El hombre que secuestró un colectivo con unos 40 pasajeros a bordo fue muerto por un francotirador durante el operativo de rescate, en el puente que une a las ciudades de Río de Janeiro y Niteroi, informó el portavoz de la policía militarizada, coronel Marcio Fliess, citado por la cadena Globo.
Un francotirador abatió al secuestrador del micro en Rio
La toma de rehenes en el puente que une Río de Janeiro con Niteroi mantuvo en vilo a Brasil. Un sujeto con el rostro cubierto por un pañuelo se subió al ómnibus con tres bidones de nafta y, bajo amenaza de prenderle fuego a los pasajeros, le ordenó al chofer que cruce el micro en los carriles centrales para obstruir el paso de los vehículos.
El ómnibus fue rodeado por la Policía Militar que, con la asistencia de un negociador, intentó persuadir al secuestrador que deponga su actitud. En un primer momento, no se sabía con exactitud el número de rehenes, aunque se estimaba que eran 40, cuatro de los cuales -tres mujeres y un hombre- fueron liberados antes de que el delincuente fuera abatdio.
No trascendió la motivación del secuestrador, pero los policías creen que se trata de un acto premeditado. La circulación por el puente, que une Río de Janeiro y Niteroi, quedó bloqueado en ambos sentidos.
El Puente Presidente Costa e Silva, popularmente conocido como Puente Río-Niterói, cruza la bahía de Guanabara, en el estado de Río de Janeiro. Con una extensión de 13 kilómetros, es el más largo de América Latina.
Pasadas las 8 se vivió un momento de extrema confusión. Un hombre vestido de blanco salió del ómnibus y la prensa local lo confundió con el secuestrador por el color de su ropa. Sin embargo, era el sexto rehén en ser liberado.
A más de tres horas de comenzada la toma de rehenes, continuaban las negociaciones para conseguir la entrega del criminal. Aparentemente, no estaba haciendo ninguna demanda concreta a sus interlocutores.
A las 9.02 se escucharon disparos en el puente Río-Niterói e inmediatamente después los policías comenzaron a celebrar. Minutos más tarde se confirmó que el criminal había sido abatido y que las 31 personas que mantenía como rehenes estaban fuera de peligro.