Este miércoles a los 77 años falleció el músico y humorista Marcos Mundstock, uno de los más brillantes de su generación, murió a los 77 años. “Después de más de un año de lidiar con un problema de salud que se tornó irreversible, nuestro compañero y amigo finalmente partió”, asegura el comunicado oficial difundido por Les Luthiers, el grupo donde dejó una huella imborrable.
Murió Marcos Mundstock
Su voz de bajo fue marca registrada de Les Luthiers. Mundstock actuó en cine y en televisión, pero en ningún otro lugar fue más feliz que en el escenario que con sus compinches de toda la vida.
Su padre, de origen judío asquenazi y de oficio de relojero, llegó en 1930 al puerto de Rosario procedente de Rava Ruska, una ciudad ucraniana en aquel entonces bajo órbita polaca. Unos años antes, había venido su mamá, quien se instaló en Santa Fe. Un conocido los puso en contacto y se casaron en Rosario, donde nació su hermana. Años después volvieron a Santa Fe, y allí nació Marcos, un 25 de mayo del año 1942.
Divertido y punzante, tranquilo y conciliador, entrañable y atento, sólo levantaba la voz para cantar. Vivía en paz consigo mismo y con su gente, disfrutaba de su trabajo y honró siempre a la palabra amigo.
Estaba casado con Laura Glezer, cardióloga, con quien tuvo a su única hija, Lucía, ferviente madridista como él y que emprendió una carrera como actriz.
El fallecimiento del actor, guionista y exlocutor es el tercero que sufren Les Luthiers, tras los de Gerardo Masana en 1973, a los 36 años, y Daniel Rabinovich en 2015, cuando tenía 71.
Con la retirada voluntaria de Carlos Núñez Cortés a los 75 años de edad, en 2017, tras recibir con sus compañeros en Oviedo el premio Princesa de Asturias de Humanidades, en la actual formación de seis integrantes sólo permanecen dos de los fundadores: Carlos López Puccio y Jorge Maronna.
Sin embargo, el grupo sigue activo porque se fue renovando con las incorporaciones de Tato Turano, Martín O’Connor, Roberto Antier y Tomás Mayer Wolf, quienes durante años habían viajado con Les Luthiers como reemplazantes en sus giras internacionales.
La enfermedad había retirado a Mundstock de la actividad artística en marzo de 2019. Empezó entonces a sufrir problemas de movilidad, pero aún pudo componer un texto brillante que grabó en vídeo para participar así en el Congreso Internacional de la Lengua celebrado en Córdoba (Argentina) en abril de 2019.
En él hablaba sobre la manera en que nos referimos a las distintas mediciones del tiempo en nuestro idioma, que consideraba imperfectas. Por eso propuso una valoración más estricta de tales expresiones en el habla popular: “Propongo”, dijo, “que un lo que canta un gallo equivalga a dos santiamenes y a cuatro periquetes. Y que un me pareció un siglo sea igual a la cuarta parte de una eternidad o a un 0,33% de ya no veo la hora”.
Y lo mismo habría de suceder con los valores que se asignan a las cosas de poca importancia: “Cuando alguien dice me importa un comino, ¿en qué está pensando?: ¿En más o en menos que me importa tres pepinos?..., ¿o en medio pimiento?
También contó en esa intervención grabada el sucedido de un joven escritor que había acudido a un taller literario para que le arreglaran un cuento; y que preguntó cuando le atendieron: “¿Podrá estar para el martes?”.
En ese relato que se escuchó entre risas en el Congreso de la Lengua, Mundstock explicó que en su apócrifa serie de libros de autoayuda, algunos con más éxito que otros, había redactado uno para la colección Temas Eróticos. Y se titulaba así: Manual de autoayuda o autoayuda manual.
Marcos Mundstock es probablemente el ser humano que más ha visto reír a otros. Les Luthiers han ofrecido más de 7.600 presentaciones durante sus más de 50 años de trayectoria. Las risas promedio en cada uno de esos espectáculos rondan las 444 por función. Y a ellas han asistido unos 10 millones de espectadores.
Fuente: Infobae