Martín Chemez es uno de los fundadores de Tierra Bomba, el bar cultural que cumple diez años en Paraná. Junto a su hermano, puso en marcha un proyecto que empezó como una peña y se transformó en un espacio clave para la escena musical local. A días de celebrar el aniversario, visitó la redacción de UNO y repasó el recorrido de esta propuesta que combina gestión, sensibilidad artística y trabajo colectivo.
Tierra Bomba, el corazón cultural de la noche, cumple una década en Paraná
Martín Chemez, uno de los dueños de Tierra Bomba, visitó la redacción de UNO. Habló de cómo surgió la idea y su compromiso con la cultura
Por Fernanda Rivero
FERNANDA RIVERO / UNO
Tierra Bomba
Beats Modernos
Tierra Bomba, Urquiza 1214
Tierra Bomba, por Martín Chemez
Durante la entrevista, se mostró amable, claro y relajado. Contó cómo nació la idea, qué encontraron en esa casa antigua del centro donde funciona el bar y por qué siguen apostando por un modelo cultural independiente. También reflexionó sobre el rol que ocupa Tierra Bomba en la ciudad y lo que significa sostener un espacio alternativo a lo largo del tiempo.
El comienzo: una peña
La historia de Tierra Bomba empezó entre hermanos, con la música como punto de encuentro. Martín y su hermano compartieron desde chicos una relación cercana, atravesada por lo musical. “Siempre jugamos con la música de distintas formas, íbamos juntos a recitales, compartimos gustos, espacios. La idea de hacer algo en torno a eso ya venía dando vueltas”, recordó.
El impulso final llegó desde lejos: un viaje a Colombia, donde Martín cursó un intercambio. “Mi hermano fue a visitarme y en ese viaje fuimos a una isla que se llama Tierra Bomba. Ahí terminó de tomar forma la idea de hacer una peña. Pensábamos en una fiesta popular y con bandas en vivo”, explicó.
Al volver, empezaron a buscar dónde hacer esa primera peña. La idea original era algo itinerante, sin lugar fijo. Pero apareció una casa en pleno centro de Paraná que cambió los planes. “Mi hermano daba clases ahí porque era parte de un instituto. Pedimos prestado el espacio para hacer la primera fecha. Desarmamos las aulas y armamos todo para ese evento”, contó.
La casa no era una más. Antigua, de valor patrimonial, con historia. “A mí siempre me interesó lo arquitectónico. Y esta casa tenía algo especial. Entrás y sentís una energía distinta. Después fuimos conociendo la historia del lugar, y también lo que había pasado allí en épocas oscuras. Entonces apareció la idea de resignificar: donde antes hubo dolor, ahora hay arte y música”, señaló.
Compromiso y comunidad
Para Martín, Tierra Bomba es más que un espacio para conciertos; es un proyecto con valores claros y una apuesta por la autenticidad. “Más allá de lo artístico y sensorial, para mí es fundamental lo humano. Queremos que todos estemos en una misma sintonía, disfrutando de la música y la experiencia. La horizontalidad es clave”, explicó.
Destacó que no están dispuestos a sacrificar la esencia artística por razones comerciales: “Nos importa que el arte sea genuino, que tenga un mensaje que nos represente. No vamos a invitar a tocar a alguien solo porque pueda traer público o dinero si no conecta con lo que queremos mostrar”. Sobre el vínculo con la cultura local, Martín afirmó que Tierra Bomba se ha consolidado como un escenario al que los artistas quieren volver. “Sabemos que no es fácil sostener un espacio así. Por eso tratamos de ofrecer las mejores condiciones técnicas, una buena producción, y un ambiente cuidado. Creemos que la relación es de enriquecimiento mutuo: el espacio crece c
on los artistas y el público”, sostuvo.
El lugar que ocupa Tierra Bomba en el mapa cultural de Paraná lo describe con sencillez y realismo: “Hay muchos espacios importantes en la ciudad. Creo que Tierra Bomba es un lugar necesario, parte de una red que sostiene la cultura local. Por eso es importante que se reconozca ese trabajo, que lleva tiempo y dedicación”. Resaltó además la importancia del Estado en la visibilización y apoyo a las industrias culturales, sobre todo tras los golpes de la pandemia, cuando se vio claramente que la cultura es esencial para la salud mental y la vida social.
Para Martín, la resistencia cultural es esa convicción de sostener un proyecto que va más allá del negocio. “La clave para durar es creer en el mensaje y en lo que hacemos”, dijo. También destacó que el trabajo en equipo y el disfrute son claves. “Cada noche tiene su historia. Por ejemplo, hubo una vez que tocó Gauchito Club y se cortó la luz. Terminamos haciendo el show con un grupo electrógeno y a la luz de las velas. Eso le dio una mística especial a la noche. Momentos así no se olvidan”, recordó con una sonrisa.
Cuando se le preguntó qué hace tan especial a Tierra Bomba, fue claro: “Creo que es el amor con el que hacemos todo. Nos detenemos en cada detalle para que la experiencia sea completa, desde que alguien recibe un flyer hasta que sube la banda al escenario. Pensamos en cómo debe estar el ambiente, qué música se escucha mientras esperan. Cada cosa está pensada con mucho cuidado”.
Sobre el público, Martín explicó que es amplio y diverso, y que con el tiempo se formó una comunidad que comparte valores y se siente en Tierra Bomba como en casa. “Algunos conocen la casa desde sus comienzos, otros se sumaron después, pero todos comparten buena onda y respeto. Para nosotros es un lugar protegido, donde se pueden vivir experiencias distintas”, concluyó.
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Programación
Este mes Tierra Bomba está de fiesta por su primera década. La celebración arranca el jueves 19 de junio con “Chau cuatri”, la clásica despedida de cuatrimestre organizada por la Facultad de Ciencias Económicas de la UNER.
El viernes 20 será la gran noche del “Cumple Bomba”, una jornada sin cargo, con entrada libre y gratuita, llena de regalos, sorpresas y el tradicional Fogón Bomba con comida. Esa noche se conmemora la primera Peña que dio origen a Tierra Bomba.
El sábado 21 subirán al escenario Factor Fun y El Combo Mutante. La entrada seguirá siendo gratuita hasta las 22:30, ideal para disfrutar de música en vivo en un ambiente relajado y amigable.
Además, la programación continúa el viernes 27 con la presentación de Militantes del Clímax y el sábado 28 con Federico Simonetti, ofreciendo una propuesta variada para todos los gustos.