Este sábado 23 de octubre cumple 70 años uno de los artistas más relevantes e influyentes de la música popular argentina y el responsable de la banda sonora de varias generaciones: Charly García. Compuso clásicos imbatibles, caminó al borde del abismo y protagonizó historias increíbles, es un revolucionario que vive re-evolucionando. A modo de homenaje y también para describir el impacto de su música, de sus letras y de su figura icónica generación tras generacíón UNO habló con artistas y referentes del rock nacional en Paraná.
Charly García: Estrella, cronista de la realidad y genio
Por Valeria Girard
Desde 1972/73, año en que se editó Vida, el primer disco de Sui Generis, hasta Random (2017), el músico grabó más de 40 álbumes de estudio y en vivo como solista y con las bandas que integró: Sui Generis, PorSuiGieco, La Máquina de Hacer Pájaros y Serú Girán. En cada etapa, en cada disco, dejó canciones que se convirtieron en clásicos y que ya no le pertenecen a él, son parte de la cultura argentina.
Horacio Lapunzina: Los dos Charlys
El músico, docente y escritor Horacio Lapunzina define a este ídolo popular como narcisista, irreverente, de un genio creativo sorprendente e inspirado, caprichoso, dueño de un poder de seducción pocas veces visto en la música .
¿Cuál Charly García? La pregunta parece una trampa, al estilo ¿Maradona o Diego? Este hombre de 70 años no es el mismo a lo largo de 50 años de trayectoria artística, lo cual es lógico en un creador de sus características. Fue dinamitando, por decirlo de algún modo, sus etapas creativas, y se fue reinventando y transformando en este ídolo popular estilo bien argento: narcisista, irreverente, de un genio creativo sorprendente e inspirado, caprichoso, dueño de un poder de seducción pocas veces visto en la música y un aporte esencial a algunas melodías y letras que recorren la sangre del país de principios de los 70 hasta acá.
Inteligente y sensible, a él se le debe gran parte de la invención de lo que podríamos llamar rock nacional, con todo lo inexacto de esa calificación, más bien cercana a las bateas de las viejas disquerías. Cualquiera que escuche su discografía (palabra ya caduca) podrá distinguir claramente sus etapas: una primera con el boom Sui Géneris donde funda una estética de folk rock argentino, una segunda corta pero muy prolífica (la menos valorada y quizás la más innovadora) con La máquina de hacer pájaros, donde se acerca al rock sinfónico inglés, y una tercera con otro boom demoledor como integrante de un team maravilloso: Serú Girán. En todas ellas despliega su piano clásico o rockero, orientado a copiar a sus ídolos (frecuentemente se escuchan giros o frases enteras de Elton John sin escrúpulo de copia o plagio) y adobados con una lírica tanguera y cínica, registro en el que es un verdadero maestro. A esta altura, tres o cuatro canciones ya formaban parte de los himnos que todo ídolo popular impone, casi siempre sin proponérselo. También a esta altura ya se pudo comprobar hasta qué punto era un gran instrumentista, con capacidad además para concebir texturas y mundos sonoros claramente reconocibles, secundado por músicos sólidos y hasta a veces sensacionales (en Serú Girán, algunas de las maravillas sonoras arreglísticas de sus temas son travesuras de Pedro Aznar).
A partir de 1982, con la aparición de “Yendo de la cama al living” y la música de “Pubis angelical”, pero más precisamente con “Clics modernos”, García inaugura la década del 80, estéticamente hablando. Ya solista, secundado por bandas memorables, impondrá su figura como punta de lanza de un estilo que marca la modernidad, convirtiéndose hasta hoy en referencia clave de la iconografía popular argentina. Su música se mezcla con escándalos, excesos, irreverencias varias y una conducta personal que parece calcar los vaivenes de un país siempre al borde de la desintegración y el renacimiento. García ya es un mito popular —alimentado, de algún modo, por su propio ego—, y como tal, sufrirá las consecuencias del escarnio y la adoración en parecidas dosis. Mientras tanto, trabaja con un nivel febril de exigencia y desparpajo, y puede lanzar cada año una grabación que no deja a nadie indiferente. En cada una aprovecha para imponer melodías para todos y todas, con un olfato maestro para captar los vientos de la modernidad y traducirlos en letras y músicas de tres minutos.
Lo de Charly y lo de García no viene a cuento más que para decir que sus excentricidades son parte de lo mismo: combustible de sus mejores creaciones. Aquello del artista y/o la persona. En él, por momentos se funden de tal modo en una misma contradicción, que caemos en la tentación de repetir esa máxima argentina: “es inimputable”. Mentira, nadie lo es, ni siquiera Charly. Si olvidamos sus coqueteos con Menem o su tendencia a banalizar ciertos aspectos de intérpretes o músicas que no son de su dominio, tendríamos que hacerlo con todos los demás, nos guste o no. En ese aspecto, García es el modelo del rockstar: narcisista y pedante. Pero, nobleza obliga, cuando suele abrir la boca más de la cuenta, siempre se puede rescatar alguna frase, alguna palabra, algún concepto que nos deja a todos boquiabiertos, con un nivel de lucidez y clarividencia que parecen venidos de otro lugar, de otra zona, de una energía de la que sin duda es portador.
Como creador, sus canciones repartidas en 50 años de trabajo recorren todas las zonas posibles de la fusión. Las hay complejas y excéntricas, rodeadas de una estética densa y casi megalómana; rock sofisticado o hitero; melodías escalofriantes con letras de una inspiración sutil; bailables con riffs pegadizos y gotas de sarcasmo; estribillos para la tribuna o baladas clásicas de corte casi pueril; armonías sensacionales, giros inesperados y pianismos que nos remontan al cielo. En todo ese recorrido está el genio, la rebeldía, la musicalidad fina y precisa, la canchereada y la gambeta. Todo está allí, en esa figura ya un poco maltrecha, en esa voz quebrada, en ese pájaro cansado que es su cuerpo. No es poco, tal vez es demasiado. No se puede pensar ya el país sin él, sin sus letras y músicas en boca de casi cinco generaciones (“Seminare” o “Inconsciente colectivo” son clásicos donde se cruzan chicos, grandes y hasta clases sociales diversas).
Tal vez la clave esté en esa frase que le escuché alguna vez, y que la copio textualmente: “El talento lo tiene cualquiera, lo que importa es el coraje”. En ese sentido, García y Charly, los dos juntos, son nuestros héroes reconocibles. Se tiraron a la pileta desde lo alto no una, sino cientos de veces. En todas salieron nadando, y con una sonrisa. ¿Quién puede decir lo mismo a esta altura?
Koky Satler: “Un tipo fundacional en todos los aspectos”
Gustavo Koky Satler es músico entrerriano, docente, escritor, autor, gestor cultural y actor. “El rock and roll en Argentina es Charly”, dijo a UNO. Convocado por UNO para rendir homenaje al músico en su cumpleaños número 70, habló sobre “el Prince argentino”
“Es un músico que nos ha acompañado desde siempre, en todas sus facetas, desde Sui Géneris hasta su parte solista. Recuerdo de chico sacar las canciones de Sui Géneris en la guitarra, en el piano después, así que para mi es un acompañamiento, una especie de guía, siempre estuvo. Pasé épocas en que me gustaba un artista más que otro, apareció en un momento Soda Stereo y me gustó esa onda, pero en lo nacional siempre estuvo Charly generando una revolución, porque él siempre ha sido un revolucionario, nunca se quedó con lo que tenía.
El rock and roll en Argentina es Charly, el Prince argentino es Charly, podrán decir cualquier cosa pero el que invento esto de ser estrella de rock, con todo lo bueno y lo malo que eso significa, fue él. Y como bueno, decir que como músico es una bestia.
Además componiendo, porque ademas vos escuchas algo y sabes que es de él, más allá de que cante o no cante. Consiguió una identidad en su música que es lo mas complicado, sobre todo si uno no nació en la tierra del rock, entonces estas haciendo una música que no pertenece a este lado del mundo y le das personalidad. ¿Porqué?Porque Charly tiene una formación académica clásica, a su vez porque el tango siempre estuvo dando vueltas por su cabeza y todo está resumido en su mirada rockera impregnada en su formación desde otros géneros también.
Después hay otra cuestión que es muy difícil de lograr, que es ser buen músico y exitoso a la vez.
Charly no sabe cual es el secreto de su popularidad porque lo que se da es una conjunción de cosas, es nacer en el lugar preciso en el momento indicado y es tener el desparpajo que siempre ha tenido.
Vi muchísimas veces a Charly en vivo y no siempre fueron experiencias gratas, lo vi en momentos complicados de su vida y yo como músico no lo disfruté, pero al mirar la película entera, decís: la pucha… Hace dos o tres años me armé un complicado en un pen drive y lo puse en un viaje en automóvil hasta Brasil, todo el camino
Cada tema que arrancaba, sentía lo mismo y pensaba: ¿Cómo hizo esto”.
Sinceramente no creo que haya en toda la música popular argentina un músico más prolífico que Charly, con el aditamento de tener tanta llegada al público. Hay muchos artistas famosos, pero con tantas canciones tan conocidas y que sean parte del imaginario colectivo y de la banda sonora argentina, no creo que haya nadie.
Incluso me pasó que había temas que no los consideraba, porque no les di bola cuando los escuché por primera vez o lo que sea, y cuando los escuché, pfff, que cabeza y que corazón; todo puesto a la música con ese desparpajo que lo hace diferente.
Charly es la verdadera estrella de rock nacional y un tipo fundacional en todos los aspectos, el que llevó a la popularidad al rock argentino y siempre lo fue redescubriendo, cuando buscó su faceta punk, su faceta pop, en la tanguera, en todas las movidas, en todos los subgéneros que encaró logró ser trascendente.
Es un tipo inquieto y eso lo hace un artista maravilloso. Charly nunca se ató a fórmulas, eso habla bien de él como artista y como inconformista en la búsqueda expresiva. Es el gen absolutamente imprescindible del rock, en estos tiempos en que todo está edulcorado, todo se mezclo es difícil saber que es rock y que no. Lo imprescindible del gen del rock es ser inconformista, inquieto, romper con lo anterior y Charly es eso, nunca se copio. Es muy difícil cuando uno tiene identidad no copiarse, es una delgada línea entre el autoplagio y ser un tipo genuino, muy pocos artistas, hasta incluso fuera de Argentina, tienen esa condición, es eso lo que diferencia a un genio de los demás y Charly es un genio”
Tata Mockert: “Un cronista de la historia contemporánea”
El músico Ernesto Tata Mockert es desde hace más de 30 años conductor y productor del programa televisivo Música y Propuestas, además cuenta con un programa de lunes a viernes en Radio De La Plaza junto a Sebastián Suárez y Copete Burgos y es, desde hace muchos años, un militante del rock. Con UNO habló de su admiración por Charly García y de la importancia de sus letras y su música para la cultura argentina.
“Con Charly somos casi de la misma generación. Mi despertar a la música argentina, a fines de los ´60, fue con Almendra, Los Gatos, Manal, Vox Dei y cuando llega Sui Géneris fue el primer fenómeno masivo del rock, fue una superación a esa búsqueda under, en ese momento se usaba underground para significar. Con Sui Generis y Charly el rock se transforma en algo más masivo.
Esos primeros años, la música que Charly desarrollo en los 70, lo fue consolidando como creativo. Lo de Sui generis fundamentalmente, porque fue ese momento en que la gente lo dejaba encorsetado en las canciones de fogón y él quiso crecer. Disolvió el grupo cuando todos pensaban ´peleaste tanto por esto, ahora matar la gallina de los huevos de oro´, pero él de la mano de su ímpetu de libertad creativa hizo La Máquina de Hacer Pájaros, Serú Girán y ya en los ´80 se lanzo como solista. Ahí si empieza una trayectoria que dejo marcas a fuego, Charly se mostraba como un cronista de una sociedad contemporánea argentina, vista descarnadamente por un tipo que no tenía filtro para decir las cosas como eran.
Él logró ser un catalizador de toda la música pop rock que había surgido en el Hemisferio Norte, fue un tipo con una formación técnica musical muy importante y además es alguien que no responde a la media local. Supo abrevar entre todas las fuentes disponibles en cada momento histórico, siempre un curioso, preocupado por saber lo que sucedía más allá de la música, por la realidad.
A la música la maneja con una destreza que responde a un don, entendió a la música siempre desde toda su complejidad. A lo que no podes traducir en algo expresable a través de palabras, él te mete eso de una manera magistral, sus letras a lo largo del tiempo sirvieron para pintar los nudos sociales en Argentina con todos sus vaivenes.
Si me preguntan, Charly representa para nosotros algo de lo que Bob Dylan representa para los estadounidenses. Es un cronista de la historia contemporánea.
Charly ha sabido catalizar lo sociológico, porque en la época de Serú, como era tan destinado a un publico juvenil (entendido en el contexto de época), entierra a Sui Generis para transformarse en un tipo más adulto, con letras que reflejan realidad de pibes que salen a la noche y los suben a los carros de policía.
Charly empieza con las metáforas de Serú y se plantea como contraposición a la poesía del Flaco Spinetta, nuestro River y Boca en el rock. Ambos magistrales y soberbios, pero había que desentrañar la poesía del Flaco, las de Charly no.
Para mí lo importante de Charly es ser un cronista de época de los últimos 60 años de la vida argentina en todas sus manifestaciones y como músico, con una solvencia categórica atravesó todo su camino creativo. Si bien fue un gran conocedor del rock y pop, él le transmitió el carácter de música argentina a todo lo que hizo.
Este músico entendió como pocos el rock como espacio de libertad y nunca lo traicionó. Tengo 66 años y soy testigo de que en todas las décadas le firmaron una sentencia de muerte artística, sin embargo nunca pasó. Con Charly todo el repertorio representan algo en la vida de uno”
Carlos Cismondi: “Popularización del rock e innovación”
Carlos Cismondi es webmaster de la página Paranarock.com.ar, conductor y productor de Bohemia Rock y fue jurado de los Premios Escenario de Diario UNO de Entre Ríos. “Charly García significa para mí, emoción”, dijo a UNO.
Para el rock y la cultura nacional, creo que Charly García significa dos cosas: en su etapa Sui Generis fue la popularización del rock argentino, pues fue un fenómeno que atravesó las fronteras del público habitual del género. Y en su etapa solista de los 80's implicó innovación, que si bien la mayoría del rock argentino lo hizo, Charly tuvo la particularidad de realizarlo con su propio estilo.
Estos dos conceptos son válidos porque continuó con ellos hasta hoy, o al menos hasta que estuvo creativamente activo: todos saben quién es Charly García con sólo verlo; y cualquier persona interesada en la música puede en general, intuir una canción suya apenas comienza.
Charly García significa para mí, emoción. Que más allá de cualquier análisis, es lo fundamental que tiene que generar un artista, pues sin ese talento, sería solamente un músico.
Hoy, y desde hace algún tiempo, es innegable que Charly está atravesando una etapa muy particular, pero como ya nos ha dado todo de sí, no hay lugar para reproche alguno. Nos queda entonces disfrutar de su obra, admirarlo por eso, y rendirle un agradecido homenaje.