Fue una tarde y noche de fiesta, en el barrio Tiro Federal, porque Patronato pasaba a la final que luego le dio el ascenso a Primera División en 2015. Pero tuvo un capítulo oscuro, previo al partido, cuando una caravana de hinchas dirigida por la Barra Fuerte chocó con la Policía y desde una moto partieron varios disparos de una pistola calibre 9 milímetros. Por milagro no hubo heridos, la balas impactaron en el frente de una peluquería y viviendas aledañas.
El barra de Patronato que le disparó a un policía aceptó una condena
Cristian Grandoli admitió ser el autor de la balacera previa a un partido de Patronato, en 2015, y acordó cumplir tres años de prisión condicional. No podrá ir a la cancha. Un adolescente cumplirá probation
7 de febrero 2017 · 09:02hs
Una investigación paciente llevada adelante por el fiscal Juan Francisco Ramírez Montrull reunió pruebas que permitieron identificar a Cristian Grandoli, quien iba de acompañante en la moto, como el autor de los disparos, y a un menor de edad como quien la conducía.
Finalmente, ayer se realizó la audiencia de juicio abreviado, donde el hombre oriundo de Santa Fe admitió ser el tirador y aceptó cumplir tres años de prisión condicional, así como varias restricciones, entre ellas no concurrir a la cancha de Patronato.
En la audiencia realizada ayer ante la jueza de Garantías Paola Firpo, el fiscal explicó el hecho investigado. Sucedió el 25 de noviembre de 2015, cuando Patronato jugaba con Instituto de Córdoba la semifinal de ascenso. Unas horas antes del partido, una caravana colorida recorrió distintas calles de la ciudad. Al llegar al estadio Grella, en Churruarín y Gorriti, se toparon con la valla policial y desde una moto que guiaba a los hinchas dispararon contra los uniformados. Allegados a la barra sostienen que la Policía disparó primero a un grupo de personas que iban en una camioneta, pero nadie acercó esta versión a la Justicia, y tampoco hubiera cambiado la acusación por el grave hecho. Oficialmente se cree que el grupo de hinchas intentó pasar el vallado policial y un efectivo, a modo disuasivo, disparó con una posta de goma. La estampida del arma policial generó algunas corridas y un barra vació el cargador del arma que portaba.
Además de las pericias de Criminalísticas y un par de testigos, poco a poco, se obtuvieron las imágenes registradas por las cámaras de vigilancia del 911 así como las de comercios o viviendas particulares, ubicadas en las inmediaciones del recorrido de la caravana. En la mayoría se pudo observar que desde una moto, el joven que conducía y su acompañante, iban dirigiendo el recorrido del nutrido grupo de hinchas y decidían los cortes de calle. Y se logró determinar que esos mismos eran los que atentaron contra los policías y pusieron en peligro a los demás simpatizantes que iban a ver el partido. También se contaba con la grabación de la cámara que portaba un patrullero. Luego, se registraron imágenes de la tribuna de Patronato donde asiste la Barra Fuerte en un partido de febrero del año pasado, por parte de la División Seguridad Deportiva de la Policía. El cotejo general de las filmaciones arrojó certeza sobre la participación de Grandoli y el menor en el hecho.
Luego de la imputación en septiembre del año pasado, y de las medidas restrictivas solicitadas por el fiscal y dispuestas por el Juzgado en diciembre, en el marco del Régimen Penal y Contravencional para la Prevención y Represión de la Violencia en Espectáculos Deportivos, las partes comenzaron un diálogo que arribó al juicio abreviado.
Asistido por el defensor Marcos Rodríguez Allende, Grandoli, domiciliado en Alto Verde de la vecina capital, aceptó la pena condicional así como las prohibiciones de acercarse al club Patronato los días de partidos, entre otras normas de conducta, como realizar tareas no remuneradas en una institución de bien público.
La magistrada anunciará hoy al mediodía si homologa o no el acuerdo. Respecto del menor de edad, acordaron una suspensión del juicio a prueba (probation), pero la jueza Firpo remitió la causa al Juzgado Penal de Niños y adolescentes de Paraná, a cargo de Pablo Barbirotto.
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Salpicado por otra balacera
Unos días después de aquella balacera, se produjo un hecho de sangre en el barrio Villa Sarmiento que tuvo como víctima a Mario Muñoz y a Diego Buschiazzo, un jugador de Instituto de Paraná. El 8 de diciembre de 2015, dos sujetos a bordo de una moto pasaron y efectuaron varios disparos contra Muñoz, que caminaba por la vereda de Vucetich y Soler, pero además una bala impactó en el cuelo de Buschiazzo, que estaba en un comercio comprando leña para hacer un asado con su familia. El joven quedó entre la vida y la muerte durante varios días, y sobrevivió. Muñoz, en tanto, había sido herido pero no peligró su vida.
La pericia balística sobre las vainas servidas secuestras pudo determinar que el arma utilizada en la balacera en Patronato y la que hirió a los dos hombres días después en Villa Sarmiento, era la misma. Sin embargo, no se hallaron hasta ahora más evidencias para imputar a alguien en el segundo caso.
Al respecto, el fiscal Ramírez Montrull explicó a UNO: "En la tarea investigativa que se continúa en la causa Buschiazzo, no hubo ningún elemento que pueda acreditar que haya sido Grandoli el que portaba esa arma. Otro dato que se tuvo en cuenta para no imputarle ese hecho es que esa pistola también había sido usada anteriormente por distintas personas vinculadas a Patronato. Quienes efectuaron los disparos pasaron en una moto a alta velocidad y ninguno de los testigos en el lugar del hecho pudieron identificarlos porque llevaban el casco puesto, y eso llevó a que hasta ahora no se conozcan los autores".
Como informó UNO en aquel momento, la hipótesis principal de los investigadores era que en ese ataque sicario querían matar a Muñoz como una venganza. Resulta que este hombre es hermano del exjefe de la barra brava de Patronato y exhombre fuerte del Municipal, conocido como Carao. Este había intentado asesinar al actual líder de la Barra Fuerte, Gustavo Barrientos, el 16 de enero de 2011: lo balearon cuando entraba a su casa, Petaco quedó en Terapia Intensiva y se recuperó. Desde entonces, él y su gente "se la juraron".
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El hombre que vive por el error de dos sicarios
Cristian Grandoli fue protagonista de otro hecho de sangre que conmocionó a la ciudad de Santa Fe el año pasado, sin haberlo presenciado.
El hombre se alojaba en una casa de la Uocra en calle Junín al 2.700 y se manejaba en una Renault Kangoo gris. Por causas que se desconocen, dos sicarios fueron a matarlo el viernes 29 de octubre. Pero se confundieron: aquella noche, los atacantes en una moto se pusieron a la par de otra Kangoo gris conducida por un hombre bastante parecido, que vive al lado de la vivienda donde residía Grandoli. Le dispararon dos veces en el rostro y huyeron.
Se trataba del trabajador de diario UNO de Santa Fe, Néstor Vázquez, que regresaba a su casas de trabajar en el cierre de una edición, como diagramador.
Nestum, como le dicen, estuvo muy grave pero logró sobrevivir y salió adelante. La mala suerte que tuvo se compensó con la fuerza que demostró para recuperarse de semejante ataque.
Grandoli fue citado a declarar por el fiscal de Homicidios de Santa Fe, Jorge Nessier, pero dijo que no tenía idea de por qué querrían matarlo. Poco después la causa se paralizó y el fiscal no profundizó ninguna pista para dar con los sicarios. Una trama muy pesada existe atrás del episodio que nadie quiere destapar.