El empresario Sergio Lifschitz compartió su historia de vida marcada por la pasión, la resiliencia y el compromiso con la ciudad de Paraná. Es un emprendedor versátil que ha encontrado la manera de crecer en aquello que le gusta hacer desde pequeño. Comenzó con un gran paso a los 17 años cuando se mudó a Israel.
Sergio Lifschitz: el esfuerzo y la recompensa a largo plazo
Sergio Lifschitz: vicepresidente del Club de Volantes Entrerrianos, emprendedor, fundador de la empresa ESCO y creador de Agramin, tambo y genética lechera.
Sergio Lifschitz: de ordeñar vacas en Israel a empresario en Paraná
Sergio Lifschitz: de ordeñar vacas en Israel a empresario en Paraná
Una vida adulta que comenzó en Israel y en un corralón
Lifschitz nació y creció en Paraná, “alrededor de la plaza Sáenz Peña”. A los 17 años dejó la casa familiar, buscando independencia en una época sin celulares ni internet. “Me fui un año a Israel a trabajar, no por necesidad sino por aventura. Vivía en un kibutz, sin sueldo, pero con casa y comida”, recordó durante un nuevo ciclo de entrevistas que se lleva a cabo en Radio La Red Paraná (88.7) por los 25 años de Diario UNO. El viaje lo marcó. “Ordeñaba vacas. Era un trabajo bastante pesado; sin feriados, pero aprendí mucho. A esa edad no tenés miedo, solo ganas”, contó.
De regreso en Paraná, el empresario se sumó al negocio familiar: un corralón que tomó junto a su hermano tras la enfermedad de su padre. Con apenas 21 años, asumió una responsabilidad enorme: “Nos hicimos cargo con empuje. A los 27 años ya teníamos otras sucursales”, precisó ya que considera fundamental el crecimiento con paciencia cuando de emprender se trata. Confesó que no le teme al fracaso. "No hay que llorar por la leche derramada": “Si algo sale mal, lo analizo y sigo. No busco excusas, busco soluciones” confesó en la charla.
Empresas, deportes y solidaridad
Hoy Sergio Lifschitz lidera múltiples empresas, entre ellas ESCO, firma que hace más de 40 años “está parada firme”, (incluso en crisis como el Corralito). Se trata de una empresa de capitalización y ahorro ubicada en Gualeguaychú 763 de Paraná. Por otro lado, recordó que patrocina al último campeón del fútbol argentino: Platense, vínculo que surgió gracias a su amistad con el exfutbolista y entrenador, Martín Palermo (exdirector técnico del Calamar): “Es un club grande, con pasión y valores de barrio. Nos sentimos identificados”. Además, es vicepresidente del Club de Volantes Entrerrianos. Lifschitz es un hombre de perfil bajo que pocos conocen en los medios de comunicación pero que con su impulso solidario también dejó huella en la sociedad. Por ejemplo, en una oportunidad, organizó cenas y remates para dotar de equipos oncológicos al Hospital de Niños. “No me gusta contarlo, pero es lindo que otros lo imiten ”.
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La importancia de la familia
Sergio Lifschitz valoró profundamente la vida familiar en su proceso. Lleva casi 20 años con su pareja: “Ella es la nafta de mi motor”. Con sus hijos apuesta a un legado más ético que económico: “Les di lo que tenía que dar como padre. Lo que más me dejó mi viejo fue su nombre limpio. Eso quiero dejar yo también”. Asegura que vive haciendo lo que ama y no se mueve de Paraná por nada del mundo: “Amo esta ciudad. No hay oferta que me saque de acá”.