Gustavo Fernández / Especial para UNO
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Debe comenzar este artículo por un sinceramiento intelectual: el llamado (mal llamado) Horóscopo Azteca ni es Horóscopo ni es Azteca. En realidad, es mucho más que eso. No es “horóscopo” porque el término (que en griego significa solamente “dar la hora”, por aquello de la hora de nacimiento) se asocia a la idea de predicciones y características de signos. Y no es “azteca” porque casi estamos tentados a decir (una mentira más de la “historia oficial”) que los aztecas… no existieron. De modo que de lo que estamos hablando debe ser llamado, con propiedad, Tonalama. El estudio de la energía de los días en la sabiduría Tolteca Mexica.
Aclaremos algunos conceptos. Aunque desde el Billiken a los libros de Historia nos hablan de los aztecas como del pueblo guerrero y tirano del México prehispánico, lo cierto es que esa palabra (“azteca”) recién aparece publicada en el año tan tardío de 1801. Y era la forma despectiva de dirigirse a los aborígenes.
Casi igual que, en estas tierras, los tobas (en realidad, la etnia Qöm) o los comechingones (que se llamaban a sí mismos “henia – Kâmiare”). Esas palabras (tobas, comechingones) eran, precisamente, términos descalificadores, cuando no insultantes, con que los criollos se referían a los indígenas tomando expresiones de sus propias lenguas autóctonas (cosa que los sindicados se sintieran aludidos y menoscabados).
Eso pasa con “azteca” (palabreja que se instala en el “academicismo” siempre tan proclive a ser europeizante) fundamentándose en la leyenda que decían ser originarios de una tierra mítica llamada “Aztlán”, que, si así fuera, sería “aztlanecas” y no “aztecas”.
Por cierto, la capital de los supuestos “aztecas” no era una tal “Aztecatitlán” sino –revisen cualquier librito de la primaria- Tenochtitlán, por ser tierra de tenochcas, su verdadero y original nombre.
Así que de lo trata este artículo, de su legado, tiene que ver con la cultura que lo origina, los Toltecas, y su difusión entre los “mexicas”. Y aquí suele haber otra confusión. Uno dice “mexica” y piensa en “México”. Tierra de mariachis, tequila y la virgen de Guadalupe.
Pero ocurre que el nombre del país es el empleo tardío que los libertadores de esa nación, todos ellos masones de alto grado y por lo tanto, muy creyentes en las propiedades espirituales de ciertas acciones, tomando para ello el “nombre espiritual” que los ancestros daban a su territorio, cuyo nombre, diríamos político, era Anahuac. Y el esotérico, “Me – xi- co”, que significa “El ombligo de la Luna”. Porque creían que en esas tierras “anclaba” una especie de línea astral, un “cordón de plata” que unía la Tierra con Selene. Y de allí al término “mexica” que, por extensión, no define solo a los originarios de esa nacionalidad sino a todos los habitantes del planeta.
Porque se traduce como “ciudadanos planetarios” y por ello, mexicas somos todos.
Aclarado esto –que nunca está de más- pasemos al Tonalama, que da contenido y razón de ser a este artículo. Lo que el estudioso del mismo busca es determinar las “energías”, tanto del día de nacimiento de una persona como, por caso, de las que actúan en un día determinado, supongamos hoy. Definiendo así los “13 señores del día” y los “nueve señores de la noche”, el astrólogo tolteca sabe qué actividades serán más afines (o más dificultosas) para esa persona en un día dado pero, lo que es más importante, qué ejercicios, qué elementos de la Naturaleza, qué pasos dar para activar y potenciar sus energías naturales y así potenciar los resultados benéficos de sus acciones cotidianas.
Es muy interesante señalar que los ancestros que practicaban esta disciplina enseñaban en relación a ella, también, una serie de ejercicios físicos, llamados “Kinam” (que puede traducirse como el “Yoga Tolteca”) que mejora la energía de una persona en relación a las energías tanto de su día de nacimiento como del día específico en que deciden aplicarse.
En Paraná
Desde el 6 al 10 de agosto visitará Paraná, por invitación de la Agrupación Difusora de Sabiduría Ancestral “Casa del Cóndor”, el Maestro de Toltequidad Gerardo Alcántara, de México, tanto para brindar conferencias como talleres sobre Tonalama y Kinam. La idea es capacitar a los interesados locales para que estos continúen difundiendo, aplicando y enseñando en Argentina, de manera absolutamente novedosa, estas enseñanzas milenarias. Alcántara se dedica desde hace 20 años al estudio de las culturas ancestrales mexicanas, siendo co–fundador de diversos centros de estudio en su país.
Entrevistado para esta nota, da un ejemplo concreto: “Por ejemplo, hoy, 25 de junio de 2015, corresponde al día chicome miquiztli (7 muerte) del Etzacualiztli (veintena de comer etzalli) del año yei acatl (3 carrizo). Es importante mencionar que la energía llamada miquiztli (muerte) no era vista como en la actualidad.
La energía de miquiztli para los Mexhicas simbolizaba descanso, calma, reposo, introspección. Era un día para hacer meditación y contactar con los abuelos que ya estaban en el Mictlan y pedirles su consejo y su guía.
Esto lejos de ser un rito ocultista, se realizaba con la plena conciencia de que todas las respuestas que buscas es mirando hacia adentro (meditación, introspección), ya que buscando en esa oscuridad podemos contactar con la memoria ancestral guardada en el ADN (el consejo de los abuelos) y obtener las respuestas desde el Ser.” Y continúa: “La importancia de integrar todos nuestros cuerpos era bien conocida por nuestras culturas ancestrales, alineaban sus puntos energéticos, meditaban para que su pensamiento fuera amplio y puro, además trabajaban el cuerpo con ejercicios, tanto estáticos como dinámicos, con el primero se fortalecían, con el segundo, se agilizaban. Todo esto gobernado por las energías que regían el día, mismas que las calculaban de acuerdo a la posición terrestre y a la posición de los astros, luna y demás planetas.
Alimentación sana y dormir bien. ¿Tú qué haces por ti? ¿Cuándo empezaras a amarte, a respetarte, a cuidarte?”.
El horóscopo azteca
13 de julio 2015 · 06:59hs