltaron a la pista dijo: “La gente nos gritaba de todo en contra, cosas que no me interesa repetir. Aunque sí hubo personas que al ver la violencia, cuando entraron con los caballos y vieron que nos estaban lastimando empezaron a pedir que paren”.
“¿Ustedes que esperaban, que las feliciten por lo que estaban haciendo?”, le respondió Emiliano Caruso, integrante del Centro tradicionalista La Manea. “Es como entrar a la cancha de Boca con un cartel que dice ‘aguante River’ o que ustedes hagan una movilización con su ideología y yo voy y carneo un chancho adelante de ustedes. Me parece que ustedes estaban desubicadísimas. Fueron a hacer lío. Querían ser protagonistas, tener fama. ¿Vos no querés comer carne? No comás carne, a mí me encanta. No me podés prohibir comer carne”, agregó.
El escenario de la protesta fue la mayor feria rural de la derecha nacional, celebrada en el barrio de Palermo de Buenos Aires. En una tradición que se remonta a la segunda mitad del siglo XIX, cada año ganaderos, agricultores, contratistas, expertos en genética animal y empresas de maquinaria agrícola cierran negocios y muestran los últimos adelantos del sector en la sede de la entidad que reúne a los grandes hacendados argentinos, mientras cientos de familias pasean entre las distintas razas de vacas y caballos exhibidas y disfrutan de los espectáculos programados previo pago de una entrada. Por si fuera poco los medios de prensa de la capital se instalan con estudios ambulantes y desarrollan su programación habitual desde el predio mismo.