Hace 25 años comenzó a escribirse una historia de compromiso y lucha contra las adicciones, que a partir de una organización no gubernamental, sigue mostrando hoy que ha sido uno de las pocas acciones sostenidas en el tiempo que han abordado y afrontado con seriedad una problemática compleja y creciente en la sociedad.
Ave Fénix cumple sus 25 años de labor pionera y comprometida en la lucha contra las adicciones
Sergio D’Indio y el padre Gabriel Batello pusieron manos a la obra, allá por octubre de 1996, de la Fundación Ave Fénix, con el objetivo de trabajar en la recuperación y el acompañamiento de los adictos. Y al poco tiempo se sumó la doctora Patricia Caro.
Sus cursos de capacitación y sus eventos nacionales consolidaron un camino que hoy incluye un hospital de día, ubicado en calle Misiones.
Sobre aquellos orígenes, Caro recordó que en los primeros años se hizo mucha tarea preventiva, con charlas y talleres en escuelas, y organizando cursos de capacitación. “Me interesó la labor, la organización de esos encuentros, y así comencé a formar parte de la Fundación”, contó.
Precisamente, indicó que en esa primera etapa de construcción, el énfasis de las acciones estuvo puesta en la prevención y capacitación. “Con el tiempo se empezó a abrir la asistencia,primero de carácter ambulatorio en la Parroquia Nuestra Señora de Luján –donde estaba destinado Batello– hasta que se conformó el hospital de día, como lo identifica el Sedronar y Salud Pública; allí el adicto hace tratamiento de 8 horas todos los días, pernoctando en su casa”, explicó.
El sitio fue cambiando de lugares. Estuvo inicialmente en una propiedad ubicada sobre la rutaacional 18, próxima a la rotonda de la Virgen. Luego pasó a un lugar que otorgó a préstamo el Arzobispado, y finalmente hoy funciona en una casa ubicada en calle Misiones Nº 215.
“Mientras tanto, todo este tiempo ha seguido la labor con las escuelas de toda la provincia, clubes, entidades sociales, comisiones barriales, parroquias. Y se siguió con la capacitación más organizadamente, haciendo un curso de capacitación de preventores año por medio, con la alternancia de un congreso de adiciones, también cada dos años”, narró Caro.
La pandemia, como en todos los casos, constituyó un desafío para afrontar las acciones. En ese sentido, sostuvo que ya se está trabajando en la planificación para el reinicio de los cursos de capacitación, que permitieron formar en la temática a muchos docentes de toda la provincia, con encuentrosdurante los fines de semana, un sábado o dos al mes.
El período de aislamiento por la pandemia obligó a readecuar los tratamientos en el hospital de día, impedidos de trabajos presenciales.
“Estuvimos varios meses cerrados, haciendo tratamientos con zoom; fue terrible, luego nos habilitaron trabajar cada cuatro horas, para aquellos que se encuentran en el primer año de tratamiento. Y ahora se está abriendo la posibilidad de volver a las ocho horas necesarias. Luego de casi dos años con otra modalidad, ahora estamos en tiempos de acomodarnos nuevamente con todo el personal, para lo que es el tratamiento ideal”, señaló Caro.
En el hospital de día hay psicólogos, psiquiatra, médica clínica, y una trabajadora social que interviene en el pedido de admisión,complementados con las tareas que llevan adelante D’Indio y Caro.
Justamente respecto de la cantidad de adictos en tratamiento, informó que a lo largo de estos años, la cifra siempre ha ido variando, aunque la capacidad edilicia y por personal es de un máximo de 15 pacientes.
“En este momento con la pandemia fue cayendo y se fueron agravando los casos. .Tenemos cada vez más pedidos, pero como los tratamientos son duros, se caen ante el pedido de admisión”, indicó, por lo que actualmente hay tres pacientes en tratamiento, y dos en período de admisión. Sobre ello, clarificó: “La pandemia agravó las adicciones, hay más adictos, pero el agravamiento va de la mano en el sentido de la responsabilidad de la familia para poner al adicto en tratamiento. Hay cada vez más adictos, provenientes de familias disfuncionales, y un tratamiento en el hospital de día necesita del apoyo de una familiar, porque no puede estar solo. Se piden muchas consultas y no hay figura de garante o tutor, y ante eso no lo podemos tomar. Cada vez más gente que requiere tratamiento”, y amplió: “Hay cada vez más adictos, pero no hay demanda de tratamiento, llaman para tratar de resolver el problema grave, madres o parejas, pero luego no hay voluntad de acatar las exigencias”.
“Por eso los que estamos no tenemos pacientes, más allá de que siempre hay en ese proceso de admisión”, que siempre se interrumpe y se frustra ante la falta de tutor o apoyo familiar.
“El éxito del tratamiento es la voluntad del paciente y la fuerza de la familia; la institución sola no puede y menos sin internación, que está prohibido hacerlo compulsivamente”, planteó Caro.