Del 14 al 20 de mayo en todo el mundo se celebra y practica la Semana del Parto Respetado. En Argentina existe la ley de Protección del Embarazo y del Recién Nacido, que promueve el respeto a los derechos del nacimiento, tanto de la madre como del bebé y de las familias en general, y garantiza a la mujer o persona gestante la opción de elegir dónde y cómo quiere que nazca su bebé en condiciones de cuidado y buena salubridad, con qué profesionales, quiénes van a acompañarla, acceder a información completa y que se respeten sus deseos.
Parto Respetado: las que cuidan antes, durante y después
Por Ramiro García
Destacan que “nuevas generaciones” de médicas y obstétricas revalorizan la ley de Parto Respetado.
La licenciada en Obstetricia, Vanesa Girard, trabaja en el centro de salud de Villa Urquiza, en clínicas y sanatorios de Paraná y en un hospital de Las Parejas (Santa Fe). La profesional añadió que la ley permite a la paciente elaborar un “Plan de Parto” donde puede “aclarar lo que quiere y no quiere que se haga, siempre y cuando todo vaya bien, porque si hay que hacer alguna intervención necesaria, está bien, siempre que sea explicada y con información”.
La ley sancionada en 2004 y reglamentada recién en 2015 sigue teniendo la misión histórica de prevenir y reducir la violencia obstétrica. Consultada sobre acciones que representan este problema, Girard advirtió que “hay prácticas obstétricas obsoletas que no deberían usarse y se siguen aplicando. Por ejemplo, antes se hacía el rasurado vaginal o el enema de rutina. Aún se medicaliza, se inserta suero sin preguntar o se efectúa la rotura de bolsa, a veces sin explicar por qué se hacen o los riesgos que conllevan”.
Otra intervención cuestionada a la luz de la ley de Parto Respetado es la episiotomía (incisión para ensanchar la abertura de la vagina) sin consulta o información a la persona gestante.
En cambio, Girard reconoció que sí se viene respetando el derecho al acompañamiento con la persona que la madre elige, incluso en las cesáreas. “Algunos lugares todavía son reacios, pero la mayoría respeta”, indicó la obstétrica.
Demasiadas cesáreas
Un fenómeno puntual sobre el que la Semana del Parto Respetado llama la atención es el uso de la cesárea. La Organización Mundial de la Salud recomienda que estas cirugías no se apliquen en más del 15% de los nacimientos, es decir que deseable es que 85 de cada 100 sean por parto natural. Argentina excede por mucho el porcentaje aconsejado.
Según estimaron distintos profesionales consultados por UNO, esta práctica es más recurrente en el subsistema privado de salud que en el público. Hay clínicas y sanatorios que alcanzan un 60% de cesáreas y en algunos casos hasta 70%. En el público, en general, ese porcentaje desciende a 50% o 40%,, que de todas formas es alto. Son, por supuesto, datos extraoficiales.
Al respecto, Girard opinó que el fenómeno no se explica tanto por la rentabilidad económica de los médicos, médicas e instituciones que las practican, sino “por una cuestión de organización” de estos profesionales. “Nunca se sabe cuándo caerá un parto espontáneo: qué día, a qué hora, o si será feriado. Los hay y las hay que deciden de acuerdo a su cronograma o agenda, no solamente llevando a la cesárea sino también la inducción programada”, sugirió la licenciada egresada en la UNER. Recordó que la ley manda a respetar si la paciente quiere un parto espontáneo, y valoró: “Por suerte esto está cambiando. Hemos mejorado muchísimo. A su vez, las nuevas generaciones vienen con otra cabeza, cada vez más con la idea de respetar y cumplir la ley”, destacó la obstétrica.
De todas formas, aclaró: “También se debe respetar el deseo de una cesárea electiva, por los motivos que tenga la paciente, porque cada caso es particular”.
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Posparto también respetado
Flavia Dechanzi es licenciada en Psicología y doula. Se formó en maternidad y acompaña embarazos, partos, pospartos y “crianzas respetuosas”. También trabaja en neurociencia y señales comunicacionales del recién nacido. “Una doula acompaña a otra embarazada durante todo el proceso, desde la gestación al puerperio. Es un acompañamiento emocional y de información, que no todas disponen”, explicó a UNO. Precisó que se intenta despejar las “dudas y temores” de la madre y prepararla para el momento del parto.
La doula, que se desempeña en un centro holístico de Oro Verde, expandió la concepción del Respeto. “El parto no termina una vez que la mamá tuvo al bebé o salió de la sala. El proceso continua al menos un año más. Es una etapa muy complicada”, expresó en relación al posparto. “Las emociones son muy intensas, movilizantes, y varían mucho. Pasamos de estar contentas y super disponibles para nuestro bebé a estar tristes por todos los cambios que esto genera. O hay muchas cosas que no sabemos hacer”, describió Dechanzi. Y, de inmediato, enfatizó: “No está mal. Es normal y esperable, pero muchas mamás lo viven con mucho sufrimiento porque a nivel social se pretende que una vez que tengan el bebé puedan seguir con su vida de siempre, y esto es difícil”.
Para la familia y/o el entorno de las madres y gestantes, la psicóloga recomendó una presencia y compañía cercana. No obstante, esto debe ser cuidado y equilibrado, para tampoco saturar. “Un prejuicio del posparto es decirle todo lo que tiene que hacer o ayudarla con muchas cosas que ‘no sabe’. Las mamás saben un montón”, esclareció la profesional y sugirió dar lugar a la “intuición”. “Socialmente a veces se la abruma. Hay que encontrar un equilibrio entre las dos cosas, ni soledad absoluta ni invasión”, sintetizó la doula.
Por último, para los casos que corresponda, recordó que “la pareja o el padre tiene un rol muy importante. No se trata de una mamá que está por tener un bebé sino de dos personas que están formando una familia”.
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Parto natural: algunos beneficios para madre y bebé
La obstétrica Vanesa Girard sugirió que la opción por el parto natural “debería ser la mayoría. Es lo más fisiológico y tiene beneficios para el cuerpo de la madre, para la recuperación y para el bebé”. La especialista señaló que en este proceso se activan ciertos factores que no se logran, o se alcanzan con menos eficacia, en la cesárea. Por ejemplo, los pulmones del bebé desarrollan mucho mejor si pasó por un trabajo de parto. Además, enumeró: “En lo hormonal, favorece a la prendida a la teta y a la lactancia. También mejora el apego entre madre e hijo”.
Sobre el tiempo y la paciencia que demanda el parto espontáneo o natural, la obstétrica entrerriana reconoció: “Ese trabajo nos toca a nosotras. Estamos todo el trabajo de parto a la espera, control y contención. La idea es esperar los tiempos naturales de un trabajo de parto. Antes se avanzaba y no se daba mucha opción, ahora se da más espontáneo, sin tanta medicación, no solamente por elección sino también porque se ven mejores resultados”.
Respecto de los dolores que acarrea un trabajo de parto natural, y que en muchos casos levan a optar por la cirugía, Girard afirmó: “He comparado a lo largo de los años que cuando el parto es espontáneo y no hay tanta medicalización, les duele mucho menos que a las mujeres inducidas o medicalizadas desde el inicio del trabajo que a las que llegan desde la casa con contracciones, que se la bancan mejor sin tanta medicación”.
Por último, la licenciada en Obstetricia subrayó: “El trabajo de parto tiene su proceso y su tiempo, pero podemos hacer muchas cosas para ayudar. La madre puede deambular, moverse, meterse a la ducha las veces que quiere, hay pelotas, banquitos, masajes, lianas para colgarse y estar en distintas posiciones para aliviar el dolor”. Y concluyó que “siempre va a ser mejor un parto normal. La cesárea viene a solucionar algún problema que pueda haber o el deseo de esa mujer”.