Tamara Almada/Redacción UNO
Una historia de amor, superación y ejemplo: Las trillizas Stieben cumplen 15
Foto UNO / Juan Manuel Hernández
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Desde su llegada al mundo fueron sumamente especiales. Las trilli de Paraná son un caso poco común en el mundo: trillizas y gemelas. Está situación se da una vez entre 200 millones de embarazos. Luisina, Lucía y Luciana compartieron la misma bolsa amniótica en el vientre de su mamá, fue noticia aquel 8 de agosto del año 2003 cuando nacieron pero más resonante fue para los medios de comunicación contar, en diciembre del mismo año que, tras cuatro meses de internación, fueron dadas de alta de Neonatología del aquel sanatorio.
Este año cumplirán 15 años. Se las ve grandes, algo tímidas y hermosas; aunque para Maria Eugenia – su mamá – siguen siendo aquellas pequeñas bebas que apoyó en su pecho con tan solo 36 semanas de vida. Entre las tres no llegaban a los 4 kilos, situación lógica en este tipo de embarazos, según relata.
Luisina fue la más grande, pesó 1,600 kilos y no necesitó incubadora. Mientras que Luciana atravesó más complicaciones, pesó sólo 800 gramos y tuvo que ser intervenida quirúrgicamente por un problema en la vista, debido a que el poco espacio en el vientre de su mamá hizo que el cordón umbilical la presionase sin permitirle un correcto desarrollo. Lucía pesó 1,200 kilos y fue la segunda que nació, describe la orgullosa mamá, en la Redacción de UNO mientras las niñas se sonríen algo sonrojadas.
Con mirada dulce, inteligentes y la picardía típica de la edad, las hermanas se mostraron muy abiertas para contar qué les gusta, qué piensan y qué modificarían de la sociedad.
Las trilli, como las llama su mamá, cursan el tercer año en la escuela Olegario Victor Andrade con los mejores promedios del curso: "Nos encanta estudiar, nos va re bien. Tenemos buenas notas, puros 9 y 10" coincidieron las hermanas casi a coro. Matemáticas, lengua y geografía son sus materias preferidas. Comparten que sólo se parecen físicamente pero que, en sus ideales, estudiar y ser responsables con el colegio es lo más idéntico que tienen.
Sentadas una al lado de la otra y con atuendos que resaltaban sus ojos verdes explicaron que cuando eran más pequeñas solían pelearse mucho. "Sólo porque éramos chicas. Es lógico que a esa edad pelees con tus hermanos" destacó Luciana, mientras gestualiza con la cabeza y las cejas. Uno de los motivos que llevaba a pelear eran los celos, "Luisina es la más celosa" coincidieron dos de las hermanas, se sonrieron y Luisina, explicó: "Sí, me ponía celosa. Antes no me gustaba compartir mis amigos pero, a la vez, tampoco quería compartir a mis hermanas", las demás asienten con la cabeza, inclusive su mamá.
Les encantan los animales. "En casa siempre tuvimos perros. Hoy vivimos con cinco, algunos de raza y otros mestizos: Pulga, Osita, Tucho, Peligro y Jeicko", cuenta Luciana y aprieta sus puños acercando las manos a los hombros, sonríe: "Me llevaría a casa a todos los de la calle. Es inevitable ver un perro y no querer acariciarlo".
La fiesta de 15
El próximo 8 de agosto, las Trilli cumplirán 15 años, la fiesta será tres días más tarde. "Ya tenemos todo, falta definir algunos detalles" contó Lucía mientras sus hermanas la miran atentas. Con respecto a los invitados explicaron que costó un poco definir la lista pero lo hicieron teniendo en cuenta la democracia, "si una quería invitar a alguien y las otras dos no, listo no lo invitamos porque la mayoría no quiso" dijo Luciana sonriendo ya que recordó un ejemplo de la situación.
Ninguna de las tres quiso contar de qué color será el vestido que lucirán pero adelantaron: "Son todos iguales, de distintos tonos. Los zapatos también son los mismos" explicaron mientras hacían señas de cómo será la parte de arriba. Se mostraron ansiosas y felices por tener todo resuelto.
"Nos gustan las luces más que los globos o las telas" coinciden respecto al salón. Y con respecto a la música confían que se escuchará de todo, "hasta cuarteto y cumbia" dijo Luciana. A lo que Luisina gestualizó con el rostro -mostrando disconformidad - porque le gusta más la música romántica, como Prince Royce, citó un ejemplo. Las tres coincidieron "la música de ahora no nos gusta. Menos el reggaeton porque es muy zarpado" explicaron. Y agregaron: "habla mal de las mujeres, eso no es bueno".
"El fútbol es lo mejor que existe"
Las trillizas comparten su amor por la redonda. De todo lo que hablaron, el fútbol fue lo que más destacaron. Se notó en el tono de voz, en sus expresiones y en la inmensa sonrisa que mantuvieron: jugar a la pelota las apasiona. Son hinchas de Boca Juniors y del Barcelona de España. No descartaron a Messi pero indicaron ser fanáticas de la forma de juego y no del jugador, precisamente.
Lucía es delantera. Y explicó cómo llegaron a ser parte de "Las Vampirezas", equipo de fútbol femenino del Club Universitario de Paraná. "Una tarde estábamos en casa y nos fue a buscar Juan Comas, director técnico, para ir a practicar al Hipódromo. Ya nos conocíamos porque nos veía jugar en la plaza del barrio. Ahí empezó todo y creció este amor"
Luisina y Luciana son defensoras. A la primera le gusta todo lo relacionado a sacar la pelota y marcar. Mientras que Luciana prefiere correr, reconoce no ser tan buena como sus hermanas pero siente amor y considera que eso es suficiente para poder jugar.
A las tres les gustaría jugar en el seleccionado nacional de fútbol y no entienden porque la mayoría de las personas critican a las mujeres que practican el deporte: "Siempre hay alguien que nos dice que es un deporte de chicos pero no nos importa, a nosotras nos gusta y no vamos a dejar de jugar" contó Lucía y observó a sus hermanas para que adviertan estar de acuerdo. A lo que Luciana, agregó: "a mi me haría feliz que reconozcan el fútbol femenino como lo hacen con el masculino. Parece que a nadie le importa lo que hacemos las mujeres, hay muchas que son re buenas pero muy pocos le dan la importancia que merecen" reflexionó.
Superación y lucha
María Eugenia Benítez acompañó a sus "pimpollitos" a UNO, y así lo hace a cada lugar dónde se dirigen. También trajeron a Alma, la hermanita menor.
"Las trilli me cambiaron la vida. Yo estaba recientemente separada cuando me enteré que venían. Me hice una ecografía y eran tres, salí del médico y me senté en un cordón a llorar: un poco preocupada pero, a la vez, me sentí bendecida" explicó la mamá totalmente emocionada.
Recordó que allá por el año 2003, al nacimiento de las bebas, tuvo que pedir ayuda porque no tenía un trabajo formal y atravesaban una difícil situación económica: "Nos ayudaron muchísimo, iban a casa a conocer las gorditas y nos donaban pañales, leche, de todo. Nunca me voy a olvidar de eso".
Actualmente viven en barrio Gazzano. "Tenemos una casita humilde que voy arreglando de a poco" contó María Eugenia. Allí conviven ella, las trillizas y Alma de 7 añitos, sus hijos mayores viven con su padre en otro hogar. "No vivimos cómo me gustaría – darles lujos – pero somos felices, compartimos. Les enseñé valores como el amor, la responsabilidad y la educación. Esa fue mi base y sustento" aseveró.
El futuro
Para el futuro de sus niñas María Eugenia ruega "que no les falte nada, que estudien, que sean felices". Se emociona. Sus hijas la rodean, la abarzan, le demuestran y devuelven amor. Y la escena es el corolario de la nota. Se apaga el grabador y lo único que resta es el deseo de una excelente vida y un maravilloso cumpleaños para esas "pichonas" prestas a levantar vuelo y hacer orgullosa a su mamá.