Por primera vez en Entre Ríos los partidos tradicionales no estarán al frente de un gobierno democrático, estableciendo un nuevo mapa político y de poder luego de las elecciones generales del 22 de octubre. Si bien la Unión Cívica Radical (UCR) es parte del frente que se impuso en los comicios, Rogelio Frigerio, el gobernador electo, es una figura surgida de las filas del PRO y en esencia es uno de los referentes de Cambiemos, la coalición política fundada en 2015 en Gualeguaychú por varias fuerzas partidarias, entre ellas la UCR. Como parte de esta nueva etapa institucional en la provincia, en la semana se puso en marcha oficialmente la transición entre el gobernador saliente, Gustavo Bordet, y el mandatario electo, Frigerio, que asumirá en el Poder Ejecutivo el 10 de diciembre.
Entre Ríos: los entretelones de las transiciones de Gobierno
Según el diccionario de la Real Academia Española (RAE), el término transición significa la “acción y efecto de pasar de un modo de ser o estar a otro distinto”. En rigor, equivale al comienzo de una transformación radical que es probable se acentúe con la asunción del nuevo gobierno con medidas dirigidas a achicar el gasto político y definir nuevas pautas de gestión. Desde la restauración de la democracia en 1983 hasta la actualidad, en Entre Ríos los ciclos de transición no siempre fueron amables y en buenos términos, como el que se inició entre el gobernador Gustavo Bordet y quien lo sucederá en el sillón de Urquiza, el economista Frigerio.
Los entretelones del poder
El poder político de Entre Ríos se caracterizó por figuras de alto perfil y con un fuerte culto del personalismo cuando asumieron en el más encumbrado cargo ejecutivo. Así sentían la política los exgobernadores Jorge Pedro Busti y Sergio Alberto Montiel, quienes manejaron los destinos de la provincia en los primeros años de recuperación democrática. En diferentes períodos institucionales debieron encabezar los procesos de transición institucional cuando en el poder se alternaban el peronismo y el radicalismo.
Uno de los dirigentes entrerrianos convocados por UNO para rescatar aquella experiencia es el exdiputado nacional, Emilio Martínez Garbino. “Tengo muy presente la transición entre Busti y Montiel, creo fue una transición no del todo armónica. Fueron distintos estilos, las formas eran diferentes; vuelvo a insistir que en esto de la transición tienen mucho peso las características personales de quienes son los actores”, recordó sobre aquella etapa.
Por su participación militante dentro del peronismo, Martínez Garbino pudo ser testigo de los entretelones del poder cuando el bipartidismo dominaba la escena política provincial: “Busti y Montiel tenían personalidades muy fuertes y seguramente eso de alguna manera costaba para alcanzar un diálogo más franco. Bienvenido sea que tengamos dirigentes que puedan conversar más allá de sus distintas pertenencias”.
El exintendente de Gualeguaychú sigue vinculado a la política a través de una vertiente peronista denominada Entre Todos Entre Ríos (ETER), junto al exgobernador Mario Moine, el exlegislador Augusto Alasino, entre otros dirigentes. Consultado sobre el inicio de la transición entre las actuales autoridades provinciales opinó que “me da la impresión que va a ser una transición ordenada y amistosa, porque los perfiles tanto del actual gobernador como del futuro gobernador ayudan muchísimo en ese aspecto. Eso va a favorecer para que no haya una fractura entre una administración y otra. Uno lo conoce a Frigerio y lo ve como una persona que busca el diálogo, busca la armonía, el consenso, que más allá de las pertenencias políticas, lo que él considere que sea bueno, como algún funcionario, seguramente los va a mantener”.
Transiciones y tensión
El abogado Julio Rodríguez Signes, actual Fiscal de Estado de la provincia, recordó que las anteriores transiciones de gobierno se caracterizaron por un clima de tensión, incluso entre gobernadores del mismo signo político. “En otras oportunidades hubo muchísima tensión, incluso entre exgobernadores del mismo partido. Recuerdo cuando termino su gestión en 1995 el exgobernador Moine y asumió el exgobernador Busti, se sancionó una Ley de Emergencia en los últimos días de la gestión para que pudiera gobernar el doctor Busti”, graficó el funcionario provincial.
Primero como empleado público y luego como funcionario, Rodríguez Signes tiene presente que los traspasos de mando siempre fueron diferentes, algunos de ellos marcados por conflictos en materia salarial. En su reseña dijo que “hay que acordarse de la Ley 8706, las Leyes de Emergencia, también la Ley 9235; siempre hubo un conflicto. Hemos estado muy marcados por la coparticipación. Los años ’90 fueron muy lesivos para la provincia, muy dañinos, porque se firmó el Pacto Fiscal de 1992, por el cual la Provincia perdió el 15% de la coparticipación. Eso ahora no se está dando, la Provincia está balanceada desde el punto de vista presupuestario, las obligaciones se van a poder cumplir normalmente”.
En otro pasaje rescató el comienzo de la primera gobernación de Gustavo Bordet, etapa en la que el oficialismo experimentó problemas para pagar los sueldos estatales. “En 2015 cuando asumió el gobernador Bordet tenía dificultades para pagar los sueldos. Y el antecedente que se registra de una reunión Bordet-Frigerio fue en 2015, en Buenos Aires: Frigerio era el ministro del Interior y Bordet el gobernador electo. Justamente el tema era como asumían las provincias las obligaciones inmediatas que tenían, de pago de sueldos y aguinaldo. Eso entiendo que está resuelto en esta transición”, señaló en declaraciones a Radio La Voz.
Rodríguez Signes, uno de los funcionarios que tendrá continuidad en la nueva gestión, valoró algunas medidas consensuadas entre Bordet y Frigerio. Una de ellas es el proyecto de Presupuesto 2024. Según el Fiscal de Estado “el gobernador electo lo analizará, con una composición legislativa nueva. Hay concursos que se han hecho en el Tribunal de Cuentas, Contaduría, Tesorería y también de jueces que han tramitado en el concurso en el Consejo de la Magistratura”.
Resurgir democrático
La figura de Sergio Montiel dejó una huella imborrable por haber sido el primer gobernador entrerriano electo en pleno resurgimiento de la democracia. El recuerdo de esa etapa y de su segundo mandato quedó reflejado en el testimonio de Ana D’Angelo, exlegisladora provincial y unas las militantes más fervientes del radicalismo durante la presidencia Raúl Alfonsín. “El primer gobierno de Montiel no terminó mal. Lo que sí estábamos en un proceso inflacionario, que empezó en ese momento. Eso hizo que la falta de solución de algunos problemas y la expectativa que la gente tenía en ese momento, no pudieron ser satisfechas. Después vino un gobierno de otro signo político como fue el de Busti”, precisó a UNO.
Sobre la transición con el exgobernador Busti explicó que “fue tranquila y ordenada. Creo que más allá de las diferencias, tanto Montiel como Busti, fueron dos líderes políticos y dos estadistas que hay que reconocer en esta provincia”.