Singapur.- Lo prometido es deuda. El presidente indonesio, Joko Widodo, cumplió con su palabra, y anunció que la nueva capital de Indonesia, el cuarto país más poblado del planeta (264.935.824 habitantes), se ubicará en el este de la isla de Borneo, famosa por sus orangutanes y por albergar algunas de las mayores reservas de carbón del mundo. Se espera que el traslado ayude a aliviar los acuciantes problemas que ahogan, literal y figuradamente, a la actual principal ciudad: superpoblada, Yakarta padece de graves inundaciones, elevados niveles de contaminación y se hunde a uno de los ritmos más rápidos del mundo.
Indonesia se suma a los países que trasladan sus capitales
Jokowi, como es conocido en Indonesia, se ha hecho popular por batir récords en obras de infraestructura (ha inaugurado recientemente la primera línea de metro en Yakarta), y no parece querer defraudar. Reelegido en abril para un segundo mandato en gran medida por sus ambiciosos proyectos, cuando se presentó por primera vez a las elecciones en 2014 ya se comprometió con mover la capital de Yakarta, que entonces gobernaba. El plan, que llevaba décadas discutiéndose, tiene ahora destino, presupuesto y calendario: el gobierno comenzará a construir la nueva capital a finales de 2020 en el este de Kalimantán (la parte indonesia de la isla de Borneo, repartida con Malasia y Brunéi), entre las ciudades costeras de Balikpapan y Samarinda, y costará cerca de 466 billones de rupias (29.330 millones de euros), el 19% de los cuales provendrá de las arcas públicas y el resto de inversores. El traslado a la ciudad, que alojará inicialmente a un millón y medio de personas y solo afectará a la parte administrativa de Yakarta –que permanecerá como centro financiero–, se iniciará en 2024.
“El gobierno ha llevado a cabo exhaustivos estudios, intensificados en los pasados tres años”, ha asegurado el lunes el presidente en una rueda de prensa. “Entre los motivos para elegir el este de Borneo, el dirigente mencionó que esa isla no es foco de desastres naturales, como sí lo son Java –donde se emplaza Yakarta–, Bali o Lombok, sacudidas por tsunamis, terremotos y erupciones volcánicas en los pasados 20 meses. También apuntó que se halla cerca del centro geográfico del país –que cuenta con unas 17.000 islas– y que dispone de buenas infraestructuras. Pero más que las bondades de Borneo, el presidente ha abundado en la necesidad de desviar la atención de Yakarta, y por extensión de Java.
Con la reubicación de la capital a unos 1.400 kilómetros de la actual, el Gobierno indonesio espera contribuir a diversificar la economía indonesia, reducir las agudas disparidades regionales y distribuir la población de forma más equilibrada; el área metropolitana capitalina genera ahora cerca de la quinta parte del PIB anual. Si el cálculo se extiende para incluir toda Java, donde viven dos tercios de los 264 millones de indonesios, la cifra se dispara hasta 58%.
Las propias circunstancias de Yakarta hacen que el traslado sea imperioso para el presidente. “El caos en Yakarta como centro del Gobierno, de los servicios, de las finanzas y del comercio es demasiado”, ha anotado Jokowi en su intervención.
Concebida para alojar unas 500.000 personas cuando fue fundada por colonos holandeses en el siglo XVII, Yakarta cuenta ahora con una población de alrededor de 10 millones de personas, 30 si se incluye el área metropolitana. Su masiva urbanización ha sido el detonante de un cóctel de por sí explosivo; situada en la confluencia de 13 ríos, la metrópolis ha padecido anegaciones desde sus orígenes, que solo han ido a peor. Sin un desarrollo adecuado de infraestructura, Yakarta se ha hecho prácticamente inhabitable.
A los embotellamientos, la contaminación y las inundaciones se suma su problema más grave: la ciudad se hunde a una velocidad de hasta 25 centímetros por año en algunas zonas, debido en gran medida a las precarias perforaciones del subsuelo realizadas por la mitad de su población, sin acceso a agua corriente. La subsidencia desata la tormenta perfecta, favoreciendo que la tierra se anegue más y empeorando el tráfico.
Cambios para mejor
* Nigeria: Abuya comenzó a construirse en los años 80, destinada a ser capital del país en 1991, en sustitución de Lagos.
* Brasil: Brasilia. La ciudad se fundó en 1960, cuatro años después de haber sido planificada y desarrollada como capital del país, que hasta entonces era Río de Janeiro.
* España: Madrid. Felipe II trasladó la corte de Toledo a Madrid en 1561, cuando la ciudad contaba con 20.000 habitantes y la corte aún era itinerante.