Washington .- Aunque habita comúnmente en climas tropicales, y es originaria del este asiático, la plaga irrumpió en América del Norte, y parece que se ha extendido por el territorio. Según explicó el apicultor y entomólogo canadiense Conrad Berube al diario The New York Times, un enjambre de vespas mandarinas lo atacó recientemente en Vancouver Island.
Un insecto asiático letal llegó a EE.UU. y puso en emergencia al país
“Fue como si me clavaran chinchetas al rojo vivo en la piel”, explicó. Cuando lo persiguieron era de noche. Berube se había acercado a la colmena de los avispones para destruirla, pero la linterna y el ruido del cepillo que cargaba despertó a los insectos.
A pesar de que llevaba puesto el traje de apicultor, unos pantalones cortos y otros de chándal y férulas en los tobillos y en las muñecas, las vespas lo picaron siete veces; y según él, fueron las picaduras más dolorosas que ha sufrido jamás. Hoy, tiene suerte de seguir con vida, ya que el veneno de este insecto contiene neurotoxina, que según los expertos podría provocar a la víctima un paro cardíaco y un shock anafiláctico.
La razón por la que Berube quería exterminar la colmena no se debe únicamente al peligro que conlleva el aguijón de este insecto para el ser humano. En realidad, al entomólogo le preocupaban sus abejas y el riesgo que estas corren ahora que la vespa mandarina amenaza con extenderse por Norteamérica. Una intranquilidad que también comparte la comunidad científica.
Y es que este avispón gigante asiático utiliza su mandíbula para decapitar de forma brutal a las abejas. Aunque desecha la cabeza, se queda con el cuerpo para llevárselo como alimento a sus crías. Así es capaz de ejecutar a una colmena entera de abejas en cuestión de horas.
En noviembre, un apicultor del estado de Washington acudió a trabajar y encontró “miles y miles” de sus abejas decapitadas.
“No podía entender qué podría haber hecho eso”, explicó el hombre, según recoge el diario británico Daily Mail.
En noviembre de 2019, las abejas fueron declaradas el ser vivo más importante del planeta, según Earthwatch Institute. Y es que el 70% de la agricultura mundial depende exclusivamente de ellas, concretamente, de su labor de polinización.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, aproximadamente dos terceras partes de las plantas cultivadas que se utilizan en la alimentación de los seres humanos dependen de la labor de estos insectos. Sin embargo, la población de abejas disminuyó casi un 90% en los últimos años por el abuso de pesticidas, por la deforestación y la falta de flores, motivo por el que la especie fue declarada en peligro de extinción.
Solo en Argentina murieron en 2018 un total de 72 millones de abejas. En septiembre de 2019, 500 millones fallecieron en Brasil.
Ante este panorama, científicos estadounidenses y canadienses se han propuesto exterminar al “avispón asesino”, y han iniciado una búsqueda de estos insectos a gran escala para evitar que se establezcan en el país y aniquilen las colmenas de abejas. “Esta es nuestra última ventana para evitar que se establezca”, aseguró Chris Looney, entomólogo del Departamento de Agricultura del Estado de Washington. “Si no podemos hacerlo en los próximos años, probablemente no se pueda hacer”, sentenció.
Los científicos creen que los avispones llegaron transportados en carga internacional, en algunos casos deliberadamente, señaló Seth Truscott, de la facultad de ciencias agrícolas, humanas y de recursos naturales de la WSU.
“No trate de sacarlos usted mismo si los ve”, dijo el entomólogo Chris Looney del Departamento de Agricultura del estado en caso de ver uno. “Si te topas con ellos, huye, ¡luego llámanos! Es realmente importante para nosotros saber de cada avistamiento, si vamos a tener alguna esperanza de erradicación”.