En los tres años y cuatro meses que pasaron desde el femicidio de Micaela García, fueron mayores los avances que se produjeron a nivel social e institucional en materia de violencia de género, que los acuerdos en la Justicia sobre qué sucedió en la madrugada del 1º de abril de 2017 en Gualeguay. La joven dejó un legado con sus prácticas para transformar la realidad. Mientras, el expediente sigue su curso en distintas instancias judiciales.
Caso Micaela García: STJ avaló el fallo del Tribunal gualeyo y no juzgarán de nuevo a Pavón
Por José Amado
Ya nadie discute que el violador serial Sebastián Wagner fue el autor del femicidio; el pleito sigue alrededor de Néstor Pavón, condenado a cinco años de prisión por encubrimiento, al ayudarlo a Wagner (su empleado en el lavadero) a escaparse hacia Buenos Aires.
La Fiscalía y la querella buscan sentarlo en un nuevo juicio para lograr condenarlo por coautor del asesinato: habían logrado que la Cámara de Casación Penal de Paraná ordenara un nuevo juicio, pero esta instancia se vio frustrada ahora porque el Superior Tribunal de Justicia de la provincia respaldó el fallo del Tribunal gualeyo.
Los acusadores insistirán ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, pero mientras tanto Pavón ya ha cumplido con los dos tercios de la pena y, si mantuvo buena conducta en la Unidad Penal Nº 7, estaría en condiciones de obtener la libertad condicional.
En esta instancia del recurso extraordinario, según la resolución publicada por Entre Rìos Ahora, la Sala Penal del STJ (Daniel Carubia, Miguel Giorgio y Claudia Mizawak) plantearon que tanto la Fiscalía como la querella debían conformarse con el fallo del Tribunal Juicio de Gualeguay, presidido por Eduardo Cadenas, porque sentenció tal como ellos lo habían pedido.
La cuestión fue que en los alegatos del juicio los acusadores solicitaron, respecto a Pavón, dos hipótesis: la primera, que fue coautor del femicidio junto a Wagner y debía recibir la prisión perpetua; la segunda (denominada “subsidiaria”), que fue encubridor de Wagner cuando lo ayudó a fugarse. Entonces, los jueces gualeyos dictaron una sentencia tal cual lo pidieron en la segunda hipótesis. Pero luego, tanto la Fiscalía como la querella, insistieron en la primera con un recurso de Casación.
Ahora, lo que sostuvieron Carubia, Giorgio y Mizawak es que la acusación no debía quejarse en absoluto, si justamente el Tribunal había resuelto tal como lo pidieron en la segunda opción: “Falló de acuerdo a lo estrictamente solicitado, luego de considerar fundadamente que no se verificó la hipótesis principal”, sostuvo Carubia en su voto, indicaron.
Además, los vocales del STJ cuestionaron que haber mantenido las dos hipótesis acusatorias “proporciona un mensaje que encierra una clara contradicción y una evidente carencia de certeza en la acreditación de la hipótesis principal o más grave. En el caso concreto, las dos hipótesis alternativas de la acusación, más que alternativas o subsidiarias se presentan claramente disyuntivas; la verificación de una de ellas necesariamente excluye a la otra, lo cual revela la endeblez de la hipótesis principal”.
Tal como ha sucedido en el caso de Gisela López, cuyo femicidio ocurrido en Santa Elena en abril de 2016 permanece impune, la Sala Penal del STJ vuelve a asestar un golpe a la Procuración General y a la Cámara de Casación Penal de Paraná, en sus pretensiones de volver a juzgar a imputados que han obtenido absoluciones o condenas distintas a las solicitadas por la Fiscalía. En ambos casos hubo largos derroteros judiciales con abundancia de teorías jurídicas, pero lo que siempre estuvo de fondo es la falta de pruebas para sustentar en forma contundente una prisión perpetua.
Si bien el STJ ordenó conformar un nuevo tribunal de Casación para que resuelva la discusión rechazando el reclamo de los acusadores, estos irán ante el máximo tribunal del país. Pero se sabe que llegar a esta instancia lleva su tiempo, a veces años. Mientras, Pavón pedirá recuperar la libertad.