Pedro Larsen tenía 79 años cuando el sábado 1º de diciembre de 2018 fue hallado sin vida en su casa, ubicada en barrio Bajada Grande, en la intersección de Procesión Náutica y Cortada H, de Paraná. El hombre murió como consecuencia de un fuerte una puñalada, en circunstancias del robo de dinero que tenía en su casa. El caso tiene tres imputados, pero desde el inicio fue difícil establecer la participación de cada uno y el rol que cada cual habría tenido en el hecho.
Buscarán develar la trama oculta de un asesinato con tres hombres imputados
Desde hoy a las 9 comenzarán a ser juzgados Alberto Daniel García, de 40 años; Rafael Valentín Martínez, alias Rafa, de 26; y Diego Gabriel García, de 27. Los tres enfrentan pedidos de pena de prisión perpetua. En la audiencia de remisión de la causa a juicio, el fiscal Juan Malvasio adelantó que pedirá la pena más grave del Código Penal para los tres, ya que les endilga el delito de Homicidio criminis causa en concurso real con Robo simple.
El defensor público Jorge Sueldo representa a Martínez y a Diego García, mientras que la defensa de Alberto García está a cargo de José Velázquez y Leopoldo Cappa.
Daniel García vivía a corta distancia de la casa de la víctima. En su domicilio se encontraron 8.950 pesos en efectivo que estaban escondidos entre la ropa. Casualmente, se supo que Larsen, horas antes de ser asesinado, había extraído 9.000 pesos y que en una despensa había gastado cerca de 50 pesos.
Una de las hipótesis iniciales en la investigación había sido que entre los familiares tenían la información de que Larsen pocos días atrás había ganado en un bingo una suma cercana a los 70.000 pesos, y uno de los allegados decidió guardar ese dinero en otra propiedad. Ese dato habría llegado a los sospechosos, quienes fueron a buscar el dinero, y como la víctima se habría resistido, pudo haber sido ultimado en esa circunstancias. El médico forense constató que Larsen había muerto como consecuencia de una puñalada en el pecho.
La situación más extraña que rodea el caso es que la Policía encontró en la casa de la víctima a un hombre que, a la sazón, fue uno de los acusados. Era el principal testigo del asesinato. Dijo que le hacía changas a la víctima, razón por la cual, argumentó, estaba allí. Dijo a todos los policías que habían llegado que, momentos antes, entraron a la vivienda dos delincuentes armados con cuchillos y que fue el primero en recibir un golpe en el rostro que lo desmayó.
En Bajada Grande el asesinato de Larsen causó mucho dolor porque era una persona querida en el barrio. Ahora, luego de más de un año de espera, sus allegados aguardan que se haga justicia. Hoy comienza a revelarse la trama de un caso complicado.