El viejo líder eligió dejar Madrid para volver definitivamente al país el 20 de junio de 1973, y de esta forma le ponía fin a un exilio de 18 años.
Perón: a 45 años de la muerte de un líder
Pero lo que debía ser una fiesta popular que iba a celebrarse en la inmediaciones del aeropuerto de Ezeiza se convirtió en un confuso y nunca esclarecido enfrentamiento.
Sectores de izquierda y derecha del peronismo chocaron a sangre y fuego en una jornada que dejó un saldo impreciso de muertos y heridos. Esos hechos determinaron la renuncia de Héctor Cámpora a la Presidencia, tras 49 días de gobierno, y el llamado adelantado a elecciones en la cuales el viejo caudillo se presentó en una fórmula junto a María Estela Martínez de Perón, conocida popularmente como Isabelita.
El 23 de septiembre, Perón se consagró presidente por tercera vez con el 62% de los votos, en tanto que la fórmula del radicalismo que integraban Ricardo Balbín y Fernando de la Rúa obtenía el 24% de los votos. Sin embargo, la confrontación entre los sectores ortodoxos y la tendencia revolucionaria del peronismo prosiguieron y se convirtieron en una constante a partir del segundo semestre de 1973.
Dos días después de este contundente triunfo electoral, el dirigente metalúrgico José Ignacio Rucci era asesinado a balazos.
Paralelamente, la banda parapolicial Tripe A, bajo el amparo del ministro de Bienestar Social José López Rega había iniciado una campaña de persecución y asesinatos contra dirigentes y personalidades identificadas con posturas de izquierda.
En medio de las tensiones entre la izquierda y la derecha del peronismo, El 1º de mayo, durante una concentración en Plaza de Mayo, Perón llamó “imberbes y estúpidos” a los Montoneros, que se retiraron en medio del discurso del líder. En ese mismo mes se registró una inflación del 3%; había desabastecimiento de algunos productos de la canasta básica y, ante este panorama, Perón decidió dirigirse a la población por cadena nacional de radio y TV, en el mediodía del 12 de junio.
La CGT decretó un paro en respaldo al Presidente y en cuestión de horas la Plaza de Mayo estaba llena, y en ese escenario, Perón cerró su último discurso con una frase que quedó marcada a fuego en la memoria popular: “Llevo en mis oídos la más maravillosa música que es la palabra del pueblo argentino”.
La salud de Perón empieza a empeorar en la última quincena de junio y el sábado 29, en horas del mediodía, debe delegar el mando en Isabel. En la mañana del lunes 1º de julio de 1974, Perón recibe la extremaunción de parte del sacerdote Héctor Ponzio en Olivos y ese día a las 13.15, los médicos Pedro Cossio y Jorge Taiana, junto con los doctores Domingo Liotta y Pedro Vázquez, firmaron el certificado de defunción.